ATP China Open 500
Nadal, otro pasito más
El balear supera a Vasek Pospisil y alcanza los cuartos del Open de China (7-6 (3) y 6-4) donde se medirá a Sock
Encara Rafa Nadal la reválida de septiembre. Tras un curso gris, el tenista balear necesita recuperar el nivel perdido. Volver a demostrarse, más a sí mismo que a sus propios hitos, que tiene el tenis necesario para alcanzar glorias más allá de los trofeos mordidos en Buenos Aires, Stuttgart y Hamburgo. Premios de consolación para un devorador de hazañas como él, reflejos de un 2015 atípico, despedido de los Grand Slam en cuartos (Roland Garros), segunda ronda (Wimbledon), tercera ronda (US Open). El Open de China inicia la gira asiática y, después de un sufrido triunfo contra Wu Di, sabe que falta mucho, pero da otro paso ante Vasek Pospisil al superarlo en dos sets 7-6 (3) y 6-4.
Vasek Pospisil retaba desde su posición 44 del mundo al regreso del balear a las pistas. Un desafío con aliciente añadido porque no hay cruces anteriores. Sin rémoras del pasado, el canadiense optó por jugarse los derechazos; Nadal , por calibrar sus ventajas, por mostrar su mayor calidad sobre el ranking, por hallar la tensión competitiva y la solidez en su juego.
En esa travesía por los espejos, el partido cumplió una hora sin disputarse el último punto del primer set. Con más pico y pala que pluma, el español aguantó su servicio sin sufrir demasiado, pero sin brillantez. Tuvo una opción de llevarse el primer parcial sin la lotería del tie break, pero resistió el canadiense y desistió el español . Sin errores de bulto y sin destellos, sino con un trabajo continuo del 8 del mundo , a Nadal se le escapó por fin el puño cuando Pospisil no pudo contestar desde la red una derecha paralela. Pico y pala para que el set se reflejara en su marcador. Aunque no hubo demasiada alegría en su juego ni en el rostro de su entrenador, Toni Nadal, satisfecho por el trabajo, consciente de que falta pulir mucho más .
Para el canadiense fueron los saques directos -10, por 0 de Nadal-, y los golpes ganadores, pero para el balear fue el primer set. La falta de velocidad en las respuestas, la puntería sin afinar de las grandes derechas, la ausencia de ritmo en las piernas lo suplió con su tenis de resistencia, de aguante , de forzar al rival a un golpe más que el número 44 del mundo no siempre tuvo.
Mejoría paulatina
Con el set en el bolsillo, se animaron los gestos, se afianzó la fe en ese efecto imposible tan característico del balear como intermitente en los grandes momentos de esta temporada. Aunque todavía la confianza circula demasiado lejos de la línea de fondo , con un ataque que choca con la línea de saque y no con la más profunda, las más hiriente. Circunstancias que favorecieron el juego de Pospisil, y que impidieron que Nadal desarrollara el suyo en todo su esplendor, de siempre potente, sin mordiente en este 2015.
Y, sin embargo, a Nadal le bastó dar un paso adelante en la pista para intimidar a su rival en el quinto juego. Al resto, el español cumplió con el ranking y aprovechó la única rotura para enfilar el set hacia la victoria. Se desinfló Pospisil, que aún aguantó los demás saques; se hinchó de un plus de confianza Nadal, todavía con mucho camino por delante para que los triunfos lleguen contra tenistas de alto postín. Y firma, sin embargo, una victoria con oficio y cierta luz al final del partido. Otro pasito hacia sí mismo.
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