Los «agraciados» de la EPA: Rostros humanos tras la fría estadística
Claudia Varo, Javier y Marta forman parte de los 433.900 puestos de trabajo que se han creado en España durante 2014
El mercado laboral español comienza a ver la luz al final de un largo túnel: la última Encuesta de Población conocida este jueves destacaba que en 2014 se habían creado 433.900 nuevos puestos de trabajo y que el desempleo cayó el año pasado en casi medio millón de personas. Por su parte, según los datos del Ministerio de Trabajo, el paro descendió en 253.627 personas durante los últimos 12 meses. Estas son sólo cifras, pero detrás de ellas hay personas. Son los «agraciados» de la EPA:
De prácticas a indefinido
Claudia Varo, 22 años recién cumplidos, confiesa que es una afortunada. Apenas unos días después de licenciarse en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Rey Juan Carlos recibió una llamada de Visiotech para una entrevista de trabajo. «La hermana de una amiga me comentó que buscaban gente para su departamento de compras», afirma esta joven madrileña que comenzó a trabajar en octubre con un contrato de prácticas y que, desde hace unos días, se ha transformado en indefinido para esta pyme española dedicada al desarrollo y la distribución de equipos de videovigilancia desde 2003. «En mi trabajo actual tengo que tratar con proveedores, transportistas y aduanas de diferentes países», destaca.
«Hay oportunidades, pero no las mismas condiciones»
Cristina Agustín reconoce, de entrada, que su perfil es más bien atípico en un panorama de paro casi estructural entre la juventud española. Técnica en recursos humanos, trabaja desde diciembre en la consultora tecnológica Averis después de un breve periodo de dos meses desempleada.
Tras sus estudios, trabajó un año en banca, dos en la administración -concretamente como técnica en el servicio de Ocupación de Cataluña- y otros dos en una consultora pequeña, desde la que pudo dar el salto a su actual empleo. Cristina Agustín, de 28 años, nota que hay mejor clima en la economía española, aunque también aprecia cambios: «Hay opciones y oportunidades, el mercado se mueve, aunque también es cierto que las condiciones no son las mismas que hace tiempo».
Desde que terminó sus estudios en la escuela de negocios EADA, Agustín ha podido desarrollarse laboralmente, siempre en su especialidad, algo que contrasta con el caso de muchos de sus compañeros, «sin empleo o trabajando en sitios para los que están sobrecualificados». «Mi caso no es común», reconoce Agustín, que incluso pudo independizarse a una edad tan inhabitual en España como los 25 años.
Otro de los aspectos donde incide Cristina Agustín es en la necesidad de no detenerse, de formarse continuamente. «Aunque estés parado, lo importante es estar activo», señala. Precisamente por ello participó en el proyecto de lanzaderas de Empleo, que desarrollan la fundación Santa María la Real y la fundación Telefónica.
«Todo el mundo hablaba de crisis, pero había hueco»
Federico Nicastro trabaja actualmente en gestión de pedidos. Hace ocho meses, todavía en su Artentina natal, las voces que le llegaban de España solo le hablaban de crisis, algo que él mismo relativizó cuando comenzó a mirar ofertas de empleo. «Vi que había hueco», explica Federico, 35 años, licenciado en ADE y un buen historial laboral en su país. Llegó a Barcelona para cursar un posgrado en Coaching en la UB, y le ha sido relativamente fácil encadenar hasta tres trabajos consecutivos, con breves periodos en el paro.
El último trabajo, el más acorde con su nivel formativo, en la multinacional ABB, empleo al que accedió a través de un portal web sin más enchufe que su currículum. Por motivos personales, a final de año volverá a Argentina. «En España hay oportunidades», concluye.
«He encontrado un empleo indefinido de teletrabajador»
Sevillano de 35 años y padre de familia con un niño pequeño, Gonzalo Fleitas de Miguel llevaba cuatro meses en paro cuando en junio del año pasado encontró un nuevo empleo en la empresa de soluciones informáticas Neuratio. Periodista de carrera, las buenas referencias que dio su anterior jefe sobre sus cualidades profesionales fueron decisivas para recolocarse en es este nuevo puesto, que desempeña como teletrabajador, desde su propia casa.
«Salí de la anterior empresa porque se había acabado el trabajo pero en buena sintonía, y se acordaron de mí cuando se presentó esta nueva oportunidad», señala Gonzalo. «Yo ya había trabajado en la elaboración de contenidos digitales relacionados con el ámbito de la formación y en la confección de guiones, aunque soy periodista. La vida te lleva por unos caminos que no esperabas», relata.
Su nuevo empleo de teletrabajador es indefinido, con una jornada laboral de ocho horas. «Se trabaja mucho, pero yo estoy contento, no me puedo quejar», comenta este joven andaluz que consiguió encontrar trabajo estable el año pasado, en un comunidad autónoma en la que todavía hay un 34% de paro, una tasa que supera en diez puntos el promedio de España.
«Pasé momentos complicados
Mónica es una profesional del Marketing y la Comunicación. Después de 17 años dedicada a este sector en diversas empresas, en 2014 se quedó en paro. «Al principio pensé que sería complicado volver a reengancharme a la vida laboral. Tengo 42 años y una familia. Es cierto que pasé momentos complicados».
Sin embargo, a los tres meses, gracias a contactos profesionales, Mónica ha vuelto a encontrar un trabajo. Desde diciembre es la directora de una agencia de Comunicación y tiene un contrato laboral indefinido, con una jornada de 36 horas. «Estoy muy contenta, y sobre todo ilusionada; es como si volviera a empezar. Me siento afortunada por poder seguir trabajando en lo que me gusta».
Afortunado por hacer lo que le gusta
«Antes de entrar en Adecco fui Responsable de Comunicación y Marketing de FNAC Gamers», cuenta Nicolás Castro, que ha encontrado trabajo en la empresa de trabajo temporal.
«Contacté en un evento de networking con la Directora de Comunicación y Marketing de Adecco y, tras intercambiarnos algunos mensajes en redes sociales y pasar dos entrevistas presenciales, un test de competencias y otro de idiomas, conseguí entrar en mi puesto actual», explica.
Castro se siente «muy afortunado por poder hacer cada día» lo que le gusta, «poder trabajar en equipo y perseguir un mundo más humano, más conectado, es la búsqueda de la excelencia», continúa, para concluir con de manera maximalista: «Nunca deberíamos dejar de perseguir nuestros sueños».
Artículo elaborado con información de Carlos Manso, Rita Marín, Àlex Gubern y María Cuesta