agricultura
La caída de la producción en el olivar frenará las exportaciones
La corta disponibilidad de aceite de oliva en esta campaña provocará la pérdida de cuota en el mercado exterior, sobre todo en Italia y Estados Unidos
El olivar es el principal cultivo de Andalucía, con cerca de 1,5 millones de hectáreas y uno de los que más valor aportan a la producción agraria andaluza. Es un sector con una clara vocación exportadora, siendo la comunidad autónoma líder nacional en exportaciones oleícolas al mercado internacional. De hecho, en la campaña pasada (2013-2014), Andalucía exportó 776.400 toneladas de aceite de oliva por un valor de 1.782 millones de euros, lo que según la consejera de Agricultura Elena Víboras prueba el «esfuerzo del sector por conquistar nuevos mercados».
A nivel nacional las exportaciones alcanzaron un récord con 1.126.000 toneladas, unas cifras que se verán drásticamente reducidas en la presente campaña debido, principalmente, a la corta cosecha que se prevé en el sector del olivar. De hecho, el aforo de la Junta de Andalucía habla de una producción regional de 643.000 toneladas, un 56% menos que la campaña anterior. En la provincia de Sevilla, la caída alcanza el 25%, con una estimación de 80.000 toneladas de aceite frente a las 106.568 toneladas de la cosecha de 2013, y en España las cifras previstas por el Gobierno regional —que cuentan también con el visto bueno del Ministerio de Agricultura y de los representantes del sector— arrojan una previsión de 784.000 toneladas de aceite, lo que supone un descenso del 50%.
Esta caída generalizada en la oferta oleícola, debido a que la climatología no ha sido favorable para el olivar, afectará significativamente al valor absoluto de las exportaciones y podría acarrear la pérdida de cuota en mercados «que ha costado mucho esfuerzo y trabajo conquistar», declara el director gerente de la Sociedad Cooperativa Andaluza Oleoestepa, Álvaro Olavarría.
De hecho, según datos de Oleoestepa, que aglutina a más de 4.300 olivareros, con las disponibilidades de aceite de nueva campaña a nivel nacional, las exportaciones oleícolas se resentirán hasta un 47%, mientras que el consumo interno se verá reducido un 6%. Es decir, que con 784.000 toneladas previstas (frente a 1.780.215 de la cosecha anterior), las exportaciones se reducirán a 600.000 toneladas (frente a 1.126.000 en 2013) y el consumo nacional será de unas 500.000 toneladas (frente a 531.600 en la campaña pasada).
En este sentido, el técnico de Asaja Sevilla, José Vázquez, ratifica que «las exportaciones van a descender, ya que es imposible atender a los mercados, pero no será porque nuestros precios no sean competitivos ni por cuestiones de calidad, sino simplemente se debe a la escasez de producción de la presente campaña».
El experto en cultivos herbáceos de la patronal agraria señala que «hay que tener en cuenta que venimos de un año (2013) récord en disponibilidad de aceite, por lo que se batieron también marcas históricas respecto a la venta al exterior. No obstante, si la comparativa de la cosecha actual la hacemos con las últimas cinco campañas, la pérdida de cuota en los mercados internacionales no será tan significativa».
Vázquez añade, además, que según las estimaciones del Consejo Oleícola Internacional (COI), la producción mundial será de 2.560.000 toneladas de aceite de oliva, lo que supone un 19% menos, por lo que «el mercado se va a ajustar bastante», explica.
No obstante, manifiesta que «todo apunta que Grecia, que cuenta para la presente campaña con un incremento de producción del 122%, hasta alcanzar las 300.000 toneladas, será la gran beneficiada de la caída de las existencias de aceite en España y de las cortas disponibilidades a nivel mundial, por lo que es muy previsible que cope la cuota de mercado que deja el aceite español en países como Italia y Estados Unidos».
En los países extracomunitarios también se prevén, en general, mayores cosechas. Es el caso de Túnez (206.600 toneladas) o al mismo nivel que la pasada campaña, como Turquía (190.000 toneladas). Bajan, sin embargo, en Siria (-70%) por la sequía y en Argentina (-80%) por fenómenos como heladas y vientos.