Álvaro Basa Ybarra, ¡in memoriam!

Estaba navegando en la bahía de Palma, trabajando como siempre en lo que ha sido mi vida, los barcos y la regata. De repente en la neumática en la que navegaba durante la Copa del Rey, suena mi teléfono, y un gran amigo me dice que mi entrañable compañero y amigo Álvaro Basa esta en el varadero con una avería importante. No me lo creía, no podía ser, ¿por qué a Álvaro?, ¿por qué siempre le toca a los buenos?, en fin las preguntas del millón que siempre nos hacemos cuando pasan estas cosas y que no tienen respuesta.

Nada mas llegar a casa, lo primero que hice fue ir a verte a Sevilla, tenía que estar contigo, aunque fuera un ratito pero quería verte. Dicho y hecho a Sevilla, y una vez, en el hospital,  me di cuenta que la cosa no pintaba demasiado bien, aunque en mi interior tenía la esperanza que se pudiera recuperar, ¿Por qué?, pues porque Álvaro Basa Ybarra era antes que nada una buenísima persona, era un tío bueno, era un amigo de los de verdad, de los buenos, de los sinceros, de los que te decían las verdades del barquero cuando tocaba, y de los que disfrutaba contigo en los buenos momentos.

Una amistad que se cimento en la cubierta de un barco, en nuestro querido “Gran Slam” de nuestro armador de referencia Juancho Pemán, cuando hacíamos banda en aquellas interminables ceñidas de mas de 30 millas de las regatas de aquella época, o en aquellos memorables transportes a Galicia con los ¾ de tonelada que bajaban al Sherry, y también  en nuestra querida velería, aquella que con tanto cariño y esmero pusimos en marcha conjuntamente con David Gómez.

Después vino la época de Puerto Sherry, que quieres que te cuente mí querido amigo. Hicimos historia querido Alvaro, hicimos historia. Entre Mila, tu y yo, pusimos las bases y fabricamos una nueva manera de organizar y fomentar la vela en la bahía de Cádiz, sabíamos que los de siempre, los poderes facticos de la zona, jamás lo iban a reconocer pero a nosotros tres nos daba igual, trabajamos en lo que creíamos con la honradez y profesionalidad que siempre nos caracterizó, y como el otro día, me decía nuestra querida Mila, entre un mar de lagrimas, "y encima Coli, que bien lo pasábamos y cuanto nos reíamos" .

Cuando el día 1 de septiembre recibí  tu mensaje en el teléfono, mensaje que guardo como mi último gran tesoro,  me emocione porque te veía con ganas, te habían vuelto las ganas de vivir de nuevo y eso me lleno de esperanzas, desgraciadamente solo unos días después, recibí una llamada de Humberto en la que me decía que te habías ido para siempre, que la avería era muy gorda y que nuestro patrón te había llamado a navegar con el.

A pesar de que ya han pasado casi dos meses y medio, sigo estando jodido, recordando con cariño  el beso que te di en el hospital el día que me despedí de ti, pero aun así y como en mi despacho cada vez que levanto la cabeza veo tu foto con una frase tuya que definía claramente nuestro trabajo en Puerto Sherry, “hemos iniciado un camino importante” . La misma la tomo desde el día que nos dejaste como un acicate y estimulo para seguir adelante y seguir navegando siempre con tu figura en la memoria y sobre todo como referente en todo mí hacer.

Te quiero Álvaro, aunque no estés aquí siempre te querré.

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