US OPEN

Serena, otra cita con la historia

Vuelve a tener la oportunidad de igualar a Margaret Court con 24 Grand Slams. Andreescu, su rival en la final

Serena Williams EP

Javier Ansorena

finales de enero de 2017, Serena Williams consiguió su 23 título de Grand Slam en el Abierto de Australia . La que es considerada la tenista más dominadora de la historia se ponía a un grande de reivindicarse como la mejor de todos los tiempos también en palmarés: se quedaba a un trofeo de igualar a Margaret Court , que llegó a los 24 en los años sesenta y setenta.

Meses después de esa victoria, Williams anunciaba que había jugado esa final embarazada de nueve semanas . Dio a luz aquel septiembre, en pleno Abierto de EE.UU. Su regreso a las pistas tenía un objetivo claro: conseguir el récord, lo que le otorgaría el cetro definitivo del tenis femenino .

Desde que volvió a coger la raqueta, Serena ha tenido tres oportunidades para conseguirlo . Sin éxito. La estadounidense gozaba de una efectividad tremenda cuando se plantaba en las finales de un grande: de las primeras 25 a las que llegó, se anotó 21 títulos. Pero de las últimas siete, solo ha conseguido dos. Y, tras su maternidad, ninguna.

Quizá la presión de conseguir el hito le pasa factura. Le ocurrió el año pasado en Wimbledon ante Angelique Kerber y contra Simona Halep en el mismo escenario este año, cuando la rumana la doblegó con facilidad. Más evidente fue en Nueva York el año pasado, cuando una niña, Naomi Osaka, le vapuleó en la pista y Williams armó un espectáculo lamentable que manchó su reputación: abroncó al juez de silla, que la sancionó con razón . La central acabó abucheando de forma injusta a Osaka y Williams se enredó al hablar de machismo.

Hoy, a punto de cumplir 38 años, tendrá su cuarta cita con la historia (22 horas) y delante a una joven poco conocida entre el gran público. Bianca Andreescu se ha colado contra pronóstico en la final y sus posibilidades son bajas. La separa de Williams, de forma literal, una generación. Andreescu, de 19 años, nació diez meses después de que la estadounidense lograra su primer grande, en esta pista, en septiembre de 1999.

Su carrera es incipiente, pero este año ha empezado a carburar y ha mostrado finura en las finales. En las dos en las que se ha plantado, ha levantado el trofeo: en Indian Wells, donde pudo en tres sets con Kerber, y en Toronto. En este último se citó con Williams, pero la estadounidense tuvo que retirarse por dolores en la espalda.

Andreescu ha avanzado en el cuadro con mucha pelea: forzó tres sets contra Taylor Townsend en octavos, remontó contra Mertens en cuartos y tuvo un partido duro con Bencic en semifinales (7-6, 7-5). Williams, sin embargo, ha barrido a sus rivales en todo el torneo . Solo ha perdido un set (en segunda ronda) y entre cuartos y semifinales solo ha cedido cinco juegos. Ahora le falta que, una vez más, no le agarrote el peso de la historia .

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