Roland Garros
Bolsova, fin de una preciosa historia en París
La española, que ha llegado a octavos de final desde la fase previa, no pudo hacer nada ante la estupenda Anisimova (6-3 y 6-0)
Como la jornada en la Suzanne Lenglen va tan apretada, el partido entre Aliona Bolsova y Amanda Anisimova se tiene que mover a la Simone Mathieu, que es la nueva joya de Roland Garros. Se estrena en la presenta edición está preciosa pista, la tercera en importancia y a la que se llega después de un paseo muy agradable por los jardines que albergan los históricos invernaderos de la zona. A partir de las 18 horas, las gradas se van llenando y hay motivos para ello, pues Bolsova es la sensación de este torneo y Anisimova es una joven de 17 años a la que da gusto verla. Ganaría la segunda por 6-3 y 6-0 en una hora y nueve minutos.
La preciosa historia de Bolsova en París termina aquí, un 3 de junio que implica una derrota, pero de la que se pueden extraer cientos de aspectos positivos. La española de origen moldavo ha completado un Roland Garros escandaloso , llegando hasta los octavos procedente de la fase previa y sumando victorias de peso que le colocan en el top 100 (pasa a ser la 88 del mundo), y estos seis triunfos evidencian que ahí hay una tenista a tener en cuenta. Con 21 años, el futuro es suyo.
Como lo es de Anisimova, bestial esta norteamericana con genes rusos que con 17 primaveras, y siendo la 51 del mundo, tiene un repertorio de tiros asombroso. Ataca la bola con fiereza por ambos lados y, aunque todavía tiene muchas cosas por pulir, nadie perdería una apuesta si la coloca entre las mejores en un futuro no muy lejano. De hecho, se ha plantado ya en los cuartos de final de un Grand Slam y ahora desafía a Simona Halep, vigente campeona y expeditiva ante Swiatek (6-1 y 6-0).
Anisimova, campeona de Bogotá este año para estrenar palmarés, marcó las diferencias desde el sexto juego del primer set. Siempre dio la sensación de tener controlada la situación, si bien es cierto que Bolsova no estuvo mal en esos primeros instantes de tanteo. Sin embargo, a la catalana se le escapó el tren al perder su servicio y se le apagó la luz que le ha iluminado en todas estas jornadas de alegría.
Tiene motivos de sobra para estar feliz porque se ha hablado de ella en todos los medios , más que merecido el reconocimiento a esta jugadora diferente y que prefiere los pantalones a la faldita. Sus tatuajes han dado para hablar largo y tendido y, lo más importante, su tenis ha gustado muchísimo.
La despedida, en cualquier caso, fue algo dolorosa, incapaz Bolsova de frenar el tornado americano, un rosco sin concesiones. París ha conocido estos días a Aliona Bolsova y seguirá disfrutando de Amanda Anisimova, un diamante que lo tiene todo .
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