En dos o tres palabras

En dos: Im-Presionado. Todavía sigo absorto ante las peripecias sufridas por Nacho Postigo en la Mini Transat. Desde la mala y caprichosa conjugación astral que daba con la quilla de su Vamos Vamos en unas rocas siendo remolcado hacia el área de salida, hasta lograr en llegar a Lanzarote para iniciar la segunda etapa. Qué quieren que les diga. Sobreponerse al incidente que amenazaba tirar por tierra todo su empeño y esfuerzo, no debe ser nada, pero nada fácil. Hacer de tripas corazón, revisar los daños y evaluar con celeridad sus posibilidades, es algo que además de un cierto carácter requiere tablas, muchas tablas. Y a Nacho ni le falta empeño, ni a sus baúles horas de vuelo.

Cuando supe que andaba metido en faena con la organización y el Jury de la regata, una sonrisa me invadió. Su carácter peleón se había puesto en marcha, un clarísimo presagio de que no iba a tirar la toalla. En ese momento, imagine ingenuamente que la quilla sólo precisaba un poco de “chapa y pintura”. Luego leí que no, que el daño requería un cambio de quilla. Ufff, pensé…. Al poco, comunicaba a través de las redes sociales que la solución era cargar el barco en un remolque y cambiar la quilla en un astillero de la península, porque había ganado al Jury su derecho a seguir en regata, reincorporándose en la segunda etapa. Dicho y hecho, porque no creo ni deseo que falte al tiro de salida dentro de escasos días, y llegó con tiempo suficiente desde Portugal para sumarse a la flota. Me gusta mucho “Lo mejor está por llegar”, y no dudo que así será para el Vamos Vamos y su patrón.

En tres: Fuente de Inspiración. Escribo estas líneas y no dejo de sonreír, pensando tal o cual cosa que explicar. Me atropellan algunas anécdotas, porque la vida  nos ha llevado a coincidir en bastantes regatas, en algunas compartiendo barco para montar balizas. Eso podría condicionar mi punto de vista, pero honestamente no lo creo. He pensado mucho en sus peripecias, y lo que más valoro precisamente es que una persona que tanto ha vivido en esto de las carreras de barcos, sea capaz de sacar la ilusión de un junior y aprovechar su experiencia para navegar en semejante cáscara de nuez.

Creo que Nacho Postigo va a compartir mi muro de la fama, junto a mi siempre admirado #26 Dani Pedrosa, enorme piloto, un ejemplo de deportista, sacrificado y silencioso en sus numerosos momentos difíciles por un muy maltrecho cuerpo.

Me parece un ejemplo de afición y pasión. Un regatista profesional cotizado, capaz de meterse en un berenjenal llamado Mini Transat rascándose el bolsillo. Se me acaban las palabras.

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