El desafío separatista pasa factura a Cataluña: menos empleo, menos inversión
La tensión política de los últimos meses hace perder 27.000 empleos a Cataluña, mientras Madrid creó casi 43.000
Destrucción de empleo, más paro y menos inversión. El desafío soberanista está pasando factura a Cataluña. Desde que el pasado 27 de septiembre Artur Mas convocara el frustrado referéndum secesionista, la situación económica en la región ha ido claramente a peor. Tras nueve meses buenos para el empleo, el recrudecimiento del proceso independentista hizo del final de año un desastre para la comunidad catalana, de la que huye el empleo y la inversión hacia zonas más estables y con mejor fiscalidad, como Madrid.
La Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre sitúa a Cataluña a la cabeza del aumento del desempleo en España. Fue la región donde más creció el paro , en 30.500 personas, en tres meses en los que se destruyeron 26.700 puestos de trabajo mientras que en todo el país la ocupación creció en 65.100. En el mismo periodo Madrid también soportó un aumento del paro, aunque menor (28.800), pero la región logró crear 42.800 empleos.
«El mercado de trabajo catalán tuvo un comportamiento bastante favorable en los nueve primeros meses del año, sin embargo, durante el cuarto trimestre esa buena tendencia se detuvo y parece que sufre las consecuencias de la convulsión política fruto de las aspiraciones independentistas del presidente Artur Mas», asegura Rafael Pampillón, profesor del IE Business School y de la Universidad San Pablo CEU. Entre los meses de octubre y diciembre, la ocupación descendió en Cataluña por primera vez en 2014, lo que contrasta, por ejemplo, con la vecina Valencia donde el paro en vez de aumentar se redujo en 44.700 personas.
Menos incertidumbre...
Para el profesor del IE Business School y del CEU las empresas y con ellas la mano de obra han optado por dirigirse a otras zonas más favorables, con menores cargas fiscales y sobre todo con menor incertidumbre política. Algo que ha quedado de manifiesto en el aumento de la ocupación en el cuarto trimestre de 2014 en la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana (65.300).
Mal para el mercado de trabajo... y mal para el tejido empresarial. Durante el pasado año 1.429 empresas dejaron Cataluña. De ellas 446 trasladaron su sede a la capital de España y casi mil sociedades (983) lo hicieron hacia otros puntos de España, según reflejan los datos del registro mercantil , de los que se desprende que Madrid sigue siendo destino atractivo para la inversión. El año pasado 1.950 empresas se instalaron en la capital.
No pudo frenar la fuga empresarial ni el hecho de que a principios de noviembre, el día 9, el Tribunal Constitucional suspendiera, por unanimidad, la celebración de la consulta soberanista tras admitir a trámite la impugnación presentada por el Gobierno. Y menos aún la convocatoria de elecciones por Mas en Cataluña para el 27 de septiembre próximo. Y llueve sobre mojado, ya que que la inversión extranjera sufrió en Cataluña una caída del 45% entre enero a septiembre de 2014. Desde que a finales de 2010 el Gobierno catalán mencionara sus intenciones secesionistas el capital extranjero se ha dejado cuatro veces menos inversión en la región catalana que en Madrid.
... Y más estabilidad política
Recuerda Pampillón que el crecimiento económico y el empleo van muy unidos al buen funcionamiento de las instituciones. Cita la seguridad jurídica, la facilidad para hacer transacciones económicas dentro y fuera del país, los bajos niveles de corrupción, la libertad y rapidez para crear empresas, la estabilidad política, el buen funcionamiento del sistema financiero, qué acuerdos comerciales están vigentes, qué escenarios presupuestarios son de esperar, etc. La actividad empresarial busca minimizar riesgos, es decir, conocer bien el marco en el que se mueve y se va a mover en el futuro su negocio. «Lamentablemente, en Cataluña la delicada situación política está generando incertidumbres que dificultan responder a estas preguntas y las consecuencias no se han hecho esperar», afirma.
Una pista indudable
José Ramón Pin Arboledas, economista y exdiputado de UCD repasa los datos de la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2014 y se pregunta: ¿No será que el independentismo de la Generalitat está desplazando la ocupación de Cataluña al resto de España y, concretamente, a Madrid? Explica este profesor que habría que estudiar el fenómeno con más precisión para asegurarlo, pero que unidas estas cifras a las diferencias de inversión directa en 2014, favorables a Madrid, «son una pista indudable». Cree que «los políticos catalanes deberían reflexionar sobre si están propiciando que Cataluña quede atrasada en la recuperación económica en lo que más importa a los ciudadanos: la creación de trabajo».
Asegura Pin Arboledas que algunas políticas a tener en cuenta son muy sencillas. Cita, por ejemplo, la facilidad en los horarios comerciales y la instalación de grandes superficies. «Ya se sabe que CiU tiene parte de su electorado entre los “botiguers” (pequeños comerciantes) y tiene que protegerlos. Pero no está claro que dificultar la instalación de otro tipo de comercios sea lo mejor para defenderlos. A veces las grandes superficies crean a su alrededor zonas florecientes. Lo mismo pasa con los horarios de apertura. Si se ponen demasiado estrictos el cliente los busca en otros sitios. Madrid, una ciudad cada vez más abierta y liberal, empieza a ser una ciudad de “shopping” y Barcelona lo es, pero hay que facilitarle la vida al comprador».
Añade que el tema fiscal es algo a tener en cuenta. Y recuerda que Madrid tiene la fiscalidad autonómica más baja, mientras la de Cataluña es de las mayores, sino la más alta. «Tener el domicilio fiscal en una u otra región no es indiferente. Pero eso puede ser coyuntural, como lo son las leyes presupuestarias. Sin embargo, la filosofía fiscal de ambos gobiernos, siendo los dos de centro-derecha, es dispar. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, discrepa de las decisiones de financiación autonómica del Gobierno, desde la lealtad constitucional. La Generalidad discrepa pero amenazando con romper la estabilidad institucional», apunta.
Explica Pin Arboledas que esta última diferencia crea incertidumbre a medio y largo plazo y «el dinero, que es la sangre del torrente circulatorio de la economía, tiene alergia ante situaciones inestables. No es de extrañar -afirma- la diferencia en la atracción de capitales en estos últimos meses, cuando el proceso soberanista se intensifica».
Estas tres razones no son las únicas, probablemente hay más, señala José Ramón Pin Arboledas. «Pero Cataluña tiene muchas ventajas para atraer trabajo. Es una rica zona industrial, con un gran espíritu emprendedor. Una capital espléndida Barcelona, admirada urbanísticamente en todo el mundo, con una riqueza cultural impresionante. Un clima excepcional, donde el mar y la montaña hacen una delicia el vivir. Una gastronomía puntera en el mundo. Y lo más importante una gente agradable, abierta y emprendedora; mediterránea, admirada en el resto de España». Este profesor se pregunta: ¿Por qué no aprovechar sus grandes motores y quitar los frenos que pueden estar ralentizando su creación de puestos de trabajo?
La libertad, clave
Recuerda que una vez le preguntaron a Esperanza Aguirre, siendo presidenta de la Comunidad de Madrid, cuál era el objetivo de su Gobierno y que su respuesta fue que ampliar las áreas de libertad de mis conciudadanos. «La verdad es esa: la libertad, junto con la estabilidad, atraen la inversión y el trabajo», concluye. De momento, la inestabilidad en Cataluña ha pasado factura a su mercado laboral y provocado que miles de empresas dejen la región y busquen un entorno más estable y con mejor fiscalidad para invertir: Madrid.
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