¡Felicidades, Palamós!
Era diciembre y de esto hace ya 40 años. Queríamos conseguir un gran resultado en los JJOO de Montreal y en Palamós tenía la RFEV su Centro de Entrenamiento. Allí estábamos “Velas” y yo con nuestro FD y mucha hambre de medalla, para un entrenamiento al que habíamos invitado a las mejores tripulaciones del momento, campeones del Mundo, de Europa y, aunque todavía no lo sabíamos, también estaban los futuros campeones olímpicos.
Fueron diez días de intenso trabajo, numerosas conclusiones y nuevas ideas en nuestra cabeza, pero con los JJOO a la vuelta de la esquina. Al despedirnos, todos comentamos que la experiencia había sido fantástica y que se debía repetir. Acabábamos de plantar la semilla de la Christmas Race de Palamós.
Y así, en la Navidad de 1996, se celebró la primera edición con el F.D. como única clase. Sólo 5 barcos cumplieron la promesa del año anterior, pero su alto nivel avisaba ya sobre las aspiraciones de esta Regata.
En aquel momento sólo llevaba unos días navegando con Miguel Noguer, pero tuvimos el honor de ser los primeros vencedores de la Christmas Race dejando segundos a los recientes campeones olímpicos…
Al año siguiente participaron ya 3 clases, F.D., 470 y Finn y desde entonces, la Christmas subió como la espuma siendo durante años la regata española de referencia en vela olímpica. A ello contribuyó, sin duda, el carácter acogedor de esta Vila, que enamora a primera vista.
Por algo el presidente Miguel Company la había elegido como Centro de Entrenamiento de la Federación Española, poniendo en práctica un nuevo modelo de entender la preparación olímpica. Y tuvo otro gran acierto contratando a Paul Maes, el “maestro”, comenzando así a gestarse nuestras primeras medallas olímpicas.
En aquellos años, Palamós rezumaba vela por todos sus poros y los que allí entrenábamos estábamos ávidos por aprender. Nuestras discusiones buscando mejorar los sistemas de los barcos o las curvas de las velas dejaban los manteles de papel llenos de dibujos y fantasías que nos hacían creer que el sueño de colgarnos una medalla podría hacerse realidad.
Y cada día, como vimos a Rocky hacer después, en nuestro footing subíamos a lo más alto de la punta del espigón de Palamós y entrenábamos ese ejercicio de cuello que soñábamos hacer en lo más alto del podio. Tuve que esperar 4 años, pero aquel ejercicio simbólico sirvió y cuando el presidente del CIO, lord Killanin, acompañado de Juan Antonio Samaranch, me puso la medalla de Oro, debieron pensar que ya tenía experiencia, pero sólo tenía entrenamiento…
La Christmas creció al mismo tiempo que la vela española. En tantos años, ha tenido ediciones casi veraniegas junto a otras, duras y frías, que nos hacían suspirar por ese caldo reparador en el Club. Pero es una regata que todos deben hacer porque endurece y da galones, como el cabo de Hornos a los navegantes oceánicos…
La Vela distingue a Palamós y es muy acertado su eslogan: “Paradis de la Vela”.
Esta Navidad, las velas volverán a surcar sus aguas y los deportistas lucharán por escribir su nombre en el cuadro de Honor de la Regata. Y al atardecer, seguirán oyendo el rumor lejano de la Lonja rezando su letanía por la gamba roja, mientras recogen sus velas en esta Christmas Race que cumple sus 40 Years Young. ¡Felicidades!