Tenis
Badosa y Muguruza, un año para el olvido
Terminan un curso con más decepciones que alegrías
El tenis español sigue creciendo

Se termina la temporada tenística y empieza el tiempo de la reflexión; el de valorar lo positivo, aprender de lo menos positivo y enfocar 2023 con las pilas cargadas. En esas están Paula Badosa y Garbiñe Muguruza, finalizado su curso -a falta de la ... Copa Billie Jean King que, en principio, disputa la primera, del 8 al 13 de noviembre- tras un 2022 con más tropiezos de los esperados.
Las dos mejores tenistas españolas del siglo XXI han sufrido un año muy complicado, con pocas alegrías y muchos disgustos que se reflejan en estadísticas demoledoras. Muguruza, 15 del mundo, ha cosechado más derrotas que victorias en este 2022 (12/17) y su mejor resultado fueron los cuartos de final del WTA 1.000 de Qatar en febrero. A partir de ahí, demasiados torneos con derrota en primera (incluyendo Roland Garros y Wimbledon) o segunda ronda: once competiciones. Una mala racha que la llevará a salir de los cincuenta primeros puestos de la clasificación para alguien que llegó a número 1 en 2017 y que hace justo un año terminaba en el tercer cajón del podio.
No es la mejor versión de Muguruza, a la que han visitado lesiones como la del hombro en marzo, y que también ha sufrido derrotas dolorosas ante jugadoras a las que, a priori y con esa lógica ilógica de los rankings, debería haber ganado. En el WTA 250 de Marruecos cayó ante Martina Trevisan, 85 del mundo; y en Wimbledon, sucumbió ante Greet Minnen, que ocupaba el puesto 88. Síntomas de que no había confianza en un juego que, sin embargo, la ha llevado a las alturas. Porque nunca se le podrán quitar a Muguruza, 29 años, sus dos Grand Slams (Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017); también tuvo un año con altibajos en 2021 y lo terminó con los títulos de Dubái, de Chicago y coronándose en México como maestra de maestras.
En ese torneo se midió con Badosa en semifinales el año pasado, uno de esos duelos para enmarcar porque mostraban el músculo del tenis nacional. En esta edición no estarán ninguna de las dos, cerrada la puerta de las WTA Finals para Badosa después de que ayer tuviera que retirarse del torneo de Guadalajara ante Victoria Azarenka por enfermedad. «Siento mucho no haber podido continuar, pero llevo días enferma. Estuve intentado todo para poder competir hoy, pero mi cuerpo dijo basta. Estoy muy triste de irme porque me hacía ilusión competir aquí en Guadalajara, de donde guardo recuerdos bonitos». Esos recuerdos bonitos a los que quiere aferrarse la catalana para volver a dibujar unos parecidos en 2023. Eso sí, tras pasar por otra etapa de reflexión que ya comenzó ayer: «Debo aprender de las experiencia de este año, difícil, duro, que ojalá sea el antes y después de mi carrera. Necesito gestionar la presión. Tengo margen de mejoría y espero superarme para llegar a ser la número uno», admitía.
Hubo un inicio prometedor, título en Sídney, las semifinales en Indian Wells, Stuttgart y San José, cuartos en Miami y Charleston, llegó el bajón: derrota en el estreno en cinco de los últimos siete torneos. Ha sido dos del mundo, así que el tenis no es el problema. Y ya superó un periodo muy negro de presión en su salto de júnior a profesional. Solo es ponerlo todo en su sitio. Que no es poco.
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