Muguruza, a por el título en Dubái

Tuvo una primera bola de partido al resto, con 5-3, pero el tenis es un deporte en el que la mano empieza a temblar cuando ya casi acaricias la victoria. Después de esa oportunidad, tuvo que trabajarse otra, y otra, y otra y otra más. Y a la séptima, Garbiñe Muguruza logró su objetivo: final en el WTA 1.000 de Dubái, tercera en el curso, tras superar a una peleona Mertens por 6-4 y 7-6 (5).

Agresiva como siempre, trató de restarle tiempo a la belga en cada punto. Consciente la española de que Mertens es una luchadora incansable en lo defensivo , quiso no dejar respirar a la rival. En cuanto lanzaba una bola alta, Muguruza se plantaba dentro de la pista para atajar la pelota y evitar la reacción defensiva de la belga. Y todo fue según el plan. Todo, menos el servicio, que tambaleó desde el principio hasta el final (8 dobles faltas) e hizo sufrir demasiado para un partido que tuvo controlado desde el segundo juego.

Tembló la mano en el saque desde el inicio. En ese primer turno cedió el break Muguruza. Pero esta Muguruza lleva 17 victorias en 2021, más que nadie, y ha afilado la cabeza aún más que las manos . De perder el priemr juego a ganar los cuatro siguientes. Y con la renta, el primer set. Con otra muestra de que los nervios temblaron demasiado con el primer golpe porque la primera manga se la llevó al resto aun cuando tuvo 5-3 a favor.

En la segunda manga, más igualdad, pero también las sensaciones indicaban que Muguruza estaba más segura y más letal en la pista. bertens corría, y corría de maravilla. Metió trampas con bolas altas, pero que la española supo definir muy bien y otras que no solventó de manera tan brillante cuando había que lanzarse a la red. Pero nunca pareció peligrar el encuentro para la ganadora de dos Grand Slams.

Hasta que, con todo a favor, el saque la metió en un lío tremendo del que tuvo que deshacerse con paciencia, garra y sin desesperación, herramienta mágica que está llevando en volandas a Muguruza en este 2021. Tuvo una primera bola de partido con 5-3 al resto. Levantó Mertens con un gran revés. Tuvo después dos opciones más, ya con su servicio, pero fue el talón de Aquiles que la llevó a tener que permanecer media hora más en la pista desde aquella primera oportunidad. porque la belga reaccionó ante la falta de puntería de la española. Fueron otras dos opciones de partido al resto. También fallidas. Y dos más en el tie break, hasta que a la octava, por fin, Muguruza pudo por fin sentarse en el banquillo, con cierta cara de frustración por no haber sabido atajar el encuentro antes, pero con la satisfacción de que el sábado jugará su tercera final en este curso.

Son 17 victorias en 2021, más que nadie. Y su tercera final después de las de Yarra Valley y la de Doha. Ambas perdidas, contra Barty y Kvitova, pero esta Muguruza tiene todo en su sitio para haberse sabido ganar otra oportunidad de sumar otro trofeo a su vitrina. Hace ya demasiado de Monterrey 2019 y por tenis y por cabeza está aquí, en el WTA 1.000 de Dubái en otra oportunidad para besar por fin la gloria.