Lo que cuesta un récord

Días navideños, volver a casa, el turrón, la Christmas Race y la Sydney Hobart son ya un clásico, a los que parece querer unirse el anuncio donde pronuncian casi ininteligiblemente un nombre y apellidos hispanos de pura cepa.

Pero el azar ha querido que se colará por una rendija, para los que gustamos del mar y la vela, la tentativa del Trofeo Jules Verne. Perseguir semejante hazaña de es una proeza enorme. Pensando en ello, me viene a la memoria una regata que lamentablemente solo tuvo una edición, The Race. Fue un sano intento de una competición bestial. Bestial, por que su argumento y eslogan así lo predicaba y la hicieron única: “Sin Límites”. Una hora y una línea de salida, darle la vuelta al globo y una línea de llegada. Sin más, sin limitaciones en el tipo ni tamaño de barco. Suponía un desafío tremendo, justo en el cambio de siglo, en el que los barcos elegidos eran multicascos, principalmente catamaranes.

Esa experiencia confirmó que los multicascos son perfecto barco caza récords, …. al sur y al norte del Mississippi. Si los 79 días y algunas horas del primer récord Jules Verne, establecido por Bruno Peyron con el Explorer, pusieron la magia logrando bajar la marca de los míticos 80 días, los 54 días y 13 horas de Loïck Peyron en 2012 con el Banque Populaire V marcaron un hito importante. Tanto, que ahora, tres años más tarde, el Spindrift 2 y del Idec Sport se las están viendo y deseando.

Tal vez, amigo lector, cuando lea estas líneas ya sepa el desenlace, pero escribiéndolas, navegaban a 5.000 millas de la llegada. Siempre suponemos que la tecnología y la experiencia acumulada implican superar un record. Pero el Jules Verne es un caso aparte. Si ocho veces se ha logrado entre 1993 y 2012, justo el doble, 16, han sido las tentativas que no llegaron a buen puerto.

Esta vez el simultáneo intento ha supuesto un aliciente extra, más aún al partir con solo un par de horas de diferencia. Además, los primeros compases del Spindrift 2 parecían pulverizar el record de Loïck Peyron, Don Loïck si me permiten. Pero doblado Hornos y encarando la larga recta final que supone remontar el Atlántico, la marca del Banque Populaire V seguía imbatida. Luego, unas poco favorables condiciones remontando la costa sudamericana parecen alejar a los actuales caza records de su objetivo. Pero el Atlántico Norte y el anticiclón de las Azores decidirán la partida.

Si bajar una centésima corriendo los 100 metros lisos es harto complicado pese a las innumerables tentativas anuales, robarle unas horas a la actual marca de esta circunnavegación parece que en futuro requerirá algo más que “tunear” el barco que ostentaba el récord. El Trofeo Jules Verne es un récord muy caro, en todos los sentidos.

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