Inclusión y accesibilidad
El disfrute del tenis, al alcance de todos
La discapacidad visual o los problemas con movilidad reducida no suponen un impedimento para que los aficionados del tenis visiten el torneo madrileño
Aficionados al tenis de multitud de edades y lugares se reúnen en el Mutua Madrid Open para disfrutar de las estrellas de este deporte . La diversidad funcional, la movilidad reducida o la discapacidad visual o auditiva no son un impedimento para que los seguidores visiten el torneo y disfruten como uno más de sus actividades, partidos y espectáculos. Teresa González, de 57 años , ha jugado al tenis desde los once, y tras 35 años practicándolo, tuvo que dejarlo debido al diagnóstico de retinosis pigmentaria , una enfermedad visual rara que afecta a más de 15.000 personas en España.
El amor por este deporte y la cercanía de su vivienda a la Caja Mágica han permitido a la madrileña ser una visitante asidua del encuentro . En este vigésimo aniversario del torneo, Teresa ha optado por utilizar el bastón por primera vez para hacer su problema más visible a los demás y tener mayor facilidad de movimiento por el recinto, algo de vital importancia para ella sobre todo en espacios muy concurridos. Con una discapacidad del 57 %, la madrileña avanza con su bastón junto a su marido y su hijo por las pistas descubiertas, que comentan sus planes de cara al resto de la tarde. «Debemos estar atentos a la hora para llegar con tiempo al estadio», apunta su marido.
Es de vital importancia que eventos deportivos del calibre del Mutua Madrid Open estén adaptados y tengan en cuenta a las personas con distintas necesidades. Además de visitantes con bastón, también es posible encontrar aficionados en sillas de ruedas . Luis Gonçalves se ha trasladado hasta la Caja Mágica en autobús junto a su hijo. El portugués observa desde los espacios adaptados un partido en la pista 6. «Creo que está todo muy bien adecuado para nosotros», opina sonriendo. El complejo cuenta con numerosos ascensores para garantizar la movilidad a lo largo de las distintas plantas, y a la vez que las pistas exteriores cuentan con una entrada alternativa sin escaleras , los tres estadios también tienen espacios reservados para ellos y un acompañante. Además de esto, también hay peculiaridades en el precio de las entradas, que es reducido al no ocupar una butaca en las gradas.
Que la experiencia de estas personas sea satisfactoria y positiva no solo está en manos de la organización, sino también de los demás espectadores. Gonçalves afirma estar muy contento con las medidas de accesibilidad de los estadios y pistas, pero no tanto con el comportamiento de los visitantes en otros espacios. «Muy poca gente respeta el aseo de minusválidos y normalmente lo dejan todo en muy malas condiciones» apunta.
La pérdida de visión no debe ser un impedimento para visitar el complejo tenístico. «Mi madre también jugaba y a mí me encantaba practicarlo, pero tuve que dejarlo cuando mi visión dejó de permitírmelo», explica Teresa González. «El problema no solo era la velocidad de la pelota, sino su color. La retinosis pigmentaria no solo hace que mi campo visual sea menor, sino que tengo problemas al distinguir ciertos colores», añade. Por todo esto pasó de ser jugadora a espectadora, y no se pierde ni una edición del torneo madrileño, que todavía tiene mucho que ofrecer en este vigésimo aniversario .
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