Andy Murray vuelve a sonreír: ha recuperado su anillo de casado . «¿Os lo podéis creer? Las zapatillas, todavía apestosas, han vuelto; el anillo de casado ha vuelto; y yo tendré un regreso cómodo a casa», expuso el escocés después de dos días de tensión.
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El tenista, casado con Kim Sears y padre de tres hijos, había enviado un mensaje de ayuda a través de las redes sociales tras sufrir el robo de las zapatillas de entrenamiento. Tan sudadas y apestosas, explicó, que decidió no dejarlas en la habitación del hotel sino al aire libre debajo del coche. Con la mala suerte de que al día siguiente se las habían robado. El agobio no era por las zapatillas, claro, sino porque acostumbra a atar su anillo de bodas en los cordones para que no lo moleste en la mano mientras se entrena. Y ahí llegó el pánico. Cuando se dio cuenta de que la alianza la había dejado en esas zapatillas sudadas que le sustrajeron .
Después de hablar con el hotel y revisar las cámaras de seguridad, el viernes, Murray envió otro vídeo por redes sociales contando el final feliz: «Tengo un pequeño aviso que contaros: ¿os lo podéis creer? Las zapatillas siguen apestosas, pero han vuelto; el anillo también».