Caixabank defiende que es capaz de elevar su eficiencia manteniendo el tamaño de su red
La dirección del banco, que tiene el mayor número de oficinas (5.251) y empleados (31.210) del país, explica ante los analistas la estructura de costes y la competitividad de sus sucursales
Caixabank defendió ayer en la City de Londres el tamaño de su red, la más grande de España con 5.251 sucursales y 31.210 empleados, frente a quienes le acusan de mantener esa capacidad instalada a costa de soportar el peor ratio de eficiencia (56,8%) del sistema financiero nacional. La dirección de la entidad catalana aprovechó la presentación de su plan estratégico 2015-2018 en la primera plaza financera del mundo y ante analistas e inversores internacionales para garantizar que mejorará su eficiencia manteniendo una red de unas 5.000 oficinas y sin destruir empleo.
Tanto los analistas financieros como el propio sector vienen señalando que antes o después el grupo presidido por Isidro Fainé tendrá que abordar un drástico ajuste de su capacidad instalada. El motivo es su ratio de eficiencia, del 56,8% al cierre de 2014. Esto quiere decir que para generar 100 euros de ingresos debe gastar 56,8 euros, frente al 44,54% de Popular, el 43,5% de Bankia y el 43% de BBVA, los mejores de la gran banca española.
Por ese motivo algunas de sus últimas adquisiciones —Banca Cívica, Banco de Valencia y Barclays— fueron interpretadas como una fórmula para llevar a cabo esa reestructuración de su propia red que el mercado parece exigirle. Por ahora no ha sido así. La compra de esas entidades le han aportado 2.099 nuevas sucursales, pero su integración se ha saldado con «sólo» 2.054 cierres, según la información presentada ayer por Caixabank.
El banco esgrime proximidad al cliente
«Tenemos más oficinas que nuestros competidores, pero son pequeñas y eficientes», explicó el consejero delegado del tercer banco del país, Gonzalo Gortázar. «Poseemos una red de distribución imbatible en España» , aseguró Fainé. De hecho, una parte de la presentación se antoja claramente destinada a tratar de desmontar esos mitos o mensajes en torno a la supuesta ineficiencia de la entidad. El «número dos» de la entidad defendió que el modelo de red de Caixabank, con un alto número de oficinas, más que verlo como un factor de coste, se debe interpretar como un indicador del alcance y la proximidad al cliente.
El equipo directivo señaló, defendiendo esa capilaridad de su red, que la proximidad es el factor más deciviso de un cliente a la hora de elegir entidad financiera. Pero además, y frente a las críticas, garantizó que se trata de una red eficiente, esgrimiendo para ello un aluvión de cifras. Por ejemplo, que tiene un número de empleados por oficina (5,5) más bajo que la media española (6,5); que sus gastos generales por sucursal (228.000 euros) están por debajo de la quinta entidad con esos costes más elevados (366.000 euros) y muy lejos de los 493.000 euros que gasta el peor banco en este apartado.
«Nuestras oficinas son mucho más competitivas, son de costes mucho más bajos y por tanto podemos estar en muchos sitios y podemos prestar un servicio a clientes de proximidad, con un coste muy inferior, y por tanto mientras nuestros competidores han tenido muchas veces que salir y cerrar oficinas, nosotros hemos podido competir y ganar dinero, dar un buen servicio con oficinas mucho más competitivas», dijo Gortázar.
Objetivo: más productividad por empleado
Como fuere, la presentación ante inversores y analistas recoge un ajuste de 600 oficinas hasta 2018, que se llevaría a cabo mediante una reordenación de sucursales (integración de oficinas en locales más grandes), y la salida en ese periodo de 3.000 empleados mediante prejubilaciones, que serán cubiertas parcialmente con jóvenes licenciados con contratos más baratos.
Y es que la entidad sí admite que tiene unos costes laborales por empleado (83.000 euros) muy elevados en comparación con sus cometidores españoles (66.000). Además, se ha propuesto mejorar la productividad de su plantilla, elevando los ingresos y el negocio por empleado entre el 23% y el 31%, y la facturación y venta de productos por sucursales entre el 33% y el 43%. Con eso, pero sin tocar el tamaño de la plantilla, la entidad confía en mejorar su ratio de eficiencia y dejarlo por debajo del 45% en 2018.
Superada la reestructuración del sector y el proceso de saneamiento al que obligó el fin de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, Caixabank, al igual que el resto del sector bancario, se centrará en los próximos años en recuperar rentabilidad . Así, uno de los principales objetivos del plan estratégico presentado ayer a analistas es incrementar en esos años su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 2,7% a entre el 10% y el 12%.
Para ello, y en la misma línea que con la mejora prevista de la eficiencia, el banco no contempla un drástico recorte de los gastos, sino que prevé que estos se mantendrán congelados. Esa mejoría llegará, según la dirección de la entidad, por el citado aumento de la productividad por empleado y un incremento de los ingresos a un ritmo anual del 5,7%, la menor necesidad de provisiones para cubrir el deterioro de activos y la mejora de su cuota de mercado en todo el territorio nacional.
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