Diada de la Vela

Magnífica jornada inaugural de la XXIII Diada de Vela Latina de Mallorca

El viento amainó hasta el límite de 14 nudos que soportan estas embarcaciones tradicionales y permitió disputar las regatas de las clases competitivas y la travesía de la categoría Oberta

Mallorca Press

La XXIII Diada de Vela Latina de Mallorca brilló en su jornada inaugural en la Bahía de Palma a pesar del aviso de mal tiempo que hizo temer por su celebración. El reglamento establece para esta clase un límite de 14 nudos. La flota se hizo a la mar con el anemómetro marcando rachas de 17, pero el Comité de Regatas fue paciente y esperó a que el viento amainara. Al final se despejó el cielo y la veleta se estableció en un rumbo en 60 grados con una intensidad entre 9 y 14 nudos, condiciones ideales para disfrutar de la navegación a bordo de las joyas de mar que se reúnen hoy y mañana en el Club Nàutic de Cala Gamba con el soporte de FAN Mallorca Shopping, Mitsubishi Autovidal y Vitrac.

Casi 40 de los 52 barcos inscritos decidieron participar en la primera jornada de la Diada, la mayoría de ellos en la denominada clase Oberta (no competitiva), que realizó un recorrido costero. Allí se dieron cita varias de las embarcaciones más antiguas de la flota, entre ellas el Callao (1893), de Bernat Oliver, o Na Paquita (1910), de Francisco Cau Ontiveros, dos ejemplos de la labor de conservación que desarrollan los armadores privados de embarcaciones tradicionales.

En la clase Regata, donde se dan cita los botes de vela latina optimizados para la competición, se vivió el ya tradicional duelo entre el Tinita (1945), de Pere Reus y Antoni Estades, y el Ventolina (1942), de Jaume Durán. La victoria fue para el primero en la única regata del día, de 2,34 millas náuticas. La tercera posición provisional la ocupa, a falta de la jornada de mañana domingo, el Río de la Plata (1949), armado y patroneado por Pedro Pizá.

El regatista Gabriel Catalá, a la caña del bote Mitjana, se colocó líder de la general en la clase Dragonera, un monotipo de 2002 construido en tablero marino en la Escola de Mestres d’Aixa del Consell de Mallorca y del que existen cuatro unidades. Toro, con Bernat Matas como patrón, se situó segundo de la general, seguido del Malfrat, de Joan Estades.

Savanna (1969), de Antonio Jover, le ganó la partida al Annika (1949), de Miquel Rigo, su único rival en la categorí de Llaüts Clàssics.

Joan Marc Rigo, director del Club Nàutic Cala Gamba y máximo responsable de la organización de la Diada de Vela Latina de Mallorca, se mostró muy satisfecho, ya que en las primeras horas de la mañana no estaba claro que los barcos pudieran navegar: “El día ha empezado con viento fuerte, con rachas de hasta 20 nudos, pero hemos visto que a medida que nos acercábamos a la hora de la salida el viento iba amainando. Hemos decidido salir al mar con un poco de retraso y luego hemos aguardado a que se dieran las condiciones, que a la postre han resultado ser magníficas”.

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