Tenis
El peligro de infiltrarse para competir
Tomar antiinflamatorios para calmar el dolor puede funcionar a corto plazo y, a la vez, hipotecar el futuro de los tenistas
El calendario tenístico puede ser catalogado como exigente sin temor a equivocarse. Rara es la semana en la que no haya un torneo de categoría ATP y los jugadores suelen acabar la temporada con más de 80 partidos disputados. Por poner un ejemplo, Novak Djokovic , número uno mundial, disputó 88 partidos en la pasada temporada: uno cada cuatro días. Si a eso se le suman los viajes y las horas de entrenamiento, se entiende que el dolor físico acompañe a los jugadores durante buena parte de sus carreras .
Sin embargo, la solución por la que abogan muchos tenistas para poder competir sin molestias - infiltrarse con antiinflamatorios para mitigar momentáneamente el dolor - puede producirles muchos problemas a largo plazo. Esto es lo que se desprende de un reportaje realizado por la agencia Reuters preguntando a médicos, tenistas y ex jugadores sobre el abuso de estos medicamentos y sus consecuencias .
Algunos confiesan sin tapujos lo que abusan de los antiinflamatorios, como el número 15 mundial Richard Gasquet : «Os sorprendería saber cuántos antiinflamatorios tomo», asegura a Reuters. El tenista francés añade: «No es algo que escoja hacer, pero a veces no tengo elección» .
Goran Ivanisevic , campeón en Wimbledon 2001, es de la corriente de Gasquet: «Me los tomaba como si fueran caramelos. Si el médico me recetaba dos, yo me tomaba cinco». Pero, como suele decirse, los antiinflamatorios fueron para Ivanisevic pan para hoy y hambre para mañana: sus dolores en el hombro llegaron a tal punto que ninguna medicación le hacía efecto y tuvo que pasar por el quirófano .
«La menor cantidad y tiempo posibles»
¿Qué dicen los médicos sobre el asunto? Reuters consultó al doctor Eric Matteson , que expuso los peligros de una ingesta abusiva para el organismo: desde « fallos en el riñón e hipertensión » hasta «úlceras gástricas. Lo ideal es tomar la menor cantidad posible y prolongarla el menor tiempo posible”.
Pero hay tenistas que sí están concienciados con los peligros de esta práctica. El número dos mundial, Andy Murray , admite que los toma pero únicamente cuando le aparecen «problemas con la espalda o la cadera». Y Jo-Wilfried Tsonga va más allá: «Odio este tipo de cosas. Solo las tomo si alcanzo semifinales o final y tengo algo. De lo contrario, prefiero sentir el dolor y ver cómo es la lesión ».