Segio W. Smit - Poniendo la proa

La Volvo Ocean Race apuesta por los becarios

«Descontrol en la ejecución, pobre profesionalidad y hasta falta de seguridad es lo que me he encontrado durante estos días en Alicante»

Ha arrancado una edición más de la vuelta al mundo a vela por equipos y con escalas. La Volvo Ocean Race ha vuelto a intentar a estar a la altura de las expectativas de sus “patrones” pero al circo le han faltado jefes de pista.

Cerca de quince días entre el antes, durante y después de la apertura del Race Village me han permitido contemplar un escenario de trabajo diferente al de otras ocasiones.

La familia de la Volvo Ocean Race ha decidido tirar de staff joven, que siempre es de agradecer, pero el equilibrio se les ha ido de las manos.

«He visto grandes profesionales involucrados en este gran evento náutico con desasosiego y en algunos momentos al borde del ataque de nervios por culpa de no poder delegar con garantías funciones»

La saturación de voluntarios, becarios y juniors dirigidos por un grupo de ejecutivos séniors ha provocado que hubieran pululando por los muelles del Race Village del puerto de Alicante un arcoíris de camisetas que diferenciaban distintos staffs que aportaban poco más que colorido.

Vuelvo a hacer hincapié que apostar por sangre joven me parece necesario pero no de la forma que lo ha hecho el elenco de la Volvo Ocean Race.

Descontrol en la ejecución, pobre profesionalidad y hasta falta de seguridad es lo que me he encontrado durante estos días en la Volvo Ocean Race de Alicante.

Pero la culpa de este ambiente organizativo tan poco seductor no ha sido culpa de esos ejecutivos séniors de la Volvo Ocean Race, equipos u organización de la salida en Alicante - que en algún caso también - sino de la política que acarrea la falta de pulcritud a la hora de repartir las partidas presupuestarias de cada uno de los entes que han estado involucrados en la salida de esta vuelta al mundo a vela.

Es de una capacidad empresarial muy reducida, y casi indecente, el intentar que un puñado de jefes de pista de los diferentes circos que se han montado durante la Volvo Ocean Race en Alicante logren liderar a unos equipos novatos, sin experiencia y sobretodo, totalmente desconocedores de cuales son las reglas del juego.

He visto grandes profesionales involucrados en este gran evento náutico con desasosiego y en algunos momentos al borde del ataque de nervios por culpa de no poder delegar con garantías funciones que para un personal más cualificado hubiera sido coser y cantar.

Todo por un puñado de euros muy mal gestionados bajo la ley de los vasos comunicantes. Un principio al que se aferran los malos directores financieros al no medir con coherencia y empatía su equilibrio.

Uno de los ejemplos más gráficos que he visto durante estos días en Alicante ha sido el alto grado de postureo de la clase política, que no es gratis, y que ha chupado de los fondos que la parte técnica de esta regata vueltamundista tanto han necesitado.

La Volvo Ocean Race apuesta por los becarios

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