Masters 1.000 de Montecarlo
Tsitsipas y Rublev, la final de los nuevos tiempos
El griego frenó en seco a Daniel Evans, mientras que el ruso mantuvo su nivel para tumbar a Casper Ruud
Son nombres ya conocidos, ambos con un palmarés ya interesante y llamados a convivir en la zona noble en los próximos años. Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev se miden en la final de Montecarlo después de eliminar a Daniel Evans (6-2 y 6-1) y a Casper Ruud (6-3 y 7-5) respectivamente y viene a evidenciar que los domingos, pura lógica, serán muy diferentes a lo habitual. En el Principado, ni rastro de Rafael Nadal o de Novak Djokovic, eliminados de manera prematura, ni tampoco de Roger Federer, centrado en otros asuntos. El tenis, ya sí, está cambiando.
Tsitsipas y Rublev han crecido en estos últimos cursos con la etiqueta promocional que impulso la ATP para presentar a las figuras del mañana, que ya lo son hoy. Son, pues, miembros de la "Next Gen" , convertidos en realidad y a las puertas ambos de su primer título Masters 1.000. El griego, maestro de maestros en 2019, ya ha llegado a alguna final, mientras que el ruso se estrena en semejante escenario.
Tsitsipas ha completado una gran semana en Montecarlo, demostrando que se adapta muy bien a la tierra batida, no en vano fue semifinalista de Roland Garros en 2020 y llevó ahí a Djokovic al quinto set. Número cinco del mundo, cuenta con cinco trofeos en su historial y ya asoma con frecuencia en las rondas finales. Tiene 22 años y en semifinales no dio opción a Daniel Evans , la revelación en Montecarlo y que dejó fuera de combate a Novak Djokovic contra todo pronóstico.
Rublev tampoco es una sorpresa, pues conquistó cinco torneos en 2020 (lleva ocho en total) y este año ya ha triunfado en Róterdam (ahí venció a Tsitsipas en el último de los seis enfrentamientos entre ambos). En cuartos superó a Rafael Nadal en una victoria de las que marca y este sábado ha superado a Casper Ruud , un tenista que juega bien en arcilla.
Es, pues, una final a la que habrá que acostumbrarse. Los Nadal, Djokovic o Federer asumen que cada vez cuesta más ganar y los jóvenes se pelean por hacerse un hueco. De Montecarlo saldrá un campeón inédito, una final para estos nuevos tiempos.