Roland Garros
El arma secreta de Schwartzman contra Nadal
El argentino y el español se conocen de hace tiempo y son buenos amigos, algo que dejarán a un lado en cuanto salgan hoy a la pista
John Isner saluda a Diego Schwartzman en el coqueto club a unos pasos del recinto de Roland Garros donde los tenistas que quedan se entrenan. En la despedida, el estadounidense de 208 centímetros suelta un «Vamos, peque», así, en una especie de castellano con acento inglés. El «peque» le devuelve el gesto, con la mano levantada y ni siquiera así llegaría a tocar la frente de su rival. Schwartzman mide 170 centímetros según las estadísticas.
Pero a pesar de que el tenis evoluciona hacia lo físico y los golpes con cada vez más velocidad, es ahora cuando el argentino despunta, por primera vez que llega a unos cuartos en Roland Garros . Pero Schwartzman tiene un secreto: se preparó el torneo en casa de Rafa Nadal , a quien se enfrenta por un puesto en semifinales.
«Hemos entrenado 45 minutos en pista, el pasado miércoles, porque yo necesitaba descansar después de Roma. Pero sí que se ha preparado Roland Garros en la academia. Es la segunda vez que viene y no lo voy a invitar nunca más porque siempre que viene luego sale disparado », comentó Nadal tras ganar a Maximilian Marterer. «Sí, la gente me ha dicho que he ido allí a ver qué es lo que hace, pero no hay manera de sacarle los secretos a Nadal. Me trataron muy bien y yo estoy agradecido. Pero tendré que olvidarme de todo lo buena gente que es él y todo su equipo conmigo», aceptó el argentino, que se gana el cariño del circuito precisamente por su altura.
«Es un jugador complicado y es agradable verlo en cuartos de final porque es un buen amigo y buena persona . Es trabajador y estoy feliz de que esté con este éxito. Espero que no tenga demasiado», se rio Nadal.
Agrada a todo el mundo, por eso la grada se volcó con él en su encuentro contra Kevin Anderson , otra torre de 203 centímetros que tumbó tras aguantar 66 golpes ganadores y 19 saques directos y levantarse de dos sets en contra y con un juego muy malo. «¿Sabes la historia de David contra Goliat?», bromeó el 12 del mundo, con dos títulos en su haber: Estambul 2016 y Río 2018, ambos en tierra. Hoy le toca otra historia semejante. Son cinco victorias del español en otros tantos partidos precedentes. Y solo le ha robado un set, aunque siempre ha tenido alguna posibilidad que no ha sabido aprovechar demasiado.
«Con la pista muy grande, y con Nadal, tienes a irte hacia atrás en la pista sin darte cuenta y necesitas estar encima de la línea para intentar ser agresivo», analizó el argentino, que tratará de apoyarse en sus días de entrenamiento en la Academia Rafa Nadal , en casa del enemigo.
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