Vela Oceánica

El coronavirus para en seco la vela oceánica

La suspensión de la actividad náutica deportiva en Francia provoca que regatas oceánicas se aplacen o anulen. Varapalo económico para astilleros, organizadores, marinos y patrocinadores

Dury Alonso

Por antonomasia, Francia es el país del mundo que más competiciones oceánicas organiza; lo que ha posicionado a los galos como líderes en el diseño de veleros, construcción de alta tecnología, la aparición de marinos con unos currículos espectaculares y una gran flota que va desde los Mini 6.50 hasta los maxi trimaranes Ultime 32/23, pasando por los Multi50, Figaro 3, Class40 e IMOCA 60.

Este año 2020 estaba previsto la celebración de una serie de regatas entre Europa y el continente americano. Entre las afectadas la Transat AG2R entre Concarnoau y Saint-Barthelemy con la flota de monotipos Figaro3 y salida prevista el 19 de abril; en el comunicado de la organización del pasado 17 de marzo dice: “… Ante esta gran crisis sanitaria, que constituye un caso de fuerza mayor, el OC Sport Pen Duick y el AG2R LA MONDIALE forman parte del enfoque colectivo de responsabilidad y solidaridad para detener la propagación del coronavirus. Con este objetivo, se tomó la decisión de no continuar la organización de este evento en las fechas previstas”. Y que Hervé Favre, Presidente del OC Sport Pen Duick, subraya: "Todos los equipos del OC Sport Pen Duick redoblarán sus esfuerzos para encontrar soluciones, en estrecha colaboración con la Clase Fígaro Bénéteau, en caso de que se posponga esta edición y para seguir dando vida a este magnífico evento que ha estado presente en el calendario deportivo durante 28 años” .

La 51ª edición de la Solitaire du Figaro pasa del mes de junio al de septiembre, que partirá de la bahía de Baie de Saint-Brieuc (Saint-Quay-Portrieux). En este caso la decisión del cambio de fechas ya fue anunciada el pasado 14 de noviembre de 2019. Digamos que no hay relación directa con la pandemia del coronavirus, pero en caso de alargarse la situación de emergencia que está viviendo Europa en las últimas semanas no sería de extrañar que incluso pueda trastocar los planes de la organización.

Otra afectada es The Transat CIC en solitario, reservada para las flotas: Class40, IMOCA 60 y Ultime; con salida el 10 de mayo del puerto de Brest y final en Charleston (USA); la cual se celebra cada cuatro años, la primera edición fue en el año 1960 con cinco participantes y para este año hay 28 inscriptos. La cuestión es que los organizadores han dicho: “… teniendo en cuenta la evolución de la situación en Francia y los Estados Unidos, donde comienza y termina la Transat CIC, se están evaluando actualmente todas las soluciones posibles. Como la situación cambia tan rápidamente con cada nuevo anuncio, se ha decidido darse el tiempo necesario para tomar una decisión. Habrá debates con todos los implicados en este histórico acontecimiento -marineros, autoridades locales, socios y organismos públicos- y se les mantendrá informados de las soluciones previstas”. Que es lo mismo que decir “sine die”.

Transat New York – Les Sables d´Olonne para la clase IMOCA y en solitario, es la última regata para los patrones que van a participar en la vuelta al mundo Vendée Globe 2020-2021. La salida de esta transoceánica está prevista para el 16 de junio con 27 inscriptos, pero en estos momentos la flota de los OPEN 60 esta parada en los diferentes puertos franceses del litoral atlántico en donde tienen sus respectivas bases. Aunque la organización no ha dicho nada por ahora, al igual que las demás será la crisis del coronavirus quien decida.

Tanto la Transat CIC como la Transat New York – Les Sables d´Olonne es para muchos marinos parte del entrenamiento necesario de cara a la próxima Vendée Globe, incluso algunos también aprovechan para cumplir el número de millas necesarias antes del inicio de la vuelta al mundo a vela el 8 de noviembre de este año. Armel Le Cléac'h fue el ganador de la octava edición vueltamundista en 2016-2017 con el «Banque Populaire VIII» en un tiempo récord de 74 días, 3 horas, 35 minutos y 46 segundos. Y, aunque estamos a 230 días del pistoletazo de salida entre los 35 inscriptos, hay patrones que todavía no tienen cubierto el total de sus presupuestos, lo que podría provocar que algunos se tengan que quedar en tierra. Tampoco se sabe por ahora que decisión tomaría la organización si se alarga la crisis sanitaria más meses de lo previsto.

Multi 50

La flota de multicascos Multi50, muy reducida en los últimos años a tan solo seis trimaranes, tiene en su calendario participar en la Transat Québec Saint-Malo entre el 12 y 22 de julio, con salida de Québec el 12 de julio; por ahora aparecen tres Multi50 inscritos junto a catorce monocascos Class40 y tres Clase OPEN. De celebrarse esta transoceánica, de agosto a septiembre tiene otras tres regatas en litoral francés.

Siguiendo con trimaranes, los más grandes forman la flota Ultime 32/23: «Sodebo Ultim 3», «Macif» -a la venta, se está construyendo un barco nuevo-, «Actual Leader» y «Gitana 17» juegan en otra división -en construcción el nuevo «Banque Populaire». Su última regata fue el pasado año en la Brest Atlantique, los cuatro tenían previsto acudir a The Transat CIC; y, para final de verano ir a por récord Trophée Jules Verne con tripulación, en mente de Thomas Coville patrón del «Sodebo Ultim 3». Fuera de este pequeño grupo están el «Spindritf 2» con 40 metros de eslora de la armadora Dona Bertarelli y el «IDEC Sport» con 31,50 metros de eslora del marino Francis Joyon.

En el alero las doce regatas de los Class40 -con una flota de 156 veleros- entre los meses de mayo a octubre, que concentra ocho de ellas en los meses de junio y julio. Por ejemplo, The Atlantic Cup que se disputa en Estados Unidos, o The Transat Québec – St-Malo. Tampoco los organizadores han informado lo que harán, tendrán en mente que para esos meses igual ya no hay cuarentena.

Mini 650

La flota Mini 650 -la clase agrupa a 1.019 barcos- es muy activa durante cada temporada, para este 2020 tenían programadas dieciocho 18 regatas entre los meses de marzo y septiembre. Por ahora se ha celebrado la Mini Golfe en La Grande Motte con una participación exigua; y se han anulado, cancelado o aplazado hasta el uno de mayo las siguientes: Archipiélago, Mini Pretolera (Barcelona), Gran Premio de Italia, Plastimo Lorient, Pornichet Select

Dentro de este conglomerado de regata oceánicas, no hay que olvidar la tradicional Tour de Francia a Vela. La cual nació en el año 1978 con recorridos a lo largo del litoral francés, de puerto en puerto, con una flota de veleros iguales para todos los equipos. Primero fueron los monocascos Écume de mer (1978), pasando por los First 30 (1979-1981), Rush Royale (1982-1983), Sélection 37 (1984-1991), JOD 35 (1992-1998), Farr 30 (1999-2010), M34 (2011-2014); y en 2015 se pasó al trimarán DIAM 24 hasta la fecha. Regata que además ha dado un giro en cuanto al perfil de las tripulaciones; con anterioridad fue ganada por marinos consagrados como Joé Setten, Pierre Mas, Bertrand Pacé, Jean-Pierre Dick o Franck Cammas. A las actuales jóvenes tripulaciones lideradas por patrones como Xavier Revil, Quentin Delapierre, Matthieu Salomon, Damien Seguin o Damien Iehl; que disputan unos recorridos con un formato más espectáculo desde las propias playas.

Debacle económica en ciernes. De la misma manera que los franceses concentran el mayor número de competiciones oceánicas, el común dominador entre organizadores, equipos, arquitectos navales, proveedores materiales y astilleros es el flujo de dinero que aportan los patrocinadores. Ese es el talón de Aquiles que producirá un estrangulamiento en estos circuitos de regatas. Es la pescadilla que se muerde la cola, con el dinero de los patrocinadores se organiza las regatas, se crean equipos, trabajan los astilleros, diseñadores, veleros, los medios de comunicación ingresan publicidad por los seguimientos que realizan, y una larga lista; un sin parar, un incesante contínuum hasta que las empresas patrocinadoras dejan de invertir porque no generan ingresos por ventas de sus productos.

Recortes en el patrocinio

La crisis económica mundial ya estaba provocando fuertes recortes en patrocinio. Por ejemplo, en junio de 2019 el director de La Solitario du Figaro, Francis Le Goff, anunciaba que el patrocinador principal URGO finalizaba su relación con la regata tras cuatro años; a pesar de los buenos resultados mediáticos alcanzados el pasado año.

A pesar de que, según ellos, han tenido una cobertura en prensa que ha alcanzado millones de lectores gracias a las 4.900 publicaciones que se realizaron en el mes que duro la regata. Emisiones en directo a través de los cinco canales de France 3, con 56.000 espectadores. Superar la media de 238.000 visitas de personas en cada puerto etapa. Pues con todo esto, y más que tendrán analizado, hoy en día La Solitaire du Figaro no tiene patrocinador principal a pocos meses de su celebración.

Haciendo un recuento rápido, puede que unos 1.500 veleros -Mini650, Class 40, IMOCA60, Multi50, Ultim 32/23 y OPENS- de regatas oceánicas están amarrados o en tierra. Sus respectivas tripulaciones con las manos en los bolsillos, o haciendo cuentas del dinero que tienen y del que tienen que pagar; y todos los profesionales que giran en torno a esta gran flota. Un Mini650 puede superar el precio de 100.000 euros -importe que ha pagado el canario Miguel Rondón por su nuevo Vector- y unos 40.000 euros operativos por temporada; en el caso de pensar en instalar foils el presupuesto se multiplica por 1,5. Comprarse un Class40 a estrenar sobre el millón de euros. Un IMOCA 60 anda por los 4 o 6 millones de euros -coste por temporada entre 2 y 4 millones de euros-; en 2015 el presidente de la clase IMOCA, Jean Kerhoas, dijo que sus precios ya superaban los 3,5 millones de euros, y que el primer OPEN60 construido en carbono fue el «Geodis» en 1994 costando alrededor de los 6 millones de francos, que hoy en día sería un millón.

Los Multi50 están por los dos millones de euros y cerca del millón por temporada. De imaginar la estratosférica cuenta de los Ultime 32/23, como se suele decir: “a caño libre”; trimaranes que, por lo bajo, pueden alcanzar los 15 o 20 millones y más de 4 o 5 millones de euros por temporada porque están en permanente evolución técnica -hay equipos que tienen una plantilla que supera las treinta personas entre ingenieros, constructores, técnicos, administración-.

Si pusiésemos la calculadora en marcha, entre sumas y multiplicaciones, los millones de euros que se necesitan para mover la flota crecerían como la espuma; y si incorporamos los presupuestos de las organizaciones y todo el sector industrial necesario el monto total serian de cientos de millones.

Seguro de contingencia

Hay una herramienta clave en estos casos, lo que se conoce como seguro de contingencias que ofrecen una garantía económica ante los compromisos contraídos con terceros cuando se produce un hecho inesperado por causas de fuerza mayor o fenómenos meteorológicos; incluso en el caso de que alguien gane un premio por resultados como por ejemplo un récord vuelta al mundo o ganar una medalla de oro en los Juego Olímpicos el importe económico se suele asegurar como contingencia. En el caso de que alguno de los actores en el mundo de las regatas oceánicas tuviera contratado el riesgo por contingencia, serán los menos, podría salvar los muebles siempre y cuando no aparezca en las cláusulas de la póliza -en la letra pequeña- que las pandemias están excluidas como riesgo catastrófico. Seguro que el agua en la sentina ya está por encima de la línea de flotación.

Defender Europe 20

En estos momentos también hay otra incertidumbre externa negativa que pudiese sumarse posteriormente a los efectos del coronavirus si la cuarentena finalizase en el mes de abril, que no será. Los ejércitos de los Estados Unidos de Norteamérica y la OTAN anda a vuelta con unas maniobras conjuntas denominada “Defender-Europe 20” a realizar en los países del este de Europa. Se habla de un contingente superior a los 30.000 solados más y 33.000 unidades de equipo militar entre barcos, aviones, tanques, armas, más munición; a principio de marzo ya estaban pegando tiros en Eslovenia. Las últimas informaciones dicen que EE.UU. Reducirá estas maniobras por el coronavirus. Se hagan o no, en el caso de que esto se convirtiese en un conflicto armado contra Rusia por cuestiones de poder geopolíticos, y activan lo que se conoce como guerra electrónica, es seguro que la señal de posicionamiento global satelital como GPS (USA), Galileo (Europa), Glonass (Rusia) y el chino BeiDou estarían alteradas con errores que impedirían el uso de estos sistemas para la navegación. Como en su día sucedió durante la guerra del Golfo.

Otras regatas también están sufriendo las consecuencias del coronavirus. La flota de la Clipper Race vuelta al mundo con tripulantes amateurs esta amarrada en el puerto filipino de Luzón por la situación de estricta cuarentena ante la pandemia. Regata idea por Sir Robin Knox-Johnston en 1995 en la que cada tripulante tiene que pagar 56.000 euros. Más de 180 tripulantes de una flota de once veleros se han visto atrapados ante el bloqueo de los puertos en el sureste asiático, y sin posibilidades de dirigirse a otros países en las costas orientales del océano Pacifico.

The Ocean Race

Entrando en el ojo de este huracán también se encuentra la ahora conocida como vuelta por el mundo a vela con tripulación y con etapas The Ocean Race, prevista para 2020-2021. Su centro de operaciones se encuentra en el puerto de Alicante, donde ha estado durante los últimos años como Volvo Ocean Race hasta que la compañía sueca de automóviles, que la había comprado en 1999 a la empresa británica Whitbread PLC, decidió deshacerse de esta regata en 1918 tomando el relevo la sociedad mercantil The Ocean Race 1973 SLU liderada por Richard Brisius, Johan Salén y Jan Litborn. Uno de los motivos de que la regata mantenga su sede social en España son los beneficios que le ha otorgado la Ley de Patrocinio y Mecenazgo desde 2005, pero a día de hoy no goza de esta “gracia” porque el actual gobierno no lo ha ratificado cuando se encuentra en plena crisis sanitaria; decisión que también afecta a los equipos españoles que pretendan participar, y que según ellos la fecha limite para iniciar la construcción de un nuevo barco es el mes de mayo de este año.

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