Fidel Turienzo y Guillermo Cañardo completan la primera etapa de la Mini Transat

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El sol salía en Lanzarote y los últimos dos españoles de la flota llegaban a la Marina de Arrecife con pocos minutos de diferencia. Como siempre, los compañeros ministas estaban al pie del cañón para recibir a Fidel Turienzo (Satanás) y a Guillermo Cañardo (Peor Para el Sol) que tras 13 días, y sobre todo unos últimos días muy duros sin viento, llegaban hoy a Lanzarote.

Sus declaraciones tras la llegada:

Fidel Turienzo - Satanás

Reparar el mástil 

“No ha sido fácil, pero qué podía hacer, ¿abandonar? No, esa no era una opción. Partí el miércoles por la tarde noche, llegué con aparejo de fortuna, la policía portuaria de Sines me dijo que fuera a Sesimbra y llegué por la tarde. Vino la persona que me ha ayudado con toda la reparación y trabajamos toda la noche, hicimos la estratificación del mástil, a la mañana siguiente montamos las crucetas, trabajamos durante todo el día. Por la mañana vino la policía a revisar el barco y luego ya pude salir".

Los últimos días

“Duros, los últimos días han sido muy duros, peor casi que cuando rompí el mástil. Cinco días sin viento, desde que salí el domingo hasta aquí, ha sido horrible. Pero bueno estamos aquí, que es lo que cuenta".

La etapa

“Por una parte mal, porque iba bien, estaba contento con como iba yo y como iba el barco. Estaba siendo muy buena regata, pero bueno, partes el palo y en ese momento piensas se ha acabado, ya no puedes hacer nada. Pero si que es verdad que luego llegas a tierra y lo piensas y dices, ¿por qué no? Si se puede vamos a continuar".

La próxima etapa

"Para la próxima etapa tengo que conseguir un palo ya, tengo un mes, pero con este palo no puedo ir. He venido hasta aquí muy poco a poco, creo que he llegado porque había muy poco viento, y bueno, es una reparación genial, para salvar la situación y llegar aquí, pero ahora que tenemos tiempo, conseguir otro palo. Pero bueno, peor podríamos estar, que todos los males del mundo sean como este…”

Guillermo Cañardo - Peor Para El Sol La etapa

“Ha sido una etapa muy intensa, 13 días en total, casi casi como el atlántico, tuve problemas pasado finisterre, se me estropeó el piloto, estaba abajo conectando cables y se me fue el espi, se me hizo un nudo tremendo y no pude subir al palo y preferí entrar a puerto para repararlo. Estuve 18 horas en el puerto y después la bajada hasta el estrecho fue bien, salí con mucha niebla pero cogí viento, pero luego a partir de ahí ha sido una tortura auténtica”.

El peor momento

“El peor momento… la petole, la encalmada, con ganas de llegar y mientras flotando flotando, viendo a todo el mundo en tierra, ha sido sin duda el peor momento”.

El mejor momento

“El mejor momento, las planeadas llegando al paralelo 36 con el espió medio arriba, 15 nudos, se picaban los delfines y yo les ganaba, bajando olas de tres metros. La encalmada ha tenido momentos bonitos, el mar estaba como un plato, era como un espejo, se veían las estrellas reflejadas en el mar, era como estar entre dos cielos, pero yo quería navegar, quería viento. Vendí mi alma al diablo por viento".

La próxima etapa

“He aprendido un montón de cosas, sobre todo a tener paciencia y a tener calma, las cosas van pasando y al final se termina llegando. He aprendido mucho del barco, no cometer los mismos errores. Pero para mi es la aventura, aunque he llegado tardísimo. Estoy a gusto cuando navegando solo, llevo a mucha gente en la cabeza. Me hubiese quedado, me encanta, ha sido toda una experiencia".

Sobre la Mini Transat - Îles de Guadeloupe 2015

La Mini Transat - Îles de Guadeloupe 2015: En su 20 edición y por segunda vez consecutiva, la Mini Transat Îles de Guadeloupe vuelve a sus orígenes con una salida en Douarnenez (Francia). El puerto de Cornualles dará la salida a la flota de 72 ministas solitarios el 19 de septiembre hacia Lanzarote, donde los Mini 650 esperarán hasta el día 31 de octubre para atacar el Atlántico. Tras casi tres semanas de navegación, los regatistas cruzarán la línea de llegada de la Mini Transat - Islas de Guadalupe en Pointe-à-Pitre. En el barco de regata oceánica más pequeño del mundo, cada uno de los patrones utilizará su talento para cruzar las 2700 millas náuticas (4345 kilómetros) que les separan de las Antillas. En solitario, cada participante tendrá que encontrar sus propios recursos morales para vivir esta aventura única: una regata transatlántica en un espacio reducido y falto de comodidades donde su mayor reto será el cara a cara consigo mismos.

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