El riesgo de deflación aceleró la decisión del BCE de comprar deuda soberana
Las actas de la ultima reunión de la autoridad monetaria se hna publicado por primera vez, tal y como hace la Reserva Federal
El Banco Central Europeo (BCE) se americaniza para bien. Acaba de publicar las actas de la reunión del consejo de gobernadores del pasado mes de enero, tal y como hace desde hace años la Reserva Federal americana. Y en este caso los detalles de la reunión de enero son cruciales ya que fue en ese encuentro donde se tomó la histórica decisión de lanzar un programa de compra de deuda soberana por importe de 60.000 millones al mes a partir de marzo y hasta septiembre de 2016.
En las mencionadas actas de cerca de una veintena de páginas se pone de manifiesto que lo único que llevó al BCE a sacar toda la artillería, en manera de compra masiva de deuda, fue el riesgo de deflación . "Mirando hacia adelante, la última información disponible sugiere que las tasas anuales de inflación estarán en territorio negativo aún por bastante tiempo. Esto es reflejo de las recientes bajadas del precio del petróleo, que solo pueden ser compensadas en parte por la depreciación del euro frente al dólar", se asegura en las actas hechas públicas hoy en Fráncfort.
El propio BCE pronosticó en diciembre que la tasa de inflación anual sería del 0,7% en 2015 y del 1,3% en 2016 pero, desde entonces, otros organismos han realizado previsiones más a la baja, por lo que todo apunta que el propio BCE podría reducir aún más su propia previsión de inflación para la Eurozona.
Inflación al margen, la decisión estrella de la reunión, la compra masiva de bonos de deuda de los países a partir de marzo, centró todos los debates. Según las actas la decisión de lanzar el plan fue unánime por parte de los 19 gobernadores de los bancos centrales en cuanto a la legalidad de la medida al considerar que "este programa es un instrumento de la política monetaria". En todo caso algunos de los miembros del consejo de gobernadores, ya que el documento no especifica más, aseguraron durante el debate que la compra de deuda "solo debía ser utilizada que en último recurso en un escenario extremadamente negativo". Y algunos fueron más allá al asegurar que "no hay necesidad urgente de una nueva acción de política monetaria en esta reunión".
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