Roland Garros
Las claves de la final entre Nadal y Thiem de Roland Garros
El español tratará de imponer su hegemonía y su experiencia ante un rival que está mucho más preparado que en 2018
Roland Garros no podía tener una final mejor que la de este domingo entre Rafael Nadal y Dominic Thiem . Quizá un Nadal-Djokovic, es cierto, pero el duelo por el título en París mide a los dos tenistas que mejor se expresan en tierra batida. Parte como favorito el español, está claro, pero habrá que tener en cuenta varios factores a lo largo de la cita.
Cansancio
Por pura lógica, Thiem llega más cansado a la final . Será el cuarto día seguido en pista para él, mientras que Nadal ha cumplido con su programa con normalidad y esta semana ha jugado martes (cuartos contra Nishikori) y viernes (semifinales contra Federer). El austriaco lleva 15 horas y 25 minutos en pista, mientras que el balear acumula 13 horas y 24 minutos.
Experiencia
Le sobra a Nadal, dueño de la Philippe Chatrier y presente en esta final once veces anteriormente. Todas, además, las ha resuelto con victoria y solo tiene dos derrotas a lo largo de su carrera en este torneo (Soderling, en 2009; Djokovic, 2015). Thiem, por su parte, tiene este año la ventaja de saber qué se siente en estas tardes ya que en 2o18 también estuvo frente a Nadal en el último domingo, aunque salió claramente derrotado.
Precedentes
Es el decimotercer capítulo de una rivalidad que está creciendo. Nadal se ha impuesto en ocho ocasiones, pero las cuatro victorias de Thiem han sido en tierra, el segundo con mejores datos por detrás de Djokovic en ese sentido. En París, Nadal ha ganado en los tres precedentes a su enemigo, pero la última vez que se cruzaron fue en Barcelona y se impuso el centroeuropeo.
Estilos
Nadal apuesta por la intensidad, el mejor en esta superficie sin discusión. Además, ha adapotado su estilo a las obligaciones de la edad y del tenis actual, sin abusar de los puntos tan largos como antes. Thiem, por su parte, es un especialista, pero encima ataca con mucha agresividad. Le pega durísimo a la bola y buscará llevar al fondo al mallorquín. Quien se imponga en los intercambios tiene mucho ganado.