Roland Garros

Nadal, a la reconquista de París

El balear aterriza en Roland Garros con mejores sensaciones que el año pasado, aunque admite que Djokovic es el favorito

Rafa Nadal, en un entrenamiento en Roland Garros REUTERS

L. M.

París se engalana estos días en los que el mundo del tenis pone sus ojos en ella. Su emblemática Torre Eiffel comparte focos y atenciones con Roland Garros , el recinto en el que se debate desde hoy y hasta el próximo domingo 5 de junio el segundo Grand Slam del año. Especial en esta edición porque el nivel con el que llegan los grande espadas presagia auténticas batallas a cinco sets. Sin Roger Federer , pero con Novak Djokovic, Rafa Nadal y Andy Murray como destacados en lo más alto; Stanislas Wawrinka, Kei Nishikori y Tomas Berdych los acechan; Dominic Thiem o Nick Kyrgios persiguen su estela.

Por cariño, historial y deferencia, Rafa Nadal regresa a la que podría considerar su segunda casa. Incluso su origen. Aquí comenzó a hacerse un nombre con su primer triunfo en 2005. Aquí lo convirtió en leyenda al acumular ocho títulos más. Dos derrotas en once ediciones . Motivos de peso para merecer la admiración y el respeto de todo el circuito. Desde el principio de su carrera, convirtió París en un oasis aun cuando el curso no presentara notas destacadas. Sin embargo, la Chatrier le negó los honores de un décimo trofeo en 2015, desprovisto el de Manacor de sus mejores recursos para pelear contra los más grandes. No obstante, hincó la rodilla en cuartos de final contra el dictador del planeta tenis en los últimos tiempos, un Novak Djokovic que terminó finalista.

Los aires de 2016, sin embargo, envuelven a Nadal en un halo de optimismo con el que encarar el camino de su décima Copa de Mosqueteros. Debuta contra Sam Groth y acude desprovisto de favoritismo y cargado de confianza. Recuperada su fuerza mental después de semanas en las que, llegó a asumir, él era su propio enemigo. Recuperados sus mordiscos con los títulos del Masters 1.000 de Montecarlo y el Conde de Godó . Recuperadas su fortaleza y su ambición para tratar de tú a tú a Djokovic en los cuartos de Roma. «Deberes hechos», indicaba el balear. «Ha sido una temporada de tierra sin altibajos, estuve un poco peor en Madrid que en los otros, pero en general la línea ha sido bastante regular. Desde Indian Wells». Su ascenso, en lo físico y lo mental, se plasmó también en sus palabras: «He hecho las cosas bien, los deberes en la gira de tierra están hechos y el año pasado no lo estaban. Entonces perdí partidos contra gente que no tenía que haberlos perdido. Este año no».

Amenaza a Djokovic

«Es el número uno, llega con números imparables y ha estado a punto de ganar en París muchas veces, así que es el máximo favorito », descarga presión el balear al hablar de su verdugo el año pasado en una final demasiado temprana. No se repetirá este curso, pues la ausencia de Federer y el sorteo evitan el choque con el número 1 hasta las semifinales . Es el serbio el que llega a Roland Garros con cinco títulos en la mochila: Doha, Abierto de Australia, Indian Wells, Miami y Mutua Madrid Open. Con 37 victorias y solo tres derrotas: tuvo que retirarse ante Feliciano López en Dubái, resbaló en su estreno en Montecarlo ante Jiri Vesely, Andy Murray lo superó en la final de Roma. Tres manchas, sí, pero en otro comienzo de curso espectacular.

A su apariencia de imbatible y sus números de récord, Djokovic suma su avidez por conquistar su último bastión. Lo ha ganado casi todo. En ese casi, un título en París, necesario para consagrarse en la historia. No obstante, el aliciente por llenar ese hueco en la vitrina puede ser su condena. También en 2015 mostró su superioridad en todas las plazas, salvo en la principal. Stanislas Wawrinka lo frenó en el domingo de gloria, el momento de la verdad. Primera advertencia. El serbio ya nota el aliento del vértigo por firmar su nombre en la Copa de Mosqueteros: Nadal le plantó cara en los cuartos de Roma (7-5 y 7-6 (4)), y Murray lo doblegó en la final (6-3 y 6-3) para arrebatarle el título. Segunda advertencia.

En su escalada hacia la cima del tenis, Murray se consagró con el US Open de 2012, y ante su público en Wimbledon 2013. Y desde hace tiempo también hace méritos en tierra batida. Se lo puso muy difícil a Djokovic el año pasado, y en este, también en la final del Mutua Madrid Open. Su único título del año, sobre la arcilla romana. Su candidatura es firme.

Secundarios de lujo

A los tres actores principales se añaden en esta edición unos secundarios de lujo. Wawrinka defiende título y llega pleno de confianza tras el título en Ginebra. David Ferrer quiere levantarse de un curso gris en un torneo en el que fue finalista en 2013. También Roberto Bautista quiere reivindicarse en París. Kei Nishikori suma dos semifinales en tierra y Jo-Wilfried Tsonga quiere deleitar a su público.

Y surgen nombres de categoría de una nueva generación que busca su portada. Sobresale Dominic Thiem , que ya ha provocado sustos entre los más grandes. Superó a Nadal en Argentina, a David Ferrer en Río y a Federer en Roma. Acumula 32 victorias y tres títulos: Argentina, Acapulco y Niza. Y con fogonazos de brillantez y oscurantismo, Nick Kyrgios. Capaz de vencer a Tomas Berdych o a Wawrinka en el Mutua Madrid Open, le sobra talento, pero le falta regularidad para jugar en las grandes ligas. En esa élite: Djokovic, Murray y Nadal. Todos con opciones, todos con alicientes. Todos para un solo Roland Garros.

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