Hollande anticipa las compras de deuda del BCE contra la deflación

Los analistas creen que el plan rondará los 600.000 millones para hacerlo creíble

Hollande anticipa las compras de deuda del BCE contra la deflación afp

m. veloso

Mario Draghi se encuentra de nuevo en la situación de que no puede defraudar las expectativas generadas en torno a la política monetaria de la Eurozona. Los mercados llevan meses descontando que el Banco Central Europeo (BCE) anunciará un programa de compra de deuda similar al de la Reserva Federal de EE.UU. con el que apuntalar la recuperación económica y evitar la deflación. Las últimas decisiones de otros bancos centrales anticipan un movimiento inminente del emisor del euro. Y ayer el Gobierno de Francia confirmó que el organismo anunciará el día 22 ese plan.

«El BCE va a tomar el jueves la decisión de comprar deuda soberana, lo que va a dar una liquidez importante a la economía europea y crear un movimiento favorable al crecimiento», dijo ayer el presidente galo, François Hollande, a solo tres días de la reunión del consejo de gobierno del banco, que se prevé que apruebe ese estímulo.

El recorte de tipos de interés, la liquidez barata a la banca y la adquisición de otros activos no han dado todo el impulso que se esperaba al débil crecimiento de la zona euro. La correa de transmisión de la política monetaria sigue renqueando . La raquítica inflación, que cerró 2014 en el -1,1% en España y en el -0,2% en la zona euro, ha alimentado el temor a la deflación y elevado la presión sobre el BCE. Fuentes del Ejecutivo popular aseguran que España no va a solicitar al BCE que tome unas medidas u otras, solo que haga lo necesario para cumplir su misión, que es mantener la estabilidad de precios, esto es, que la inflación del área euro suba hasta el 2%.

El escenario ideal para España sería que los precios subieran una media del 2% en el conjunto de la región; entorno al 2,5% en Alemania, y entre el 0 y el 0,5% en nuestro país. Estas cifras permitirían diluir el peso de la deuda, tanto pública como privada, y así hacer más llevadero su pago. Además, España seguiría ganando competitividad respecto al resto de Europa.

España, beneficiada

Con las cifras actuales, nuestro país sigue ganando competitividad, pero se dificulta el pago de la deuda. Así, cualquier actuación del BCE destinada a elevar la inflación es bienvenida en España, no tanto porque se vayan a bajar los tipos de los títulos de la deuda pública, ya en mínimos históricos, sino porque nuestra endeudada economía se beneficiaría de este aumento de los precios.

La decisión del Banco Nacional de Suiza de dejar de blindar el tipo de cambio del franco y la bajada de tipos en Dinamarca se interpretan como movimientos defensivos ante la medida expansiva del BCE, bendecida además por el Tribunal de Justicia de la UE. Además, Draghi podría optar por aprobar el plan antes de la elecciones griegas del domingo para evitar que, en caso de una victoria de Syriza, partido opuesto a la ortodoxia fiscal y monetaria de Alemania, el lanzamiento posterior del plan se vea como una victoria de las fuerzas populistas.

«La presión sobre el consejo es enorme y los inversores se sentirán decepcionados si no se anuncia la compra», explican los analistas de Ebury. «Si bien esperamos que no se den demasiados detalles en relación a la logística y forma de implantación, pensamos que Draghi sí comunicará, al menos, el espíritu de dicho programa», augura AFI. «Va a ser un gran anuncio», confía Royal Bank of Scotland (RBS).

Lo primero que valorará el mercado es el monto del programa. Dadas las reticencias alemanas al plan, Draghi podría fijar un límite de compras, pero los analistas creen que deberá ser de al menos 500.000 millones para que resulte creíble, y apuntan a unos 600.000 millones. También por influencia del Gobierno germano, contrario a todo lo que suene a mutualizar deudas, podría repartir el riesgo entre el Eurosistema y los bancos nacionales.

A la espera del anuncio, las Bolsas europeas cerraron ayer al alza y el Tesoro ultimaba para hoy la emisión sindicada de deuda a diez años, un tipo de operación extraordinaria destinada a captar una cantidad más elevada de financiación y con la que el año pasado obtuvo 9.000 millones. Hoy, además, el Estado buscará captar con una subasta normal otros 5.500 millones.

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