Cuarenta años de la Christmas Race
Se cumplen 40 años del nacimiento de la regata internacional de clases olímpicas Christmas Race. Se trata de una efeméride destacable en el tiempo, por lo que han supuesto cuatro décadas de vela olímpica en Palamós.
La Christmas Race es la regata entre las regatas. La idea surgió en una noche de invierno del año 1974 cuando un puñado de regatistas españoles y extranjeros de la clase Flying Dutchman que estaban entrenando durante aquellos días en aguas palamosenses se les ocurrió la idea que aquellos entrenamientos se podían convertir los años siguientes en regata. El alemán Jörg Diesch fue el que propuso al resto esta posibilidad, y dicho y hecho, en 1975 se celebraba la primera Christmas Race y medio año después Diesch se colgaba la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal 76.
Desde principio de la década de los años 70 el Equipo Olímpico Español de Vela tenía su sede y la de la Escuela Nacional de Vela, situada Palamós. Fue el presidente de la Federación Española, Miquel Company, el primero que creyó en Palamós como base del equipo y de entrenamientos, por las condiciones meteorológica que hay en esta zona del litoral que permiten navegar durante toda la época del año, por la proximidad con la frontera y por la tranquilidad de un lugar como Palamós situado a pocos kilómetros de Barcelona, ciudad a la que llegaron muchos jóvenes regatistas procedentes de todo España para estudiar y al mismo tiempo para entrenar. Nombres como los de José María Benavides, Alejandro Abascal, José Luis Doreste, Toño Gorostegui o Paul Maes, forman ya parte de la historia olímpica y local de Palamós, cuna de grandes regatistas.
En la primera edición, la de 1976 sólo hubo barcos de la clase Flying Dutchman, con victoria de la tripulación formada por el cántabro Alejandro Abascal y el catalán Miquel Noguer –ellos ganarían cuatro años después el oro olímpico en Moscú 80-. La clase FD fue con la que se dio el primer impulso a la regata, también la clase Finn jugó un papel importante en los inicios, el hecho que se celebrara en Palamós el Campeonato del Mundo y que fuera ganado por Joaquín Blanco, también fue importante.
El año 1979 con el FD y el Finn ya consolidados se dio entrada a la otra clase olímpica, el 470 que con una cincuentena de embarcaciones, que sumadas a las otras clases, ya se superaba el centenar de barcos. La Christmas Race empezaba a ser una regata de referencia. Se entraba a la década del 80, que sin duda sería la de década dorada de la regata catalana, se incorporaba la clase Star. Alejandro Abascal y Miquel Noguer conseguían aquel año el oro en Moscú, una medalla que sin duda había tenido en Palamós como lugar donde se había germinado. Aquel año pero, Abascal y Noguer llegaban a la Christmas con la medalla colgada al cuello pero no navegando juntos, el catalán prefirió hacerlo en Finn y el cántabro lo iba a hacer en FD, pero una indisposición de su tripulante lo dejó sin competir.
La Christmas Race ya era un referente, puesto que en España solo había dos regatas de gran nivel, la otra era la Semana de Palma, pero con filosofías diferentes. La Federación Española de Vela se volcó con la regata y los regatistas de toda Europa no se la querían perder por el gran nivel de la misma y de la evolución de los regatistas españoles que era constante.
El año 1983 fue también una fecha clave, los participantes eran de primer nivel con la presencia de medallistas olímpicos y campeones del mundo prácticamente de todas las clases participantes; pero no solo deportivamente, sino que políticamente hubo un movimiento puesto que Barcelona se había postulado para organizar los Juegos Olímpicos de 1992 y el presidente del Club Náutico Cuesta Brava consiguió que a la Christmas Race de aquel año asistieran las más importantes autoridades encabezadas por el alcalde Pasqual Maragall. Se creó el slogan “Palamós, Paradís de la Vela”, y tanto el presidente de la IYRU–Federación Internacional de Vela, Beppe Crocce cómo el de la Española, Miquel Company, apostaron porque Palamós fue la subsede de aquella candidatura olímpica. Aquel año el presidente-fundador del Club de Vela Palamós, Guido Depoorter, pasó el relevo de la presidencia a un joven regatista de la casa, Xavier Ribera.
La edición puesto-olímpica de 1984 fue impás a lo qué pasaría en 1985, que supuso un momento de despegue con la entrada de todas las clases olímpicas, TDV, Tornado y Soling, que se añadían al Finn, FD, 470 y Star. La Federación Española con Arturo Delgado como presidente, siguió apostando por el proyecto iniciado por Company y se incorporó Tomàs Gallart a la dirección de la Escuela Nacional de Vela de la RFEV y de la Christmas Race. En aquellos años la participación superaba las 300 embarcaciones y en 1986 la Christmas Race entró al selecto grupo de regatas que formaban el circuito europeo Eurolymp. El año 1987 fue la regata clasificatoria para el Equipo Olímpico que participaría a Seúl 88.
Con los Juegos de Barcelona a la vista, Palamós sirvió como gran banco de pruebas para la cita del 92. A pesar de que finalmente fue descartada como subsede, los años previos a los Juegos la Christmas era la regata de entrenamiento no sólo para regatistas, sino también para comités y árbitros. Gallart dejaba la dirección del equipo olímpico y el palamosense Joan Sarquella cogía su relevo. El año 1990 se llegó al récord de participación con 477 tripulaciones.
Todo lo qué fue euforia antes de los Juegos, caería después de la Olimpiada catalana. La participación cayó en picado, pero la Christmas Race aguantó el golpe, y si en 1992 fueron 135 inscritos, el 1993 volvieron a ser 435. La participación se aguantó a los cercando del 400 barcos hasta el año 1997. Pere Sarquella era el director.
Aquellos años se habló e incluso presentar un proyecto para hacer un Centro Internacional de Vela, Joan Antón Camuñas, ex-presidente de la Federación Catalana y en aquellos momentos secretario general del deporte de la Generalitat apostó por aquel proyecto, pero un cambio a la presidencia de la RFEV y la llegada de Gerardo Pombo, acabó con todas las ilusiones, puesto que a la primera década del 2000 se llevaron el equipo olímpico en Santander. No fueron años fáciles, pero la presencia de los principales regatistas olímpicos hizo que la regata, a pesar de estar alrededor de los 200 participantes, continuara siendo un referente.
A principios de la segunda década del siglo XXI la Christmas Race y ya con Carles Palomares al frente desde hacía un años, la regata se reinventaría; entraba un patrocinador, GAES, y se cambiaba, en parte, su filosofía en la que junto con las clases olímpicas, se incorporaban las clases juveniles de la ISAF –Federación Internacional- como eran el 29er, 420 y Laser Radial Masculino.
Hasta llegar a este 40 aniversario de una de las regatas míticas al mundo de la vela a nivel mundial y que este año 2015 volverá a ser el punto de mira y de encuentro de cuatro décadas y muchas generaciones de regatistas y amantes del deporte de la vela.