Sevilla - Betis: El derbi, donde ganar tiene todas las respuestas
Sevilla y Betis se citan en el Sánchez-Pizjuán con la rivalidad local en litigio y Europa como meta común;Vaclik vuelve y Canales es la gran duda
Derbi. Cinco letras que resumen tanto. Que aceleran el latido de los corazones rojos y verdes. Ejercicio retroactivo de ilusión para repasar por qué cada parte de Sevilla siente así . Las raíces, los orígenes. El derbi de la calle, del barrio, que hoy se convierte en mundial. La rivalidad internacionalizada. La pasión que traspasa fronteras. Compórtense que está medio mundo mirándoles. El derbi como escaparate de Sevilla. Ahí está la responsabilidad global. En la particular, lo que corresponde a cada equipo hacia cada afición. Y es que el partido no acaba en los noventa y pico minutos hasta el triple pitido de Hernández Hernández, sino que ahí comienza el que más dura, el que más duele o se disfruta. Cada uno arrima el ascua a su sardina. Siempre ha sido así y no hay motivo para cambiarlo. No dejen que les arrebaten su esencia. Llega el de hoy con Europa, Caparrós y Canales como tendencias . Una común; las dos siguientes, exclusivas. Seis puntos y cuatro puestos de diferencia a favor del Sevilla. También 70 millones de presupuesto justifican su condición de favorito. Pero todo salta por los aires cuando comienza a rodar el balón. Ahí el tópico desafía a la razón. Quizás la semana se ha inundado de mensajes para embridar a los protagonistas y que la pasión no impida que la cabeza gobierne. Una empresa inevitable.
La fecha le presta más literatura al litigio. Pasión, hermandad, penitencia. Hasta la campaña electoral, porque quede como quede el duelo todos dirán que han ganado de alguna manera. El CIS es menos fiable que el de Tezanos porque ningún sevillista ve a su equipo desprovisto de la vitola de vencedor ni ningún bético renuncia a soñar con otro aldabonazo como el 3-5 del año pasado.
Europa es la meta común pero con matices . El Sevilla busca sacar nota con la Liga de Campeones . Y el Betis, alcanzar la Liga Europa, aunque sin renunciar a la matrícula de honor de la cuarta plaza. La ambición está en el libro de estilo de ambos. Hoy se define la liga local, la que innegablemente condiciona todas las valoraciones. En la primera vuelta decidió Joaquín. Ahora se busca un protagonista. O varios. Caparrós tendrá su sitio. Vuelve al Sánchez-Pizjuán después del anuncio de su enfermedad pero, sobre todo, como el dique rojo a la racha bética en los derbis desde que llegó Setién y volvió Serra: dos victorias verdiblancas y un empate. Un paréntesis, o quién sabe si un cambio de tercio, con respecto a la superioridad histórica de Nervión en duelos de esta naturaleza.
Pocas articulaciones han tenido tanto protagonismo como el tobillo de Canales en esta semana . En el Betis reclaman al colegiado «protección» ante su posible titularidad. Setién aún duda. El jugador quiere. Hoy se decidirá. La ausencia o presencia del rubio cántabro no alterará en exceso el dibujo. Setién apela al juego de memoria. Caparrós, a la presión alta y al empuje de Nervión , que ayer ya dejó una pincelada más que notable. La posesión será un objeto de discusión. Pero la pelota no tendrá dueño. La calidad de ambas plantillas no lo permitiría. En todo caso se espera casi de todo menos fútbol de salón. Quizás acciones puntuales. Discursos entrecortados y un árbitro que debe marcar terreno nada más arrancar a rodar la pelota, porque el discurrir del choque también se lo puede llevar por delante.
Caparrós recupera a Vaclik , le puede buscar un hueco a Roque Mesa en la medular y dejar más suelto a Banega con Promes sacrificado. Sidnei o Feddal, Junior o Tello, Joaquín o Emerson, Jesé o Loren . Ahí están las dudas béticas más allá de Canales. No son pocas. Todo se conocerá una hora antes y el partido dirá si Caparrós o Setién acertaron o no. Ganar tiene todas las respuestas porque es lo único que importa.
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