José Luis Suevos - Ganando barlovento

Cuando te subes a un carro que no es tuyo

Alejandro Blanco ha querido enarbolar una bandera que no es suya, la de Barcelona 92

La semana pasada, el Diario AS, que dirige mi amigo Alfredo Relaño reunió en Barcelona a todos los medallistas olímpicos que pudo, así como a deportistas de elite que han dado la gloria a España, en la conmemoración del 25 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, los Juegos que le dieron la gloria a España tanto en la organización como en el aspecto deportivo.

La judoka Miriam Blasco charlaba en el bus con el atleta Daniel Plaza. Ambos están unidos por una fecha, la de su oro en Barcelona: el 31 de julio de 1992. El regatista Manrique se sentaba en la comida con el atleta Cacho y el ciclista Olano. El «Lagarto» De la Cruz viajó desde Costa Rica para abrazarse a sus compañeros de plata de Los Ángeles: Epi, Romay, Margall, Solozábal, Llorente, Iturriaga, Arcega y Beirán. Las chicas de oro de hockey quedaban a comer en un restaurante del Puerto Olímpico. Ellas fueron las primeras. Su capitana, Mercedes Coghen, se abrazaba con Theresa Zabell. El ciclista Toni Tauler ayudaba a bajar las escaleras al maltrecho marchador Llopart. Los futbolistas Amavisca y Ferrer reían con los tenistas Corretja y Costa. Gervasio Deferr...

«Blanco debería de tener mucho más respeto al deporte español y, sobre todo a sus deportistas»

José Luis Suevos

El éxito fue posible gracias al programa ADO que se inventó el por entonces Secretario de Estado para el Deporte Javier Gómez Navarro, que junto a Cortés Elvira y Herminio Menéndez (valedor de grandes entrenadores) trazaron un gran plan de entrenamientos que dio muy buenos frutos. La habilidad de Carlos Ferrer Salat, que terminó la gran obra de Juan Antonio Samaranch de conseguir unos Juegos para España. Entre los dos fueron capaces de lograr que España entrara en una nueva dimensión deportiva y que se nos empezase a respetar en el ámbito deportivo mundial.

Viendo la televisión me encuentro con la sorpresa que Alejandro Blanco, actual presidente del COE, ha cogido la bandera de Ferrer Salat y Gómez Navarro y la agita como si de él hubiera nacido parte del éxito de 1992. Blanco debería de tener mucho más respeto al deporte español y, sobre todo a sus deportistas. Nadie le ha dado la licencia de hacerse abanderado de aquellos éxitos. Nuestros deportistas no se lo merecen y nuestras federaciones olímpicas, aunque le hayan vuelto a votar, tampoco.

Barcelona 92 fue el principio de cambio tras muchos años de oscuridad en el deporte español. Deberíamos aprende de lo bueno y hacer un esfuerzo para volver a cambiar las cosas 25 años después de este gran éxito. Alejandro Blanco debe bajarse de un carro que no es suyo.

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