Queridos Reyes Magos: Más empleo, más crédito, menos impuestos...
Los economistas piden a sus Majestades de Oriente una rebaja de las cotizaciones sociales, un recorte real de los impuestos, una mejora de las condiciones crediticias, desinflar el Estado o crecer el 3%
Se acabó 2014, y estrenamos un nuevo año, el 2015, en el que muchos han volcado todas sus esperanzas de recuperación definitiva tras seis años de profunda y dramática crisis. Un año de cierre del que Gobierno, instituciones, empresarios y ciudadanos habían esperado una mejora en sus cuentas, previsiones o cifras «macro» definitivas. El inicio, pues, de la salida del túnel. Algo que algunos, entre ellos el Ejecutivo al pleno de Mariano Rajoy, afirman tajantemente que se ha cumplido. Un deseo, entre otros más, pedido «quizás» a los mismísmos Reyes Magos a principios del ejercicio pasado. Un hecho similar, por cierto, a lo que podría ocurrir estos días.
Así, como si de una lista de «regalos» para 2015 se tratara, siete prestigiosos economistas españoles escriben para ABC su propia carta a sus Majestades de Oriente con la esperanza de recibir, para el conjunto de la sociedad española, todo lo pedido.
Entre las «dádivas» más nombradas por los profesores y expertos -Sandalio Gómez, José María Gay de Liébana, Robert Tornabell, Javier Morillas, Rafael Pampillón, José Ramón Pin Arboledas y Francisco Aranda-, un ritmo de crecimiento económico mayor y más intenso que el previsto por la mayoría de los expertos y organismos internacionales (hoy en el entorno del 2%); una mayor creación de empleo, sobre todo por parte de pymes y autónomos -verdadero motor de crecimiento tradicional en la economía española-; más inversión doméstica y extranjera; y ya, sí, la apertura definitiva del grifo del crédito.
Regalos que serían grátamente recibidos por los cerca aún de cinco millones de desempleados en España.
Crece la actividad económica
Y es que Gobierno, organismos internacionales y economistas coinciden hoy que 2014 ha sido, sin lugar a dudas, el año de la recuperación de la economía y del empleo, si bien advierten de que será en 2015 cuando dicha recuperación, que muchos sólo han percibido en los datos macroeconómicos, llegue por fin a las familias, empresas y autónomos, y se consolide el alejamiento de los malos datos.
Las previsiones macroeconómicas siguen siendo positivas y eso, pese a las dudas aún existentes sobre la evolución del crecimiento en Europa y la complicada situación de algunos importantes países vecinos crisis como Francia. Ni la incertidumbre en Europa, ni el goteo de casos de corrupción en nuestro país, han afectado a la posición española en los mercados y a su capacidad de financiación exterior.
Por tanto, de lo más demandado de cara al nuevo año, la creación de empleo. Visto lo ocurrido en 2014 -año en el que se han dado de alta más de 400.000 afiliados netos a la seguridad social, y se han registrado 300.000 parados netos-, los expertos prevén que se puedan crear unos 500.000 puestos de trabajo nuevos . Y el 33% de los mismos estarán bajo el paraguas de los autónomos, según ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos). Una mayor creación de empleo gracias a una aceleración de la actividad económica, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) español podría crecer más allá de lo previsto por el Gobierno -en la actualidad, el Ejecutivo incluso opina que podría ser del 2,5% en vez del 2%-hasta llegar más, según piden los economistas consultados, al entorno del 3%. Un extremo que tiraría sí o sí de la economía española que, paradójicamente, por primera vez en nuestro país, había creado empleo con un crecimiento del PIB inferior al 2%. En concreto, dicho crecimiento se habrá situado para el conjunto de 2014 en un 1,4%, siendo en la última recta del año cercano al 1,9% interanual y, sin embargo, el empleo habrá crecido durante el año recién cerrado alrededor del 1%.
Una capacidad de generación de empleo con bajo crecimiento que la Federación de autónomos, presidida por Lorenzo Amor, atribuye por un lado, a los efectos de la reforma laboral, en la que la flexibilidad interna ha sido clave para frenar la destrucción de empleo, y el contrato a emprendedores para activar la contratación ahí donde había potencial de creación de empleo, pymes y autónomos. Y por otro, las medidas elaboradas por y para los autónomos durante 2014, como la tarifa plana de 50 euros para nuevos autónomos, la tarifa plana de 100 euros para contratación indefinida y el cierto optimismo en la demanda y en los autónomos que ha generado la rebaja en las retenciones de la reforma fiscal o la mejora de la prestación por cese de actividad aprobada recientemente en la Ley de Mutuas.
Y es que a estas alturas de la legislatura, los tres campos en los cuales se ha logrado una auténtica mejora han sido en el mercado de trabajo, en el sistema bancario y en la reforma energética. La reforma laboral, porque ha reducido el umbral de crecimiento económico capaz de crear empleo desde el 2,5% al 1,2% y ha disminuido su capacidad de destruir puestos de trabajo con tasas de crecimiento del 0,5%
De la misma forma, el plan de saneamiento de la banca ha puesto sobre bases sólidas un mecanismo de medios de pago que se encontraba en una posición límite. Esas son, junto a la Ley de Unidad de Mercado, las iniciativas de mayor calado acometidas por el Partido Popular en sus primeros tres años de gobierno y han sido factores determinantes del cambio de percepción de la economía dentro y fuera de España.
Dicho esto, el paro alcanza niveles intolerables y el crédito a hogares y empresas aún no fluye con vigor. Sin embargo, las condiciones económicas y financieras españolas no son la principal amenaza que se cierne sobre el asentamiento de un nuevo y vigoroso ciclo alcista.
El riesgo, en la política
Según el informe de coyuntura económica elaborado por Freemarket sobre la situación y perspectivas de la economía española para 2015 «El riesgo está en la política. Evolución y perspectivas de la economía española», sin duda, la realización de un ajuste presupuestario coyuntural, la trayectoria de la deuda pública y la renuncia a realizar una profunda transformación del papel del Estado en la economía son incompatibles con lograr un recorte permanente del déficit y de la deuda y, por tanto, con la reactivación de la economía nacional más allá de un breve espacio temporal.
También es cierto que, como coinciden algunos de los profesores en su misiva a los Reyes Magos es que, a pesar de su éxito, la reforma laboral precisa modificaciones que le den mayor eficacia y es verdad que han pasado al olvido medidas básicas como la liberalización de los servicios profesionales. En línea con la puesta en marcha de reformas económicas en 2013 y 2014 para reactivar la actividad y salir del agujero, los economistas coinciden también en pedir una reducción de las cotizaciones sociales, al final un injusto impuesto a la creación de puestos de trabajo. Aplicar una bajada de impuestos real, reducir el IVA lo antes posible -para incentivar el consumo que parece que ha empezado a hacerlo ya en el último tramo del año 2014- así como rebajar el impuesto de sociedades. Unas demandas fiscales que también deben tener su reflejo a la hora de disminuir la desigualdad en las rentas, algo que no favorece al crecimiento, dado que reduce la demanda agregada (consumo e inversión).
Unos deseos que coinciden con el de la mayoría de los ciudadanos, entre ellos, el presidente Rajoy que, sin llegar a reclamar la atención de los Reyes Magos, afirmaba hace escasos días que: «Puedo asegurarles que 2015 será un año muy bueno para nuestra economía si la situación internacional lo permite. Si el año 2012 fue el del ajuste y 2013 el de las reformas, los años 2014 y 2015 deben ser los años que consoliden la recuperación económica que beneficie a todos los españoles». Y es que, a su juicio, el próximo año puede suponer el ejercicio del «despegue definitivo».
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