Un «resort» turístico de lujo, el pueblo más bonito de China
Desalojada la pintoresca aldea de Huangling para montar un hotel de cinco estrellas
Atrapado entre brumosas montañas y campos de arroz en la provincia de Jiangxi, Huangling se promociona como «el pueblo más bonito de China». Y ciertamente lo sería a la vista de sus cestas de pimientos rojos y crisantemos amarillos secándose en las terrazas de sus casas antiguas si no fuera por un pequeño detalle: que Huangling no es un pueblo sino, en realidad, un «resort» turístico. Tras pasar del comunismo atroz al capitalismo salvaje, en China no se construyen los complejos para turistas en los pueblos, sino que se desaloja a sus vecinos para convertir sus viviendas en hoteles.
Con una inversión de 500 millones de yuanes (40 millones de euros), una empresa local, denominada Desarrollo Rural del Condado de Wuyuan, ha aprovechado la despoblación que sufría esta pintoresca aldea para hacerse con las casas de los 320 vecinos que quedaban en 2009 y montar un «resort», aún en construcción, que tendrá un hotel con 350 camas, restaurantes, tiendas y bares. Algunos de sus vecinos, trasladados a otro pueblo a las faldas de la montaña, ya trabajan en este complejo turístico como figurantes simulando que siguen con su vida habitual como campesinos.
«Como ésta es una zona remota sin colegios ni médicos ni carreteras, la gente se quería marchar a otros lugares en busca de nuevas oportunidades, por lo que hemos hecho un intercambio», explica a ABC Empresa el responsable de la compañía, Wu Xiangyang. Además de adquirir sus viviendas y alquilar sus tierras de cultivo, donde dependiendo de la estación plantan arroz, maíz, calabazas o colza, la empresa ha contratado a algunos vecinos y les cede una décima parte de la recaudación que dejan las entradas, que cuestan 135 yuanes (18 euros). Incluyendo a los 150 empleados del hotel, el «resort» contará en total con 350 trabajadores que cobrarán al mes entre los 1.600 yuanes (208 euros) de los menos cualificados hasta los 6.000 yuanes (782 euros) de los mejor preparados.
Abierto este año, en el que ha recibido 200.000 visitantes que se han dejado más de 20 millones de yuanes (2,6 millones de euros), el «resort» de Huangling empezará a funcionar el próximo mes de febrero y estará plenamente operativo a finales de 2015. A los viajeros que recalen por aquí les ofrecerá una espectacular estampa de postal gracias a la arquitectura «hui» de sus casas, que tienen varios siglos de antigüedad y se caracterizan por el bello contraste entre sus negros tejados de pizarra y sus fachadas blancas, decoradas con inscripciones esculpidas. Las cien viviendas más antiguas formarán parte del hotel de cinco estrellas que tendrá el complejo y el resto, medio centenar, albergarán tiendas, restaurantes y bares.
«Hace diez años, la mayoría de las casas estaban seriamente deterioradas o en ruinas. Para que luzcan tan bonitas como se ven ahora, las hemos reformado conservando el 75% de su arquitectura original», desgrana el empresario Wu Xiangyang. Aunque asegura que «la mayoría de los residentes están contentos con el cambio porque ahora viven mejor gracias los ingresos del turismo», algunos vecinos que trabajan como figurantes en el campo se quejan de los bajos salarios y de haber perdido su forma de vida tradicional. Es el precio a pagar por el desarrollo de China y el paso del comunismo atroz al capitalismo salvaje.
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