Tenis | Masters 1.000 Roma
Nadal, 200 días después
«Los automatismos se pierden de tanto tiempo sin jugar y no se recuperan tan fácil», reconoce en Roma, donde aspira a su décimo título
El tenis, por fin, parece haber encontrado la fórmula más adecuada para regresar. Aun con sus restricciones y sus dudas, se compite ya con ciertas garantías de éxito. La prueba de la burbuja de Nueva York, todavía con matices y algunas críticas, satisface al circuito, que ya tenía ganas de desempolvar la raqueta. Olvidado Estados Unidos con un campeón de Grand Slam, Dominic Thiem , primero en nacer en los 90, el planeta tenis centra su mirada en Europa, en la gira de tierra batida, en el torneo de Roma, donde también, por fin, Rafael Nadal volverá mañana a vestirse de tenista.
Han sido casi 200 días de ausencia de las pistas para el balear, desde que ganara el título de Acapulco contra Taylor Fritz el 29 de febrero . Después, como todos, confinado en casa y con la incertidumbre que despertó la pandemia. Primero con las dudas de si se llevarían a cabo los torneos programados en marzo -el primero en cancelarse fue Indian Wells-, y luego asumiendo que el parón iba para largo.
En la vida de un tenista, siempre con la maleta hecha para volar de una punta a otra del planeta, esta pausa le «obligó» a desconectar: salidas al mar, campeonatos de golf, seguir las noticias. También replanteándose muchas cosas porque no solo es tenista y la salud propia y de los suyos siempre serán la prioridad . «Es un sentimiento personal después de hablar con mi gente. Mi corazón me dice que no hay que hacer estos viajes largos y preferimos estar en Mallorca, aquí la cosa parece bajo control. La situación está como está, mi ánimo no estaba preparado para viajar a Nueva York y competir», expuso cuando decidió ausentarse del Grand Slam estadounidense, donde defendía corona.
También pendiente de una agenda cambiante, exprés y concentrada. «Si puedo organizar bien mi calendario, voy a ser competitivo», reiteró. Y se marcó su propia hoja de ruta: hacer de septiembre un nuevo junio , sin torneos de exhibición, y con el Mutua Madrid Open, Roma y colofón en Roland Garros, alteradas después las fechas por la cancelación de Madrid y el adelanto del Masters 1.000 italiano. Donde ya apura las últimas horas antes de debutar contra Pablo Carreño en un escenario en donde ha ganado en nueve ocasiones.
Han sido 200 días fuera de la competición, aunque no de las pistas. Regresó en mayo con una preparación atípica, con más descanso que tenis, con las complicaciones de no tener un objetivo al que enfocar la concentración. Por primera vez en quince años pasó su cumpleaños en casa, el 3 de junio, y recibió las visitas de diferentes tenistas, como Grigor Dimitrov, para poner en marcha un cuerpo que con 34 años acusa más que los jóvenes un parón de tantos días. Como dato, Nadal no se había ausentado tanto tiempo desde la lesión en la rodilla en 2012, que lo tuvo siete meses parado. «La situación es parecida a cuando tienes una lesión. Llevo semanas entrenándome, pero no tengo ritmo competitivo. Los automatismos se pierden después de tanto tiempo sin jugar y no se recuperan tan fácil », admitió ayer en su atención a los medios.
Mañana, contra Carreño
En el Foro Itálico desde hace unos días, aumentó el nivel de las sesiones con rivales como Khachanov, Ruud o Wawrinka. «Estoy feliz de estar de vuelta. Las circunstancias han sido difíciles para todos, pero aquí estamos. Roma siempre es emocionante, aunque no haya público y estemos en una burbuja», afirma. Pero es consciente de que otros rivales llegan cargados de minutos de exigencia real después de las tres semanas de competición en Nueva York, como Carreño, semifinalista en el US Open. «No jugar allí me da una ligera desventaja, porque vienen con un rodaje que yo no tengo. Las últimas semanas los entrenamientos han ido a mejor, pero son muchos meses sin jugar y la competición es otra cosa. Tendremos que ser pacientes y tener calma. Las expectativas que tengo son ir a la pista y tratar de sentirme competitivo . Ese es el primer objetivo», expone.
A partir de ahí, verá lo que puede conseguir. No estaría mal sumar el décimo Masters 1.000 de Roma, aunque empiece con un buen «test», como definió él mismo a Carreño, y tenga por su lado del cuadro a otros ilustres nombres como Raonic, Schwartzman, Rublev o Tsitsipas. Solo en la final, un esperado choque con Novak Djokovic, apuntado en Roma tras la eliminación en el US Open por un pelotazo a destiempo a una juez de línea. El serbio no quiere perder más oportunidades de atrapar a Nadal en número de Grand Slams (a dos del balear, 17 a 19) y Roma le proporciona un buen entrenamiento para Roland Garros. Donde Nadal, de vuelta 200 días después, ha fijado su gran objetivo, aunque no sea junio.
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