Copa de Maestros
Zverev amarga la fiesta de Nadal
«Con 33 años y medio no pensé que volvería a tener este trofeo de nuevo entre mis manos», admitió
Otro ejercicio de trabajo y fe contra Tsitsipas
A pesar de todas las espinas que se ha encontrado en el camino, Rafael Nadal celebrará el fin de año como número 1 del mundo, pero no podrá aspirar a la Copa de Maestros porque, pese a vencer a Tsitsipas, Zverev también hizo su trabajo al derrotar a Medvedev, una ecuación que expulsaba al mallorquín. Queda el consuelo de liderar el planeta tenis a final de curso por quinta vez (2008, 2010, 2013, 2017 y 2019) , alcanzando a Jimmy Connors, Novak Djokovic y Roger Federer. Un dulce premio a una campaña, otra más, con dudas despejadas a partir de la primavera con confianza y mordiscos en Roma y Roland Garros. «Tiene una satisfacción especial porque tuve una época del año complicada. A mis 33 años y medio nunca pensé que podría tener este trofeo conmigo otra vez», resumió el balear sobre esa temporada de tierra batida que no fue todo lo idílica que había acostumbrado al personal. La lesión, otra más, en la rodilla derecha, que se produjo en los cuartos de final de Indian Wells, lo mantuvo en el dique seco demasiado tiempo para sus anhelos. Pero una vez encontrado el tono y el tenis, Nadal puede estar satisfecho de su 2019.
Después de más de una década mordiendo todos los títulos posibles sobre la arcilla, en este curso resbaló en semifinales en el Conde de Godó y en Montecarlo, pero sonrió con plenitud en el Foro Itálico y aplastó su propia historia al triunfar en París por duodécima vez. Ya en verano, semifinales en Wimbledon y convertir oro todo lo que tocó, tanto en Canadá como en el US Open. Un decimonoveno Grand Slam que tendrá siempre el sabor de la enésima reconstrucción. «La emoción del US Open es difícil de comparar con esto», admitió.
En el O2 Arena de Londres abrazó ayer el trofeo que lo acreditaba como el mejor con emoción en sus palabras y sus ojos, no obstante, el balear es fiel a su dinámica: sus objetivos son el día a día, nada más. «Este número 1 es consecuencia de lo que hemos conseguido durante todo el curso. Voy por etapas. A principio de temporada yo pienso en Melbourne, luego en Acapulco, luego en el siguiente torneo... En enero no me planteo ser número uno . Cuando va pasando el año vas viendo dónde te sitúas, ves si tienes la posibilidad de serlo. El camino esta vez me llevó hacia los resultados más ambiciosos posibles».
Es otro mordisco más para la vitrina y las portadas, pero no solo será recordado por ellos. La lesión abdominal que lo obligó a abandonar el Masters 1.000 de París-Bercy le impidió mostrar su mejor versión en la Copa de Maestros, pero sí regaló dos recuerdos para la posteridad. Ayer, los espectadores celebraron su discurso y, sobre todo, las casi tres horas de enfrentamiento que mantuvo con Stefanos Tsitsipas . Partido duro y no demasiado elegante, pero que se saldó con una victoria de las que de Nadal el tenista querido que es: trabajo, orgullo, remontada y brazos al cielo. Como el que protagonizó contra Daniil Medvedev, con ese 1-5 y bola de partido en contra que levantó con experiencia y ese puntito de creencia que solo poseen los mejores, al rescate en momentos en los que todo parece perdido.
Torneo maldito
Han sido dos ejercicios de fe ante la ausencia de brillantez y ante dos rivales que desbordan calidad y juventud, pero a los que les falta ese toque de madurez para templar las pulsaciones cuando la presión se agarra a la mano, cuando enfrente está Nadal.
Pero no hubo forma de completar la alegría, pues su pase quedaba en manos de una victoria de Daniil Medvedev sobre Alexander Zverev. Sin embargo, el ruso, eliminado del torneo y con poco que ganar más allá de 200 puntos y una recompensa de 200.000 euros, cedió ante el alemán y será este quien juegue hoy las semifinales de la Copa de Maestros contra Dominic Thiem. El otro emparejamiento lo protagonizan Federer y Tsitsipas.
A Nadal se le vuelve a atragantar el último torneo del año. Una asignatura pendiente porque ha sido finalista en 2010 y en 2013, pero no ha conseguido nunca alzar el trofeo. Las lesiones y el desgaste por un calendario muy completo siempre han minado sus energías. Aún así, número 1 en 2019.
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