Mutua Madrid Open
Los mayores mimos para las pistas del Mutua Madrid Open
Los encargados se afanan en ellas desde las seis de la mañana para lograr que la tierra batida esté en las mejores condiciones para los tenistas
Si los tenistas ofrecen su mejor versión en el Mutua Madrid Open también es debido a que el escenario es el más perfecto posible. De ahí que las pistas de la Caja Mágica siempre se hayan llevado alabanzas de todos los jugadores año tras año . Los mimos que les dedican a esta imprescindible pieza del torneo son de altísima calidad y siempre hay un grupo de pisteros dispuestos a ofrecérselos, desde primera hora del día hasta mucho después de la última sesión de la jornada y, también, y especialmente, durante cada partido.
Cornel Enache es el encargado principal de la pista del Estadio Manolo Santana y así explica cómo ha llegado la tierra batida para esta edición 2021. «La tierra está preparada para estar al máximo nivel, para que los jugadores aprovechen y estén cómodos en la pista y que puedan dar lo máximo de sí mismos ». Enache indica que se trabaja día a día, desde muy pronto por la mañana para que la pista esté siempre en las mejores condiciones.
Una de las dificultades a las que se enfrentan los encargados de las pistas es mantener estas buenas características de la tierra durante todo el día, para que no haya desajustes de un partido a otro o durante el mismo encuentro por el uso y el desgaste que realizan los jugadores. « El mantenimiento es lo más complicado . Con la humedad, por ejemplo. Si llueve ayuda a que estén más hidratadas y no se secan tan rápido», explica Adrian Cristurean, encargado de la pista del Estadio Arantxa Sánchez Vicario.
Ya durante estos días, los jugadores que han podido disfrutar de los primeros entrenamientos en la Caja Mágica elogian el resultado, indicando que parece una alfombra y que están al nivel, o incluso mejor, que las pistas de Roland Garros, emblemáticas por todo lo que significa el Grand Slam parisino. « La clave es el interés que mostramos por cada pista; la experiencia que vamos acumulando cada año para conocer cada detalle», indica Enache. Se entiende esta perfección porque ambos participaron en la construcción de las pistas y llevan mimándolas desde aquella primera edición del torneo en la Caja Mágica en 2009.
«Ha habido una evolución y cada año aprendemos algo nuevo. No todos los años se comporta igual , depende de la temperatura, el clima...», dice Cristurean. «Este invierno ha helado mucho y la tierra se pone diferente a otros años que el tiempo es más templado», interviene Enache.
Cuarenta cuidadores
Ellos son la cabeza visible de un grupo de trabajo compuesto por once equipos, unas 41 personas en total durante el torneo. «La satisfacción es ver que las pistas están en buenas condiciones y nuestro trabajo se ve recompensado cuando los jugadores están contentos », subraya Enache.
Su trabajo es discreto, apenas aparecen con la red y las escobas para pulir la superficie entre set y set, después guardan sus utensilios y desaparecen de la vista. Pero siempre están ahí, pendientes de cada detalle que pueda ser mejorado y cuidado.
«La clave es el trabajo duro. Estar atento a las pistas desde las seis de la mañana», señala Cristurean. «Y el interés máximo para que estén perfectas para desarrollar las mejores condiciones de juego. Y tener pasión por conseguirlo, si no no lo consigues », completa Enache, guardianes de la tierra.
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