tribuna
Búscate la vida ¡Emprende!
Para Jesús Banegas, presidente de Foro de la Sociedad Civil, en España necesitamos ofrecer un horizonte de esperanza a las generaciones más jóvenes
Vive España un momento crucial caracterizado por una seria crisis institucional coincidente con otra crisis económica y financiera, que conlleva desafíos de alcance histórico. Nos estamos jugando el porvenir a medio y largo plazo que dependerá de cómo resolvamos los acuciantes problemas de hoy.
Nuestra crisis institucional, esencialmente relacionada con la corrupción y las tensiones separatistas, ha debilitado extraordinariamente la confianza social en los grandes partidos políticos y posibilitado la aparición de movimientos políticos, tipo Podemos, que junto a la «crítica del sistema» -que comparte una buena parte de la ciudadanía- propone para su superación periclitadas soluciones de naturaleza colectivista que de implantarse harían retroceder gravemente a nuestro país.
La crisis económica –desempleo y escaso crecimiento- y financiera – deuda pública y exterior desorbitadas- aunque está comenzando a ser superada incluso con creación de empleo con bajas tasas de crecimiento, no acabará de estar resuelta sin que el desempleo decaiga hasta niveles europeos y la balanza de pagos sea consistentemente positiva.
En el ámbito económico, España necesita liberar todas sus energías potenciales para maximizar a largo plazo su crecimiento económico y proyectarse cada vez más al exterior. Además de recuperar el tiempo perdido –toda una década- en renta per cápita, estamos obligados a pagar los intereses y devolver la ingente deuda exterior contraída los últimos años hasta reducirla a límites razonables; lo que será imposible sin contar con altas tasas de crecimiento y saldos exteriores positivos, que no serán fáciles de conciliar.
Y sobre todo necesitamos ofrecer un horizonte de esperanza a las generaciones más jóvenes.
Las recetas para conseguir tales propósitos son tan evidentes como ampliamente compartidas por los profesionales de la economía: restablecimiento de la unidad de nuestro mercado, eliminación de normativas que dificulten injustificadamente las actividades empresariales, liberalización de las relaciones laborales y sectores protegidos, reducción del gasto público , restructuración de los mercados financieros para favorecer la financiación permanente de las empresas y el crecimiento de su tamaño, incentivación de la inversión tecnológica y la innovación, reconsideración a fondo de la formación ocupacional para adoptar las mejores prácticas internacionales, aligeramiento impositivo con mayor protagonismo de los impuestos indirectos sobre los directos y respeto fiscal al ahorro, reforma a fondo del vigente e inoperante sistema de promoción exterior, etc.
Pero además de estas clásicas y necesarias recetas, en tiempos de una economía globalizada que está alterando la división de trabajo internacional, España necesita adaptarse a las nuevas circunstancias potenciando y conjugando dos factores clave: la innovación y el emprendimiento que son precisamente consustanciales con la juventud.
Dado que es impensable que la creación de actividad económica y de empleo del futuro provengan mayormente de las grandes y medianas empresas, y menos aún del Estado: o la gente «se busca la vida» innovando y auto-empleándose o nuestra prosperidad futura estará muy constreñida.
Innovación y auto-empleo no deben ser entendidos únicamente como soluciones de supervivencia sino como oportunidades de creación de riqueza a cualquier escala en el mundo abierto del presente.
En nuestras circunstancias como sociedad, el mayor peligro de un movimiento político como Podemos, no es otro que el de proponer falsas soluciones a problemas reales alejando a la población, sobre todo la más joven del único camino posible y que no es otro que el de asumir una mayor responsabilidad individual y renegar de las soluciones colectivistas cuyos desastrosos resultados todos conocemos.
Frente a la irresponsabilidad personal que predican los populistas españoles, nunca ha sido más necesario que ahora apelar a la auto-responsabilidad de buscarse la vida por uno mismo.
En España, disponemos de capacidades potenciales más que suficientes para que el emprendimiento empresarial pueda propagarse y tener creciente éxito si el marco institucional es el adecuado y las peregrinas ideas populistas quedan arrinconadas en el lugar que merecen: los libros de historia que deben servir para evitar los calamitosos errores del pasado y del presente.
Es más, en el mundo abierto que habitamos, en el que la imaginación y la creatividad son más importantes que el capital y donde la tecnología ha roto las barreras de las distancia y el tiempo, no hay ninguna razón para que nuestros jóvenes no se pongan las metas mas ambiciosas con el fin de que sus aventuras personales pudieran convertirse un día en grandes proyectos que sirvan para renovar y potenciar nuestra economía.
Emprender e innovar deben perder su valoración elitista para convertirse en lo que son y deben ser: conductas al alcance de todas las personas, como muy bien demostrado tienen los tratados más significativos sobre la creatividad.
La nueva economía colaborativa puede mejorar las perspectivas de empleo de los jóvenes y auspiciar la creatividad empresarial si el marco de relaciones laborales lo posibilita; como en EE.UU., Holanda y Alemania, países con ínfimos niveles de desempleo. Mientras que los trabajos menos especializados y remunerados seguirán emigrando hacia los países menos desarrollados, los más creativos y consecuentemente mejor pagados serán creados y retenidos en los países más capaces para facilitarlos e incluso fomentarlos.
Para no quedarnos en el mero enunciado de estos buenos deseos, desde el Foro de la Sociedad Civil estamos trabajando en una plataforma de reflexión y ayuda denominada «Foro Joven» para:
La defensa de la responsabilidad individual, frente a la visión colectivista de la sociedad.
La desmitificación de la innovación y el emprendimiento, en tanto que factores al alcance de todo el mundo para su mejor realización profesional y personal.
Orientar profesionalmente la materialización de los sueños de la gente.
Ofrecer escaparates de las mejores prácticas para animar a los nuevos emprendedores.
Crear una red de colaboración multidisciplinar con herramientas tecnológicas de nueva generación.
Compartir experiencias de todo tipo, con alcance internacional y especial proyección a Iberoamérica.
Contra el miedo al futuro que está siendo reforzado por los nuevos movimientos populistas, el emprendimiento representa una esperanza realista a la que queremos dar vida entre todos los que creemos en el talento y capacidad individual de todas las personas para realizarse, con su esfuerzo y tesón, en una sociedad abierta y civilizada.
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