Abierto de Australia
Paula Badosa borra sus límites
La española alcanza por primera vez los octavos de final del Abierto de Australia y se convierte en la primera raqueta nacional en el ranking, quinta del mundo
Paula Badosa crece cada partido, descomunal su salto a las alturas desde las catacumbas emocionales. Disfruta ahora de sus primeros octavos de final en el Abierto de Australia y esa dinámica que la envuelve desde hace año y medio florece y se desarrolla cuanto más tiempo está en pista. Brazos al alto, sonrisa al cielo. Es su momento . Se lo está ganando, tres partidos de categoría para plantarse en la segunda semana del Grand Slam y soñando con cotas mayores. En Roland Garros 2021 ya estuvo aquí, así que hay experiencia y cabeza bien alineadas para hacer su historia.
Deja momentos estelares en la pista, como este triunfo ante Marta Kostyuk, tras dos horas y 20 (6-2, 5-7 y 6-4), pero también va calando su personalidad en el vestuario, felicitaciones y bromas en la red con la ucraniana; que esto es trabajo, pero las personas siguen después del resultado. «Me dijo que si sigo jugando así, podría hacer un muy buen resultado. Le dije que podría haber jugado un poco menos increíble porque me lo ha puesto muy difícil. Es genial ver este tipo de reacción de una rival después de perder». Badosa ya tiene un nuevo capítulo que escribe en Melbourne y se expande por el planeta: escalada en el ranking, próxima quinta raqueta del mundo . Hace un año era 67 y hoy es la primera española. Acepta la catalana el honor de llevar a España a la segunda semana, pues es la única en el cuadro femenino tras la derrota de otra tenista que se puede ir de Australia con la cabeza muy alta, Nuria Párrizas. «Me hace ilusión, es muy guay. Garbiñe Muguruza -perdió en segunda ronda- lleva muchos años dominando el tenis español de manera merecida. Estar en esta posición es fruto de mucho trabajo, de hacer las cosas muy bien, de que el nivel está ahí. Estoy muy contenta de tener esa responsabilidad», aceptaba la catalana, que mañana se medirá con la estadounidense Madison Keys.
Ese «mucho trabajo» comienza cuando todo parecía que tenía que llegar fácil, campeona júnior de Roland Garros en 2015, y fue todo lo contrario. Los focos se comieron la ilusión y hubo que elegir entre el adiós o el ahora. Badosa eligió el ahora. Y el camino, largo y más centrado en los éxitos diarios que en los de los domingos de torneos , fue adquiriendo cada vez más sentido. Afinó la técnica con la raqueta y consolidó su profesionalidad. La mentalidad también se enfocó: de tocar fondo a tocar el cielo; salto a las cien del mundo en 2019, primer título en Belgrado y segundo, y de los gordos, en Indian Wells, en 2021.
Ya en octavos del Abierto de Australia con la moral por las nubes porque se ha ganado con ejercicios de olvidar el error para centrarse en el acierto , de dejar que el ranking solo sea un número que queda fuera de la pista: «Estos partidos ayudan mucho. Era difícil porque yo era la favorita y tenía esa presión. Tuve momentos tranquilos, en otros estuve más irritable. Soy pasional, y muestro mucho las emociones, esta vez lo he hecho más. Era frustrante estar a un muy buen nivel y que a ella le saliera todo», admitió. Se ven los fallos, se conocen las soluciones , hay humildad para hallarlas.
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