La debilidad de la banca italiana, un reflejo de la economía del país
Las entidades alemanas y españolas han recibido ayudas multimillonarias, se defiende en Italia
Con cierta sorpresa, Italia, la tercera economía de la Eurozona, se ve como el farolillo rojo de Europa en el sistema bancario y ayer la Bolsa de Milán ratificaba la delicada situación italiana, situándose a la cabeza de las pérdidas europeas (-2,40%). Para los italianos ha sido un fin de semana dramático, porque han recibido dos noticias inesperadas : por una parte, nueve de los 25 bancos suspendidos en las pruebas de resistencia del Banco Central Europeo (BCE) son italianos, aunque por efecto de las operaciones efectuadas en los últimos meses, los suspensos se reducen a cuatro: Monte dei Paschi de Siena, el genovés Carige, Banca Popolare di Vicenza y Banca Popolare di Milano. Era la confirmación de la debilidad de la economía italiana, que durante los últimos seis años se ha mantenido prácticamente cinco en recesión.
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La segunda noticia, ligada a esta crisis, procedía del primer ministro, Matteo Renzi, empeñado en una urgente reforma laboral para reparar los enormes desperfectos de la recesión con claros efectos sobre los bancos: «El puesto de trabajo fijo ya no existe» les gritó Renzi a los sindicatos , empeñados en impedir , incluso con amenaza de huelga general, la flexibilidad laboral que contiene la reforma del Gobierno.
Reacciones
Los gobernantes italianos y dirigentes de los bancos han asegurado, desde que estalló la crisis, que el sistema bancario era el más robusto y seguro de Europa. ¿Cómo se explica que el BCE haya hecho ahora un retrato que refleja un nivel crítico? En realidad, Italia está siendo un país duramente golpeado por la crisis, fundamentalmente por falta de reformas y su estratosférica deuda pública (más de dos billones de euros, superando el 131 % del PIB). La debilidad de los bancos sería reflejo de la debilidad de su economía.
A la hora de justificar la escasa valoración recibida por la banca italiana, sus dirigentes ponen el acento en que, a pesar de todo, goza de buena salud y que no ha recibido ayudas públicas como otros países. A este respecto, el presidente de la Asociación Bancaria Italiana (ABI), Antonio Patuelli, manifiesta: «La deuda pública italiana no ha favorecido a los bancos. Italia es un país con empresas pequeñas y subcapitalizadas. Las ayudas públicas a los bancos durante la crisis han sido destinadas generosamente a otros países, como los 40.000 millones de euros a Alemania o los 45.000 a España, pero no a Italia. Otra forma de no ayuda, los impuestos sectoriales, desde hace años superiores a todos los países europeos. Y no hablemos del banco malo, concepto que en italiano ni siquiera tiene traducción: para paliar las dificultades se utilizan operaciones de mercado, no con fondos públicos como en España, donde han saneado los bancos también gracias a los contribuyentes italianos».
Los bancos italianos desde el 2007-2008 han efectuado una recapitalización por 43.000 millones de euros y recibido ayudas públicas por casi 4.000 millones netos. Bankitalia (el banco central) ha presionado en los últimos meses para que los bancos se sanearan, logrando evitar así que los suspensos alcanzaran un nivel espectacular. En efecto, al 31 de diciembre del 2013, de 15 bancos italianos, 12 tenían carencias por casi 10.000 millones de euros, y eran todavía 4 a finales de septiembre con necesidad de 3.300 millones. Monte dei Paschi se desplomó un 21,5 %, y el Carige un 17,19 %. El primero, que necesita 2.000 millones de capital, está valorando una fusión, según su consejero delegado Fabrizio Viola.