Paquito Navarro: «Lo mejor de ser número uno del mundo de pádel es compartirlo»
Es el primer jugador sevillano que lidera el ránking del World Padel Tour en toda su historia
Tiene 30 primaveras y aún le llaman Paquito . Será porque en el fondo sigue siendo aquel niño sevillano, de Los Remedios, que un día cogió una pala de madera y empezó a golpear una pelota contra la pared en un patio en el que todos jugaban al fútbol. Hoy, el pádel mundial admira al que algunos llaman «duende», por su calidad, y otros tildan de «huracán», por su competitividad, en el decimotercer deporte con más licencias en España, 72.266, según la memoria del CSD en 2018, sin poder contar de manera exacta la cantidad de personas que lo juegan diariamente en cada ciudad. Francisco Navarro Compán (Sevilla, 1989) se ha cansado de mirar al cielo del pádel mundial: lo ha conquistado de derecha y de revés. Y atiende a ABC de Sevilla feliz y pleno por saber, entre tanto número, cuál es el suyo ahora mismo: el número uno.
Por fin llegó. Llega a situarse lo más arriba del ránking mundial de uno de los deportes más practicados de toda España. ¿Qué es lo primero que pasa por su cabeza?
Pasa de todo:alegría, felicidad, nostalgia, orgullo. Te vienen recuerdos de la infancia, adolescencia y madurez deportiva. Estaba soñando con este momento. Y, de repente, como sin darte cuenta, ya está, lo tienes, eres el número uno del mundo. Se te suelta la lágrima y empiezas a pasar revista, porque lo mejor del premio, como dice la lotería, es compartirlo. Y echas la vista atrás y recuerdas a todos los que te han acompañado en este camino, que no son pocos, empezando por supuesto, por mi familia, esos que me quieren tenga el ránking que tenga.
En lo más alto de esa clasificación ahora pone «Paquito», ¿cómo de especiales van a ser estas navidades en su casa?
Son siempre especiales. El hecho de reunirnos y celebrar hace que el pádel pase a un segundo plano, aunque seguro que mi padre y mi hermano Kiko hacen sus particulares análisis de la temporada (risas). Somos una familia grande y siempre terminamos con divertidas reuniones con amigos. Eso es lo más importante.
Usted sabe mucho de seguir adelante a pesar de los daños, ¿ha pensado en las derrotas profesionales que ha tenido que pasar?
Es que, si echas la vista atrás, por muy bien que te vaya deportivamente, la vida está llena de derrotas. Por muy bien que juegues un torneo, si pierdes en la final, te vas a casa derrotado. Hay rachas, y, aunque a nadie le guste perder, la realidad es que en la derrota se aprende mucho. Le das vueltas a la cabeza, analiza, se replantea todo una y otra vez. Te hace evolucionar sin confiarte.
¿De qué se siente orgulloso una vez ha llegado hasta aquí?
De no haber tirado la toalla nunca. A pesar de tantísimas derrotas y decepciones, sangrar, llorar, y un montón de desilusiones por el camino, de haberme vuelto a levantar, haberme curado las heridas y quitado el polvo, y volver a la batalla un día más. Intentarlo siempre un día más.
¿Qué supone para usted ser el primer sevillano número uno mundial de pádel?
Un enorme orgullo. Aunque me siento enormemente querido allí donde voy, es verdad que en Andalucía noto el calor especial de mi gente. Tengo buenos amigos en las ocho provincias. Mi pena es que llevemos unos años sin World Padel Tour. Espero que se solucione pronto, y aquí estoy si alguien piensa que puedo ayudar en algo para que el pádel profesional vuelva a mi ciudad.
Le habrán llamado del Ayuntamiento de Sevilla, de la Diputación o de la Junta para otorgarle algún recibimiento de honor, ¿no?
Aún no. Tampoco es algo que me preocupe. Sé que la mayoría de los sevillanos hoy se sienten orgullosos. Lo de las instituciones y reconocimientos, para mí, pasa a un segundo plano.
¿Qué supone Sevilla para usted?
Es mi tierra, mi casa, donde nací, donde me crié. Es mi infancia, los Padres Blancos, los primeros amigos. Es el club Zaudín donde empecé a jugar. Es la Feria de Abril. Es el lugar al que vuelvo a descansar después de la temporada. Se me llena la boca al decir que soy sevillano y andaluz.
¿Cuál es la cualidad que más le gusta de Juan, su compañero?
Es puro talento. Sólo con ver la velocidad a la que se ha adaptado a jugar a la derecha ya está todo dicho. Además, al tener tanta envergadura, ocupa mucha pista. Tiene una pegada descomunal, posiblemente la mejor del circuito.
Si Lebrón es el lobo, ¿Paquito es un león?
No sé si soy un león, pero seguro que soy un animal que, sin perder la fiereza, la garra y la competitividad, ha aprendido también a vivir los partidos de modo más cerebral, sin perder mi pasión, pero midiendo los momentos.
¿Le pondría algún ‘pero’ a este año que finaliza?
Que el Betis no juegue la Champions (ríe). Ahora, en serio, al año no le puedo poner ni un sólo pero, pero claro que puedo analizar y mejorar.
Supongo que la palabra «retirada», del diccionario de Paquito Navarro, la sacamos como su servicio: de revés y fuerte.
No me envejezcas tan rápido. Puedo dar guerra unos cuantos años más. ¿No dicen que los 40 son los nuevos 30? Pues esperemos que me queden por lo menos otros diez añitos dando candela.