Las empresas españolas invierten 30.000 millones en el exterior
Las compañías vuelven a crecer por la vía de las compras tras los años de sequía
Vuelven a resonar los tambores de guerra en el terreno empresarial. El ritmo hacia la recuperación comienza a tomar una velocidad notable: la economía española crecerá este año al 2% (según el FMI), al 2,3%, (Comisión Europea), al 2,9% (Gobierno) o al 2,8% (según la última previsión publicada por el Banco de España). La liquidez se promete abundante, con el Banco Central Europeo inyectando 60.000 millones de euros mensuales hasta septiembre de 2016. Y la selección natural impuesta por los años de la recesión sólo ha permitido sobrevivir a los más fuertes. ¿El resultado? El abono perfecto para un campo de batalla empresarial que llevaba años prácticamente abandonado: el de las compras y fusiones.
En los últimos meses, las empresas españolas han liderado operaciones corporativas por casi 30.000 millones de euros. Todas de ellas internacionales o «cross border», como se les denomina en la jerga financiera. La importancia de no poner todos los huevos en la misma cesta es una de las principales lecciones que ha dejado la crisis en el manual de gestión de los empresarios nacionales. Los expertos auguran, no obstante, que la siguiente oleada se concentrará dentro de nuestras fronteras, donde aún quedan fichas por mover y excesos que purgar.
El sector financiero, principal causante de la crisis, pero también de la recuperación, vuelve a jugar ahora un papel decisivo. «Los bancos han sido unos jugadores activos estos últimos meses y prometen serlo aún más. Durante los años más difíciles se evidenció cómo las entidades que tienen una pata internacional capearon el temporal con mucha más facilidad que las entidades puramente nacionales. Ahora, estos bancos que tienen su negocio centrado en España buscan oportunidades de crecimiento en el exterior , pero no sólo por una motivación puramente de negocio, también estratégica y defensiva», asegura Ignacio Faus, socio responsable de Transacciones y Reestructuraciones de KPMG en España.
El Sabadell ha sido, de hecho, la última entidad en saltar a la primera línea de la actualidad con la compra de la entidad británica TSB por 1.700 millones de libras (2.347 millones de euros). La intención del banco catalán con este movimiento fue reconocida por su consejero delegado, Jaime Guardiola, sin tapujos: «diversificar» y que el banco esté presente en tres economías «con buenas perspectivas de crecimiento: la española, la británica y la de Estados Unidos».
« Aprovechar el viento de cola de la economía de algunos países es otra de las motivaciones de las entidades en su búsqueda por compensar la caída del negocio en España. La banca española se ha dado cuenta de que se conoce muy bien el oficio y que puede competir muy bien fuera», asegura Faus.
Las miradas de los analistas se centran ahora en el gran competidor del Sabadell, el Popular, quien tras descartar finalmente hacerse con el negocio del Citi en Iberoamérica, «rastrea» la zona en busca de nuevas oportunidades. Según reconoció Ángel Ron, presidente de la entidad, en un reciente desayuno informativo, en breve «habrá más fusiones de bancos en España al abrirse una etapa de competencia feroz» e impulsada por un contexto de bajos tipos de interés y por las «amenazas obvias» sobre la rentabilidad de la entidades. El banquero dejó entender que su banco participaría en el proceso, aunque sólo admitió que por el momento se va a centrar en la expansión internacional. En concreto, en Estados Unidos y México, donde ya está presente.
Océano de liquidez
Pero el fenómeno va más allá del sistema financiero. El sector energético también se ha mostrado especialmente activo en los últimos meses. La compra de la norteamericana UIL por Iberdrola, o de Talisman por parte de Repsol han sido dos de las grandes operaciones de estos últimos meses. También en el de las telecomunicaciones, con la compra de Telefónica en Brasil, donde la española se ha hecho con la operadora GVT, filial de Vivendi.
El océano de liquidez generado por los bancos centrales tras varios años de sequía ha sido un catalizador determinante en esta decidida apuesta por las compras. «La actividad de fusiones y adquisiciones es tradicionalmente muy cíclica, y ahora estamos en el momento de reactivación , pero también el hecho de que hoy sea mucho más fácil ampliar capital o emitir bonos ha dado el empujón necesario a aquellas compañías que podían estar pensándose una operación», explica Enrique Quemada, consejero delegado One to One Corporate Finance, entidad especializada en asesoramiento en fusiones y adquisiciones de empresas.
Bonos corporativos al alza
«Ha habido un giro muy rápido en los últimos meses. La falta de rentabilidad en los productos de inversión tradicionales ha despertado el apetito por los bonos corporativo», explica Quemada. Esta facilidad financiera ha permitido, además que «estamos presenciando ahora un cúmulo de operaciones que estaban contenidas y no se habían podido materializar en los últimos años precisamente por la falta de financiación», apunta Enrique Quemada.
De cara al futuro, los expertos están convencidos de que la tendencia va a continuar. Las condiciones que han permitido salir del letargo a este tipo de actividad prometen mantenerse, mientras que la necesidad de consolidación en determinados sectores sigue presente. El actual mapa bancario español, por ejemplo, se ha reducido a 14 entidades de un total de 55 tras el proceso de reestructuración de las cajas de ahorros. Las grandes operadoras de telecomunicaciones se han reducido a tres y
En el horizonte, no obstante, un posible elemento desestabilizador: «Entre los inversores se palpa el miedo a las consecuencias de la inestabilidad política», sentencia Quemada.
En la misma línea se mostró esta semana Borja Prado, presidente de Endesa, durante la celebración de la junta general de accionistas de la compañía. «España está inmersa en un año electoral», recordó. «La consolidación de los avances económicos, la recuperación y el empleo sólo será posible en un escenario de estabilidad política», concluyó.
Noticias relacionadas
- España se sitúa entre los 20 mejores países para la inversión extranjera
- El comisario de Estabilidad Financiera ve «impresionantes» las cifras de crecimiento en España
- Bruselas eleva su previsión para España hasta el 2,3% en 2015 y al 2,5% en 2016
- La inestabilidad política y la falta de reformas en Europa, ¿riesgos para el PIB español?