Tenis

Djokovic se apunta al Abierto de Australia tras recibir un permiso

El tenista serbio, que se niega a aclarar si está vacunado contra el Covid, podrá jugar el primer Grand Slam del año gracias a la obtención de una exención médica

Novak Djokovic EFE

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Duda despejada: Novak Djokovic sí participará en el Abierto de Australia, que comienza el próximo 17 de enero, después de que el Gobierno del Estado de Victoria le haya concedido una exención médica para acudir al país, y al torneo, sin la obligatoriedad de estar vacunado. El campeón de 20 Grand Slams, nueve de ellos en Melbourne, anunció la nueva a través de sus redes sociales con una foto a pie de avión y con las maletas preparadas.

«Feliz Año Nuevo a todos. He pasado unos días estupendos con mis seres queridos en estas vacaciones y hoy me dirijo a Australia con un permiso de exención. ¡Vamos, 2022!», escribió el serbio, que había alargado la incógnita sobre su participación en el primer Grand Slam del año desde que las normas anticoronavirus australianas impusieran la doble pauta de vacunación para todo aquel que quisiera aterrizar en el país. Pero el serbio ha encontrado en un pasaporte médico la vía de entrada sin pasar por las dosis. Al menos, es lo que se desprende de esta solicitud, pues el número 1 del mundo, que se ha mostrado públicamente reacio a las vacunas desde que empezó la pandemia por el coronavirus, nunca ha hecho oficial su estado sobre las mismas amparándose en que esa información es privada. « Djokovic solicitó una exención médica que fue otorgada tras un riguroso proceso de revisión que involucró a dos paneles independientes de expertos médicos», indicó Tennis Australia.

Las exenciones médicas, según la normativa del Estado de Victoria, están restringidas a personas que han sufrido una enfermedad cardíaca inflamatoria en los últimos tres meses; a las que han contraído el virus en los últimos meses, por lo que la vacuna estaría contraindicada; a las que han sufrido una afección grave cuyo origen está en la propia vacuna; o a las personas que tienen problemas de trastornos mentales, por lo que la vacuna puede suponer un riesgo. Y, tanto el Gobierno como el torneo, han defendido que los procesos para otorgar estos permisos están sujetos a estrictos controles independientes. «Cualquier jugador que reciba una exención ha superado dos procesos independientes para verificar que tienen una razón médica comprobada y que se ajusta a los criterios. Las peticiones se realizan, primero, a Tennis Australia. Si se aprueba por el panel de expertos compuesto por médicos de los campos de la inmunología, enfermedades infecciosas y de medicina general regulados por el Departamento de Salud de Victoria, la solicitud es revisada por el Panel de Revisión de Exenciones Médicas Independiente (Imerp, por sus siglas en inglés), formado por tres profesionales médicos altamente cualificados expertos en cardiología, medicina deportiva e inmunología y elegidos por el Gobierno, que trabajan siempre bajo las directrices del Grupo Asesor Técnico Australiano sobre Inmunización (ATAGI)», explicó el comunicado del torneo. «Los protocolos justos e independientes se han establecido para comprobar las exenciones médicas que nos permitan asegurar que el Abierto de Australia 2022 es seguro para todos», subrayó a su vez el director, Craig Tiley.

Djokovic ha mantenido en vilo al torneo desde que se supo que el criterio para aterrizar en Australia era el de estar vacunado. Y añadió más incertidumbre cuando se dio de baja de la Copa ATP, que se celebra estos días en Sídney. Incluso el padre del jugador había manifestado que su hijo no jugaría y tildaba la norma de la vacuna como un «chantaje». Las autoridades sanitarias habían sido claros en que no era ningún chantaje y en que no habría tratos de favor porque se trataba de la salud del país. «Para participar en el torneo, debe tener una buena excusa para explicar el motivo de su no vacunación», advirtió Martin Pakula, ministro de Deportes de Victoria, hace un mes. «No hemos hecho esto para intentar darle la oportunidad de jugar. Todos los que participan deben estar vacunados o tener una razón importante para no estarlo. No me corresponde a mí, ni al Primer Ministro determinar si puede o no jugar. Será evaluado por un comité de expertos». Y ese panel de expertos ha otorgado finalmente a Djokovic su billete de entrada en Melbourne, a donde viajó ayer después de pasar unos días afinando su tenis en Marbella, con la intención de defender la corona conquistada en los tres últimos años e intentar sumar su décimo trofeo en tierras australianas.

Un décimo título que supondría para él convertirse en el tenista masculino con más Grand Slams, al deshacer el empate que mantiene con Roger Federer, de baja en Australia, y con Rafael Nadal, a 20. El español, no obstante, ya ha empezado en ritmo de competición. Jugó hoy, en el dobles -con Jaume Munar - del ATP 250 de Melbourne, su primer partido oficial desde el 6 de agosto, tras cinco meses de recuperación de la lesión en el pie izquierdo y tras superar el contagio por coronavirus de hace quince días en Abu Dabi.

La inclusión de Djokovic en la lista de inscritos para el primer Grand Slam del año ha suscitado, no obstante, reacciones contrarias por lo que, se desliza, un trato de favor hacia el serbio, número 1 del mundo y con récord de triunfos en Melbourne Park.

Excepciones

«Creo que si fuera yo el que no estuviera vacunado, no obtendría la exención. Pero, enhorabuena por haberlo dejado todo claro. Al final, tienes que creer en que tiene una razón válida para la exención médica», afirmó ayer Jaime Murray, hermano de Andy Murray. Se conocen al menos dos casos en los que se ha negado el pasaporte médico para poder participar. Al júnior indio Aman Dahiya, que indicó que no podía vacunarse porque en su país la vacunación para los menores de 18 años no había sido aprobada todavía. Intentó incluso vacunarse en otros países, pero vio rechazada su solicitud al entender los expertos médicos que sí que es persona elegible para la vacunación. Otro caso sin remedio es el de la rusa Natalia Vikhlyantseva, de 24 años, que anunció que no participaría en el torneo debido a que la vacuna con la que se inmunizó en su país, la Sputnik V, no está recogida entre las aceptadas en Australia.

El permiso a Djokovic también ha suscitado reacciones contrarias entre la ciudadanía; muchos australianos no pudieron regresar a su país durante la pandemia al no recibir exenciones y fue uno de los territorios del mundo más estrictos en cuanto a confinamiento.

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