¿A quién le interesa no cambiar la ley electoral?

¿A quién no le interesa este cambio? Al primero es a Alejandro Blanco, Presidente del Comité Olímpico Español, que vela por su poltrona más que lo hizo Gerardo Pombo, que ya es decir. Blanco está muy a gusto con los presidentes que tiene porque ha estado cuatro años currándoselo. Casi todos han caído en sus redes y se han apoltronado dejándose llevar por unas aguas cómodas de legislatura en legislatura. Blanco tiene la cara más dura que el cemento y por ello ya tiene colocados a sus peones para cuando sea el momento de dar el salto a algo más internacional.

Recordemos que Alejandro Blanco apoyó a Gerardo Pombo a pesar de las denuncias que había contra el santanderino, que con la ayuda de él y de Jaime Lissavetzky se marchó de rositas a pesar de los escandalosos casos de corrupción que se cometieron durante su presidencia.

El deporte español ya no tiene apenas prestigio y la culpa la tienen los dos grandes partidos que nos han gobernado hasta ahora, que les ha importado un pepino el deporte y solo se han preocupado de hacerse la foto con nuestros campeones, llámese Induráin, Nadal etc...

Creo que ya es hora de que Alejandro Blanco se deshaga de la careta de cemento armado y comience a tomar el toro por los cuernos para dotar al deporte español, al menos al olímpico, de unas bases democráticas y dejar atrás esta dictadura presidencial a la que estamos sometidos.

También hay que significar que ninguno de los Presidentes del Consejo Superior de Deportes ha hecho nada por nosotros. Martín Marín, Fisas, Villar, Gómez Angulo, Lissavetzky, Soler Cardenal, Lete y Rienda han movido un solo dedo por el deporte.

Ahora nos toca lidiar a la escribiente del libro de Pedro Sánchez, Irene Lozano, que lo más deportivo que ha visto en su vida ha sido un Maserati. En fin, así nos va en el deporte español y sobre todo en la vela, que desde que se usurpó a Arturo Delgado la presidencia tras una maniobra «pombista» vamos de mal en peor, con unas territoriales completamente vendidas al poder.