España aprobará en breve la ley definitiva
El «crowdfunding» pasa del vuelo libre a la rigidez de la regulación
Se estima que este sistema moverá 300.000 millones de euros en unos años, la mayor parte en Estados Unidos y China
En los próximos años, las plataformas de «crowdfunding» pueden llegar a mover en el mundo unos 300.000 millones de euros, según las estimaciones del Banco Mundial. La mayor parte de esta inversión se generará en Estados Unidos y China, con una participación de Europa que rondará el 4,6% de un negocio que gira entorno a un fenómeno más o menos reciente, el de la financiación colectiva a través de las microdonaciones de particulares.
La alternativa ha calado especialmente entre los emprendedores e innovadores más jóvenes que han hecho de la creatividad, la tecnología y el impacto social en la comunidad su seña de identidad empresarial, en un salto de siglo caracterizado por el preocupante desequilibrio entre nativos e inmigrantes digitales.
La evolución de este tipo de plataformas corre hoy en paralelo a la revolución tecnológica y la ventana que ha abierto internet al mundo para todo tipo de proyectos, especialmente para los que hacen del consumo colaborativo su «leitmotiv». Solo en 2012 ya se movían más de un millón de campañas de «crowdfunding» en las 563 plataformas que funcionaban alrededor del mundo, 18 de las cuales operan en territorio español. Y un año antes, en 2011, el término comenzaba a ganar relevancia, según la gráfica de búsqueda de palabras de Google.
Evolución en España
El modelo ha despegado gracias -o a consecuencia- de la crisis, pero todo parece indicar que en 2015 la curva seguirá ascendiendo. Los antecedentes, así lo sugieren. La Asociación Española de Crowdfunding cifra entorno a los 70 millones de euros la cantidad que pudo llegar a recaudarse en 2014 a través de la financiación colectiva, un presupuesto que dobla con creces el que se obtuvo el año anterior en España, de 30 millones.
El crecimiento del sector, «obviamente, depende mucho de la regulación futura de cada país», afirma Pilar Torres, economista y autora de un estudio sobre «crowdfunding» del Instituto de Estudios Financieros (IEF). «Aunque es cierto -continúa- que la dispersión europea no ayuda, tendiendo a facilitar plataformas pequeñas a las que les cuesta llegar a la dimensión de las chinas y americanas. La importancia del sector dependerá, en gran medida, de la actitud de las instituciones financieras, con la posibilidad de ser un mercado en el que apuesten en un futuro».
Según el estudio del Instituto de Estudios Financieros, hay cuatro grandes modalidades de plataformas de «crowdfunding»: recompensa, donaciones, «crowdequity» (que permiten invertir en capital) y «crowdlending» (que prestan a empresas). El desarrollo de estos dos últimos sistemas ha experimentado un freno desde la publicación en febrero de 2014 del Anteproyecto de Ley para el Fomento de la Financiación Empresarial que regula, en su título V, el régimen jurídico de las plataformas de financiación participativa. El exceso de rigidez del marco regulatorio propuesto ha sido cuestionado desde diferentes sectores que piden que no se asfixie esta vía de financiación alternativa. No obstante, y a la espera de la Ley definitiva -actualmente en fase de presentación de enmiendas en el Senado hasta el próximo día 12 de febrero-, la modalidad más extendida del «crowdfunding» en nuestro país es el de recompensa.