Paco Gaviño: «Soy muy joven y estar en los Juegos es un éxito increíble»
El sevillano muestra ilusión y ambición por seguir progrsando en el Concurso Completo
«Ya me lo estoy empezando a creer un poco más. En realidad, lo sabía desde que acabé el concurso de Pratoni del Vivaro. Llevaba todos los cálculos hechos y, cuando terminé de competir, sabía que era mía, lo que pasa es que no se podía oficializar hasta que no se publicara el ránking y no se cerrara la inscripción del último concurso del año, en Nueva Zelanda. Así que estaba contenido, pero lo sabía». Quien así se expresa es Paco Gaviño , el jinete sevillano que ha hecho historia al clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio con 22 años. Allí estará en 2020 con su yegua alazana, la angloárabe de trece años Source de la Faye, a la que recuperó de una lesión y entrenó en tiempo récord (24 días) para prepararla para el tremendo tute de un cuatro estrellas largo del Concurso Completo. «Fue increíble cómo luchó, el corazón que le puso a la prueba, sobre todo al cross, que ganamos y nos permitió quedar octavos en la general. Esa prueba fue muy exigente: fueron más de cinco kilómetros galopando a una velocidad bastante elevada, con 29 saltos. Todo el rato estuvo lloviendo. Fue muy duro. Ella venía de una preparación muy corta e hizo un sobreesfuerzo espectacular. Y el tercer día, en saltos, cuando se suponía que iba a estar más cansada por el desgaste del día anterior, hizo un cero y ganamos».
Así que Gaviño irradia felicidad. «Estoy contentísimo con ella. Seguramente habrá habido también un poco de suerte, pero se hizo el milagro porque estaba todo en contra», reconoce. No sólo en cuanto a plazos -era la última oportunidad para lograr el billete- sino también por la envergadura de los rivales que se encontró en Italia. Estudiante de Farmacia, Gaviño hace malabares para estar en todos los sitios. «Cuando tengo prácticas de laboratorio matinales, tengo que empezar a montar a las cinco y media de la mañana. La mitad del año me entreno de las 5.00 a las 8.30 y luego me voy a las prácticas, de 9.00 a 12.00. Estudio una hora más, almuerzo, tengo clases desde las 15.00 a las 19.00, estudio otra hora y me voy otra vez a la cuadra, en Fuentes de Andalucía. Ya duermo allí, me despierto y vuelta a empezar. Así, todo el tiempo», detalla.
Desde ahora, Tokio, Tokio y Tokio. Todo el trabajo se enfoca a esa meta. «Empiezo el 30 de julio, día de la primera inspección veterinaria. El 31 de julio y el 1 agosto son para la doma , el 2 para el cross y el 3 para el salto , pero antes, por la mañana, la segunda inspección. Es la prueba mas dura porque los caballos vienen con agujetas, con microrroturas. Hay que recuperarlos en poco tiempo y demostrar que, aun con pequeñas dolencias musculares, están aptos. Si la pasas, vas al salto», donde se empieza por orden inverso a la clasificación. Comienza el último y cierra el primero.
Soñar y crecer más
De «muy complicada» califica la posibilidad de tocar metal en Tokio. «Mi yegua es muy rápida, muy resistente y muy limpia en el cross y el salto, pero en la doma siempre está un poco más nerviosa. Mi objetivo es trabajar muchísimo con ella en la primera prueba, la doma, para acercarme a los puestos de arriba, pero siendo realistas, no tengo posibilidad de medalla. Iré preparado para lo máximo, pero la edad media de los jinetes está en 40-45 años. Quiero vivirlo y coger experiencia para los próximos Juegos porque esto no acaba aquí. Mi sueño es hacer algo grande, pero no creo que sea en estos Juegos. Soy muy joven y estar en Tokio es un éxito increíble que en la vida me podría haber imaginado. Tengo que seguir, dar un paso más, ése es mi objetivo. Mi entrenador, Andrew Hoy , estará en Tokio con 61 años peleando las medallas, así que tenemos tiempo para continuar mejorando», expone.
Sevillista de corazón, la pasión que siente por su ciudad no le permite estar alejado de ella mucho tiempo y es posible que, en un futuro, a diferencia de otros jinetes, descarte la opción de vivir en el extranjero. «Estoy profundamente enamorado de mi ciudad, eso no puedo negarlo, y cada vez que salgo fuera, sufro. Éste será mi octavo verano lejos de Sevilla. La gente se va buscando oportunidades porque no somos una potencia mundial , sobre todo por número de competiciones. Mi intención es seguir siendo profesional, pero no centrarme exclusivamente en ello, sino destinar la mitad del día a mi trabajo de farmacéutico y la otra, profesionalmente a mi hobby», explica el sevillano, con las ideas clarísimas y muy agradecido a su padre. «He montado con él desde que tenía meses. Ha sido mi apoyo más grande. En el colegio, montaba todos los días, venía a recogerme y me llevaba los 365 días del año. Me acompaña en cada concurso, por supuesto es mi espónsor principal porque esto no es gratis, y se lo agradezco muchísimo. Es la persona más importante en mi vida deportiva», se sincera el jinete.
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