Tenis
Tronos bajo amenaza
Djokovic defiende todos los títulos hasta el final de curso y Serena Williams puede perder la corona en Nueva York
El tenis, desde hace un tiempo, está gobernado sin discusión por dos tiranos que lo han ganado casi todo, convirtiendo el deporte de la raqueta en algo previsible y aburrido por momentos. Siempre se dice que en el cuadro femenino triunfa Serena Williams cuando le apetece, netamente superior a unas rivales inconsistentes y sin la regularidad que exige el circuito, y tres cuartos de lo mismo sucede con Novak Djokovic en el vestuario masculino, cuya consistencia en estos tres últimos cursos es tan asombrosa que ha mantenido a una distancia sideral a campeones como Roger Federer, Rafael Nadal y Andy Murray. Resulta, por aquellas cosas del tenis y sus extrañas maneras de establecer las clasificaciones, que ahora los dos tronos están bajo amenaza, especialmente el de Williams. De hecho, en el Abierto de Estados Unidos que empieza mañana puede producirse un cambio de reina.
Serena Williams manda en la WTA desde febrero de 2013, acumulando ya 184 semanas como líder (que serán, al menos, 186, 309 en total) a base de títulos pata negra (22 de sus 71 trofeos son Grand Slams). Pero le penaliza la ecolosión de Angelique Kerber, plata en los recientes Juegos de Río y campeona este curso en el Abierto de Australia. La alemana, que ya en Cincinnati se quedó a un solo triunfo de ponerse la corona, depende de sí misma para ser número uno: debe ganar en Nueva York o bien hacer final ante una jugadora que no sea precisamente Serena, que defiende 780 puntos tras alcanzar las semifinales en 2015.
Muguruza, con opciones
Hacía mucho tiempo que un Grand Slam no despertaba semejante interés, pues otras dos raquetas podrían dar el salto a la cima. Es muy remoto, pero Garbiñe Muguruza tiene la oportunidad de colcoarse al frente del raninkg WTA en Flushing Meadows, aunque para ello debe alzar el título o bien alcanzar la última ronda y esperar a que Kerber caiga antes. Y, para rematar el entuerto, está Agnieszka Radwanska, que acaba de completar en New Haven una magnífica semana y puede rematar su ascensión en el cemento neoyorquino.
En los chicos, pase lo que pase no habrá relevo, pero Novak Djokovic se enfrenta en adelante a un maratón que le exige ganar todo. lleva 113 semanas consecutivas en el ático del tenis (214 en total), impulsado a las alturas en julio de 2014 y con un colchón muy jugoso con respecto al pelotón. Tiene 14.840 puntos y le persigue Andy Murray, el único que aguanta semejante arreón (9.305), aunque sigue existiendo un mundo. Pero en el tenis importa lo del año anterior, y en ese esplendoros 2015 Djokovic lo ganó todo desde el Abierto de Estados Unidos hasta el colofón de la Copa de Maestros.
Fueron 2.000 puntos en el cuarto Grand Slam del curso, 500 por triunfar en Pekín, 1.000 en el Masters de Shanghái y otros 1.000 en París-Bercy, y los 1.300 de Londres por imponerse una vez más en el O2. La suma es de 5.800 puntos, un tesoro que debe defender para seguir con el maillot amarillo. Murray, por su parte, oferce su mejor cara con el título en Wimbledon y el oro de Río, con mucho margen de crecimiento en lo que a puntos se refiere: hizo 180 en el Abierto de Estados Unidos, 360 en Shanghái, 600 en París, 200 en la Copa de Maestros de Londres y amontonó 625 al conquistar la Copa Davis con pleno de triunfo. Muy complicado, pero la posibilidad de acercarse al número uno y tomar el mando existe.
Ahora mismo, parece poco probable que otros jugadores puedan discutir con Djokovic. Con cierta perspectiva, toma la palabra Rafa Nadal, ya recuperado después de la paliza de los Juegos. El balear, que se estrena en el torneo ante Denis Istomin, viaja por la misma parte del cuadro de Djokovic, con quien se cruzaría en semifinales. «Estoy entrenando bien, me siento bien y con ilusión. Estoy contento con lo que está pasando hasta ahora», resume el campeón de 14 grandes. Los majors de este 2016 se le han atragantado, en buena parte por culpa de las lesiones.