Vendée Globe

Manuel Cousin ha conseguido bloquear la quilla pendular del «Groupe Sétin»

El sábado se rompió el brazo hidráulico del sistema. Arnaud Boissières lidera el grupo con el «La Mie Câline- Artisans Artipôle», llegará a Le Sables d´Olonne el jueves 11

@DuryAlonso

A las 12:00 horas de hoy martes 9 de enero de 2021, Arnaud Boissières se encuentra a 100 millas de entrar en el Golfo de Vizcaya con el «La Mie Câline- Artisans Artipôle» seguido muy de cerca por el «DMG MORI Global One» Kojiro Shiraishi. Mientras que a 140 millas al noroeste de su posición navegan Alan Roua con «La Fabrique» y Stéphane Le Diraison a bordo del «Time For Oceans».

Mientras, a 1.700 millas al suroeste Manuel Cousin (puesto 23º) ya ha podido solventar parte de la avería de la quilla pendular del «Groupe Sétin». Esta mañana comunicaba que ha podido bloquear la quilla: “Después de que se rompiese el sábado por la tarde dañó gravemente el sistema de bloqueo de emergencia de la quilla en el eje, tuve que trabajar 48 horas sin parar para conseguir reparar y encontrar un sistema que permitiera mantener la quilla fija en la posición central.

Primero tuve que reforzar una gran parte del pozo de la quilla que se había deslaminado laminándolo de nuevo, y luego trabajar en los 3 pernos de sujeción de la quilla ya que la parte que se supone que los recibe se había movido en el impacto.

Terminé el trabajo ayer a medianoche, la quilla está fijada en una posición central y vuelvo a poner rumbo a Les Sables".

Ya lo dice Pip Hare, en el puesto 19º, que este es el momento más difícil de la regata, por las posibles averías y los múltiples cambios meteorológicos cuando está a 170 millas de la popa del «La Mie Câline- Artisans Artipôle» de Arnaud Boissières.

"Actualmente hay múltiples cambios de viento. Las olas vienen de todas direcciones. Una ola golpeó al «Medallia», estrellándose encima de la cabina. El agua bajó hasta donde estoy sentada, mientras surfeábamos una ola por detrás. Es imposible estar de pie o moverse sin sujetarse a algo. Cuando camino en la oscuridad para tomar un rizo, lo hago a cuatro patas sobre las manos y las rodillas. Con mi faro iluminando la cubierta, es imposible ver o sentir las olas que se acercan. ¡No puedo esperar a caminar de pie sobre una superficie que siempre se mueve!

El camino hacia la meta no es fácil ni obvio y parece cambiar cada día. Las condiciones son muy inestables. Con estos cambios constantes, es imposible mantener las velocidades que sugieren mis opciones de ruta. Cada vez que cambio la vela de proa pierdo un poco de terreno, luego cuando la brisa se calma y estoy navegando, pierdo terreno esperando a ver si es una calma temporal o si va a durar. Las borrascas me hacen ir en direcciones extrañas, es un poco de un sorteo.

Amanece otro día gris, nublado y agresivo y tengo que salir a cubierta a luchar un poco más. Estas condiciones no son divertidas, pero forman parte de la regata y no he dado el 97% de la vuelta al mundo para desanimarse ahora”.

Sobre el paralelo 46° Norte, Alan Roua con «La Fabrique» mantiene su particular regata con Stéphane Le Diraison a bordo del «Time For Oceans». Roura ya dijo que quiere llegara a Le Sables d´Olon delante de Le Diraison. En el último parte de posiciones Roura se encuentra en el puesto 18º y Le Diraison en el 17º, con una separación lateral de tan solo 3 millas.

"Hay que jugar con inteligencia. Siempre he asumido que cada Vendée Globe es diferente: las condiciones, el estado de ánimo... Para mí, esto es lo contrario de la primera. Para el navegante, es una prueba muy dura, ya sea mental o física. En general, es difícil de principio a fin. Los dos últimos días en el mar van a ser duros de nuevo, van a ser realmente duros. Es una prueba de nervios, de paciencia. Ya ha pasado una semana desde que debíamos llegar.

Me hubiera gustado terminar la carrera a mi ritmo, con Stéphane (Le Diraison) un poco por detrás. Actualmente está en el frente, le da más sabor, sigue siendo muy genial. Tenemos los mismos barcos, cada uno tiene sus propios problemas. Intercambiamos, hace que el tiempo pase un poco más rápido. Por la noche tenemos que estar atentos porque estamos muy cerca, nos mantenemos bien despiertos. Así, también prestamos más atención al resto del tráfico.

En Suiza no tenemos la suerte de tener mar, ¡somos navegantes de agua dulce! Siempre hemos tenido esa atracción por el mar abierto. En las regatas oceánicas somos varios, pero en la Vendée Globe soy el único. Hay una fuerte atracción. No quieres defraudar, así que no, en los momentos difíciles no ayuda mucho...".

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