Los otros Djokovic del deporte

Unos asoman desde la pasarela de la fama y otros aparecen desde la sombra del anonimato. Los antivacunas del deporte emergen en tiempos difíciles por la variante Ómicron que ha disparado los contagios en todo el mundo y contra el criterio científico que expone la eficacia de las vacunas y la protección que ejercen frente al coronavirus. Djokovic ha desatado un ciclón diplomático y social por su pretensión de jugar al tenis en un país que no admite a los no vacunados y a su estela se han desarrollado otros episodios de deportistas que niegan las propiedades de la inmunización. La estrella de la NBA Kyrie Irving, el centrocampista del Bayern Múnich Joshua Kimmich, el futbolista francés del Chelsea N’Golo Kanté o el surfista Kelly Slater se han negado a la vacunación con diferentes consecuencias.

Irving se ha convertido, como Djokovic, en un adalid de los antivacunas. Al jugador de los Nets no le ha importado perder casi 300.000 euros por partido y ha preferido no renunciar a sus creencias. Advirtió desde el principio de la temporada que no se inmunizaría y su equipo, que soñaba con una tripleta de fábula formada por él mismo, Kevin Durant y James Harden, lo apartó de la circulación esperando que reconsiderase su postura. No lo hizo. «La vacuna es un instrumento de Satanás para controlar a la población negra» , adujo Irving, potente líder del sindicato de profesionales de la NBA y notable activista del ‘Black Lives Matter’ (’Las vidas negras importan’). Le compró una casa a la familia de George Floyd después de que este fuese asesinado por la policía el 25 de mayo de 2020.

Irving ha conquistado la primera victoria de los antivacunas. Encerrado en su idea, esperó hasta que los Brooklyn Nets cedieron ante la avalancha de contagios que sacudió en diciembre la NBA y se quedaran cortos de plantilla. Los Nets han accedido a que Irving juegue sin vacunarse y que lo haga solo en los partidos que se celebren fuera de Nueva York. El estado neoyorkino tiene una de las leyes más restrictivas de Estados Unidos: nadie puede entrar en un pabellón sin estar inmunizado.

El futbolista más polivalente del Bayern Múnich, Joshua Kimmich, provocó la reprimenda de la mujer más poderosa de Europa en la última década. «Espero que reconsidere su posición» , dijo la excanciller alemana Angel Merkel a propósito de la negativa del centrocampista y lateral a pasar por la inyección protectora. ElBayern Múnich aplicó una sanción económica a Kimmich por cada día de ausencia en el trabajo, según marca la reglamentación del país. También lo hizo con Choupo-Moting y Cuisance, antivacunas ambos. A principios de diciembre y después de contagiarse por el coronavirus, Kimmich cambió de parecer. «Era difícil hacer frente a mis miedos y recelos, por eso he estado tanto tiempo indeciso», explicó.

Thomas Tuchel, entrenador del Chelsea, dejó entrever que el francés Kanté era reacio a la dosis después de haberse contagiado. «Son adultos, deben tener la libertad de elegir vacunarse o no. Lo fácil para mi sería decir que deben vacunarse y recibir el aplauso de la gente ¿Pero tengo derecho a decir eso? Creo que no ».

El golfista estadounidense Bryson DeChambeau perdió casi cinco kilos y tuvo ataques de tos durante los días en que estuvo infectado por el Covid, positivo que le tachó de los Juegos Olímpicos de Tokio. Una vez superada la enfermedad y preparado de nuevo para la acción, el golfista dice no tener la necesidad de vacunarse. «La cuestión es que la vacuna no evita necesariamente que te contagies . Soy lo suficientemente joven y prefiero que vaya para personas que la necesitan de verdad, yo no la necesito».

La estrella del surf Kelly Slater es un extremista en su opinión. «Es una enfermedad de obesos, enfermos y ancianos».

El penúltimo caso con cierta repercusión ha sido el defensa del Atlético Renan Lodi, quien no se ha posicionado contra las vacunas, pero que fue apartado de la selección brasileña «por no haberse vacunado», dijo el seleccionador brasileño Tite .