Los extranjeros se vuelcan en las subastas del Tesoro
Casi la mitad de los títulos de deuda pública española en circulación está ahora en manos de inversores foráneos
En los peores momentos de la crisis de deuda, en 2012, el dinero extranjero salió de España escenificando una de las mayores fugas de capital que se recuerdan. Tres años después, el escenario ha cambiado radicalmente. Casi la mitad de los títulos de deuda pública española en circulación está ahora en manos de inversores foráneos y las perspectivas de los analistas son que la tendencia no sufra fuertes desvíos a corto plazo.
La semana pasada, el Tesoro adjudicó 7.000 millones en una nueva emisión sindicada a 15 años y la demanda de inversores no residentes alcanzó el 73% del total suscrito, el máximo en este tipo de subastas desde el incio de 2012. En concreto, y según datos recopilados por Afi, en aquella emisión destacó el aumento de las compras de inversores estadounidenses (el 13% del total frente a una media del 6%) y ele elevado peso de los inverosres del área euro (28% frente a una media del 21%).
El fuerte interés de los inversores foráneos se refleja también en los registros de tenencias de deuda pública. Según los datos de las carteras a vencimiento correspondientes a diciembre de 2014, los inversores extranjeron fueron los principales compradores de nuestra deuda el año pasado, con más de 57.000 millones de euros.
En términos globales, la presencia de inversores del resto del mundo en las finanzas españolas bate récords tanto en volumen (315.000 millones de euros) como en porcentaje en circulación (41% del total, cerca de los niveles del 45% que se registraban antes de la crisis).
El otro gran pilar del Tesoro español es la banca. En 2014, las entidades financieras nacionales compraron 33.500 millones de euros, que impulsaron hasta los 225.000 millones el total de euros en su cartera. Y ello a pesar de que a finale de año los bancos vendieron 6.000 millones de sus títulos para aflorar plusvalías de cara al cierre del ejercicio.
La clave de este apetito, según los analistas consultados, es la ausencia de inversiones alternativas. Y es que, pese a que la rentabilidad de los bonos nacionales promete seguir en niveles mínimos , no hay que olvidar que países como Alemania han situado ya su remuneración en negativo.
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