Olimpismo
La vuelta de Rusia al deporte: «Es una decisión cobarde»
Deportistas españoles alzan la voz en ABC contra la decisión del COI de levantar el veto a la participación de atletas rusos y bielorrusos en el camino hacia París 2024
Cisma en el olimpismo por culpa del COI
Anda revuelto el deporte olímpico, agitado por el anuncio de la vuelta de los deportistas rusos y bielorrusos a la competición justo cuando comienzan muchos de los procesos clasificatorios para París 2024. Decisión con la que el Comité Olímpico Internacional (COI) buscaba instaurar la paz y la concordia y que ha conseguido el efecto contrario. Porque el regreso de estos atletas, con las bombas aún cayendo en suelo ucraniano y con los cadáveres sobre las calles, amenaza con provocar un colapso en la clasificación para los próximos Juegos, envueltos de nuevo en la incertidumbre.
«Es una decisión cobarde y lo que está consiguiendo el COI es que la amenaza del boicot a los Juegos vuelva a estar ahí simplemente porque no han sido valientes para posicionarse a favor de los deportistas. Se supone que ellos son la casa de los atletas, que deben defender nuestros derechos, pero no lo están haciendo», señala a ABC Lucía Martín-Portugués, una de las tiradoras más en forma del panorama mundial.
La española, actual número cuatro del ránking mundial de sable, es una de las 300 firmas que llevaba la carta enviada al COI el pasado martes por esgrimistas de todo el mundo. En ella pedían a Thomas Bach que mantuviera el veto, pero su súplica no encontró el apoyo esperado. «Para Rusia, el deporte es muy importante, porque es la forma que tienen de mostrar su poderío. Es un elemento más de propaganda y que les dejen volver a participar es una muestra para ellos de que pueden conseguir cualquier cosa», denuncia la madrileña.
La sombra del dopaje
La federación internacional de esgrima (FIE) –dirigida en la sombra por uno de los oligarcas de Putin– dio luz verde a principios de marzo a la participación de rusos y bielorrusos, que se concretará, si no hay cambios de última hora, a mediados del mes de abril. Si se cumplen las recomendaciones del COI, solo podrán hacerlo los atletas que actúen bajo bandera neutral, que no hayan apoyado la invasión, que no tengan vínculo militar y que hayan demostrado que no han tomado sustancias prohibidas por el código antidopaje. Una quimera para la comunidad deportiva internacional. «Cuando los rusos han competido bajo bandera neutral en los Juegos han regresado a su país y han seguido siendo héroes. Incluso más. Su lema era algo así como 'Nos quitan la bandera, pero seguimos ganando y trayendo medallas a la patria'. Habrá que ver cómo se actúa con esas recomendaciones tan ambiguas del COI. Por ejemplo, en Rusia todos los equipos de esgrima tienen rango militar. ¿Significa eso que no van a poder participar? Lo dudo. ¿Y con lo del dopaje? Si les han pillado muchas veces cuando podían competir, imagina cómo será la situación ahora que no han tenido que pasar controles en más de un año». Las palabras de Lucía son las de miles de deportistas de todo el mundo que asisten atónitos a una situación que ha trastocado todos su planes. «Nos están cambiando pruebas de un lugar a otro solo para ponerlas en países donde sí puedan entrar. Se han anulado pruebas en Polonia y Alemania y el Villa de Madrid está en el aire. Seguramente tampoco se disputará aquí».
Son las que llevaron la firma de atletas con vinculación militar en la cosecha total de 71 metales logrados por Rusia en Tokio 2020
Preguntada por lo que hará si tiene que enfrentarse con una atleta rusa en una competición, la tiradora no lo tiene claro. «Yo tengo un espíritu muy combativo y el cuerpo me pide más subir a la pista y ganarla, pero la decisión más inteligente, siendo fría, sería retirarme. Eso sí, me parece injusto verles ganar medallas solo porque nos retiramos. El otro día, hablando con unas chicas del equipo ucraniano, me decían que no iban a ir a más competiciones porque su gobierno no quería que se enfrentaran contra rusas o bielorrusas. Me quedé impactada. ¿Cómo es posible que les invadan y que sean ellas las que no puedan ir a los Juegos? Es una injusticia, muy alejada de esos valores olímpicos que pregona el COI», apunta con la misma firmeza con la que empuña el sable cuando sale a la pista.
La respuesta a muchas de sus respuestas llegará en abril, que es cuando la FIE permitirá el regreso oficial a sus competiciones a los tiradores rusos y bielorrusos. A no ser que alguna federación se le adelante, algo que parece complicado, esa prueba servirá como banco de pruebas para comprobar cómo de porosas son las recomendaciones del COI. Porque la mayoría de los deportistas rusos que participaron en Tokio 2020 pertenecían de alguna manera al mundo castrense; y 45 de sus 71 medallas recibieron honores militares. Números que reflejan la importancia que el ejército tiene en el deporte de ese país.
«Me parece mal que se les permita regresar cuando la guerra no se ha acabado y sigue su curso con combates diarios»
Fátima Gálvez
Tiradora olímpica
«Para ellos es un honor y creo que será difícil verles renunciar a su carrera militar solo por intentar participar en los Juegos, por eso soy escéptico y me parece complicado que puedan cumplir con los requisitos que ha puesto el COI», señala Jesús Castellanos, presidente de la federación de taekwondo, uno de los deportes donde Rusia logró más medallas en Tokio 2020 (4). El doble lograron en tiro, donde la campeona olímpica Fátima Gálvez cree que tendrán imposible su participación. «Todos tienen vinculación con la policía o el ejército. Me parece mal que se les permita regresar cuando la guerra sigue su curso y hay combates cada día. Si se les vetó cuando empezó la invasión no entiendo que ahora puedan volver si todavía no ha llegado la paz», apunta en conversación con ABC desde la Copa del Mundo que está disputando en Chipre. Allí, reconoce, se está generando ya un «malestar innecesario entre los deportistas». «No tenemos culpa de nada y nos están obligando a vivir una situación y a tomar decisiones que no nos corresponden», señala la andaluza, oro en Tokio 2020.