Las empresas del Ibex ganaron casi 30.000 millones en 2014, un 56,8% más
El saneamiento bancario y la mejora en la construcción disparan el beneficio de las grandes compañías
La evolución de los resultados netos de las compañías del Ibex-35 durante los últimos años, una línea quebrada que mimetiza con sus oscilaciones los altibajos de la economía española, ha emprendido en los últimos doce meses un pronunciado ascenso que pone de manifiesto no sólo que diversos sectores magullados desde los años más intensos de la crisis han recuperado sus constantes vitales –con la construcción como paradigma, aunque aún contenido y convaleciente–, sino que la estrategia de internacionalización y diversificación llevada a cabo por gran parte de estas firmas les ha permitido tomar impulso cuando la ocasión se ha presentado favorable.
En total, las principales empresas españolas lograron en 2014 un beneficio neto de 29.600,5 millones, según los datos recabados por ABC. Esta cifra, que engloba los resultados de todas las empresas presentes en el selectivo madrileño a cierre del pasado ejercicio, también incluye el resultado neto del grupo Inditex durante los tres primeros trimestres de su ejercicio fiscal (1.687 millones de euros), ya que el grupo presidido por Pablo Isla dispone de un periodo de cálculo distinto (desde el 1 de febrero al 31 de enero del año siguiente) y, por tanto, no ha presentado aún sus cuentas. Así, excluida la multinacional propietaria de marcas como Zara y Massimo Dutti, las ganancias de las compañías habrían ascendido a los 27.913,5 millones de euros.
El sector financiero, la clave
En cualquier caso, la cifra resulta notablemente superior a la del ejercicio anterior. Teniendo en cuenta la aportación del grupo textil, los beneficios habrían sido un 56,8% superiores a los de 2013 (18.870 millones de euros) y un 127% mayores que los del año de 2012, en el que el resultado se situó en los 13.000 millones de euros. En este caso, no se tienen en cuenta los abultados números rojos registrados por Bankia, que habría precipitado al conjunto de las compañías a unas pérdidas de más de 6.300 millones.
Sin embargo, pese a la evidente mejoría, las cifras continúan aún alejadas de las registradas antes del estallido de la crisis. En 2007, por ejemplo, cuando comenzaron a resonar los ecos de las hipotecas «subprime» estadounidenses en los mercados internacionales, las firmas del Ibex rozaron los 50.000 millones (49.246 millones). No fue hasta 2011 cuando el resultado global cayó de la cota de los 40.000 millones.
Hablar del restablecimiento de la actividad empresarial en España es, sin temor a tropezar en exageraciones, sinónimo de referirse a la recuperación de la banca. Si un sector ha sufrido en sus cuentas los efectos secundarios de los excesos de la década de la burbuja inmobiliaria y crediticia ese ha sido el bancario. Tras varios años de drástico saneamiento y traumática reestructuración, las entidades financieras españolas parecen recuperar una relativa normalidad. Ese proceso de ajuste da ahora paso a una etapa en la que los bancos del país se están volviendo a volcar en hacer negocio para recuperar rentabilidad.
El lastre de las provisiones
La caída de los beneficios experimentada durante los años de la crisis se explica principalmente por las multimillonarias provisiones que impuso el Gobierno para cubrir las pérdidas derivadas de la exposición de la banca al sector inmobilario. Pero no exclusivamente. La cuenta de resultados de las entidades reflejaba, además, en su parte alta, una dura caída de los ingresos típicamente bancarios derivada de la crisis de consumo y, por tanto, la menor actividad crediticia. Por si fuese poco, y para evitar nuevas crisis financieras, las autoridades en todo el mundo obligaron a los bancos a centrarse en corregir sus problemas de solvencia, haciendo que el sector descuidase su actividad principal.
El viraje, no obstante, se ha producido en los últimos años y el sector financiero ha pasado a apuntarse unos beneficios de 11.624 millones de euros (incluidos los resultados de Bankia ) en 2014, un 33,27% más que durante el ejercicio anterior. Si no se contabilizara la aportación de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri, el cómputo final, de todos modos, seguiría superando los 10.000 millones (10.877 millones).
Las compañías energéticas, mientras tanto, han protagonizado uno de los aumentos más espectaculares, al duplicar su beneficio desde los 5.051,3 millones de 2013 hasta los 10.047,3 millones del último año. 2014 representó un punto de inflexión para el sector, después de una reforma energético que mermó sus ingresos regulados.
Las empresas de infraestructuras se mantienen como las «cenicientas», tras el enorme retroceso del sector desde 2008. Se recuperan, pero a paso lento.De este modo, vieron cómo sus resultados se elevaron desde 314 a 1.105 millones, con lastres aún muy señalados, como el de FCC, que registró unos «números rojos» de 724,3 millones.
El único segmento que desciende en comparación con 2013 es el de las telecomunicaciones, que padece la competencia de los operadores «low cost» y los cambios de hábito de los clientes. Las cuentas de Telefónica reflejan este año, sin embargo, una recuperación de los ingresos en España y, por ejemplo, el primer incremento en años del número de contratos de móvil.