Vela aventura
La atracción de la Mini Transat para los solitarios
4.050 millas en solitario desde La Rochelle hasta Martinica, con parada en Las Palmas de Gran Canaria. Teniendo un Mini 650, el presupuesto medio es de 35.000 euros para participar
Deseada, amada, y con lista de espera para poder participar. Cada dos años decenas de navegantes solitarios intenta poder estar en la línea de salida, ser uno de los elegidos para volar por las aguas atlánticas desde Europa hasta el Caribe a bordo de un pequeño velero de tan solo 6,50 metros de eslora.
El origen de la Mini Transat se remonta al 8 de octubre de 1977, la primera edición en la que participaron 24 veleros Mini 650. Tras cuarenta años, para la 21ª edición, son 81 los navegantes que el próximo 1 de octubre de 2017 tomen la salida en La Rochelle; patrones de once nacionalidades, el más joven tiene 20 años (Erwan Le Draoulec) y el más mayor 62 años (Fred Guérinde); hay diez mujeres, 56 novatos (los bizuths), y 15 que repiten; 25 competirán en la Clase Prototipos y 56 en clase Serie.
En la última presentación, celebrada hace unos días en Paris, algunos de los patrones que competirán este año, tras una larga preparación oceánica, han querido manifestar cual ha sido el camino que han tenido que recorrer para poder participar en esta edición de la Mini Transat La Boulangère:
Julien Bozzolo (mariole. fr), patrón del Mini 650 más antiguo de la regata: “Mi historia comienza con un amor a primera vista con mi barco. Una vez que compré el Mariole pude considerar una futura participación, sabía que algún día acabaría compitiendo en la Mini Transat; y aquí estoy metido…”.
Romain Bolzinger (Spicee. com), patrón de un prototipo diseño Lombard, periodista: “Mi idea es la de elaborar un reportaje donde confluya mi experiencia y la regata para avanzar en la esencia de la Mini Transat”.
Marta Guemes (Artelia), patrón de un Pogo 2, española, ingeniera en Artelia: “… para preparar la Mini Transat, he contado con la ayuda de la empresa en la que trabajo. Aunque la regata acoge a muchos extranjeros, es en Francia donde se forman los mejores. Por eso me mudé a La Rochelle. Y tuve la suerte de que hablo bien el francés…”.
Erwan Le Draoulec (Emile Henry), patrón de un Pogo 3, navegante y el más joven de la regata: “Soy consciente de que soy un privilegiado. Desde hace dos años, he estado entrenando constantemente, con el apoyo de patrocinador y de mis padres. Es difícil no hacerlo bien en estas condiciones. Ahora, cruzar el Atlántico es algo completamente nuevo para mí”.
Ian Lipinski (griffon. fr), patrón de un prototipo diseño Raison, ganador en serie en 2015: "Sé que se me considera el favorito de la regata. Tiene sentido por mis resultados. No me presiona más. Lo único que podría desestabilizarme es saber que no escucharé a mi familia y a mis dos hijos durante la regata...”.
Charlotte Méry (Mujeres de Bretaña, Optigestion), patrona de un prototipo Bertrand, de la rama olímpica: “Cuando le dije al cabeza de mi familia que me había comprado un prototipo para hacer la Mini Transat; me he tenido que organizar creando mi propia empresa para gestionar el proyecto, pero después de la regata voy a tener que encontrar un trabajo rentable…”.
Benoît Sineau (Cachaça II), patrón de un Pogo 3, gerente de una empresa: “Durante años he estado viendo de participar en la Mini Transat. Me dije que, hasta que no compitiese en ella, me habría perdido algo. Pero organizarlo todo para delegar la gestión de empresa durante varios meses no es fácil…”.
Quentin Vlamynck (Arkema 3), patrón de un proto diseñado por Neyhousser, miembro del equipo de Arkema: “Diseñamos un barco futurista en muchos aspectos. Me corresponde a mí aprovechar al máximo esta oportunidad, seguir mejorando el barco antes de pasar el timón a otro joven patrón. En cuanto a mí, tengo previsto seguir vinculado a las regatas oceánicas dentro del equipo Roucayrol, que actualmente es quien me tiene contratado…”.
Como en todas las regatas, en todas las competiciones deportivas, sin dinero no hay opción. Hay patrones que cuentan con un buen presupuesto, otros se lo pagan de su bolsillo, pero el gasto medio para poder competir en la Mini Transat 650 asciende a unos 35.000 euros teniendo el barco. Con este dinero podrán cubrir toda la temporada 2017 de Mini 650 (entrenamientos, mantenimiento, equipo de seguridad, velas, electrónica, seguro, participación en regatas, transportes, logística, etc.…).
Y aunque parezca extraño, según comentaron, la parte más difícil no es el conseguir el dinero, sino convencer a la familia y amigos que quieres cruzar el atlántico en un velero de 6,50 metros sin ningún tipo de comodidad ni ayuda externa: “… fue un auténtico desafío contar su apoyo”.
La gran atracción de la Mini Transat, y la parte más divertida, serán las largas planeadas a más de 15 nudos de velocidad, puestas de sol sublimes, noches estrelladas y la magia del reencuentro final al final del recorrido. La otra cara de la moneda es la cuando estos navegantes solitarios encuentre al límite, poder superarse; explorar nuevas facetas personales cuando se está solo en el mar, cara a cara con uno mismo; en una regata que solo el ingenio y la pericia les permitir superar la adversidad, no hay posibilidad de ayuda gps para la navegación…